[NodalCultura pregunta] Pedro Medina, escritor peruano: “Los que aguantan la masacre de sus textos, tienen madera de escritores”

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Por Mixar López  para NodalCultura

Pedro Medina es eso que muchos anhelan, o aquello que algunos presumen y carecen: un escritor, en todo el sentido de la palabra. Es un creador de historias oscuras en un contexto completamente marginal y decadente. Lector y devorador de la llamada novela negra, y un importante exponente dentro de ella.

Pedro Medina escribe con el sudor del miedo, ese que se transpira al vivir en Miami Beach, en donde “puedes cruzarte con Luis Miguel o con Rod Stewart, o te pueden clavar un cuchillo o despanzurrarte a balazos sin que sepas por qué”.

Pedro Medina nació en Lima, Perú, en 1977. Es autor de los libros ‘Streets de Miami’, ‘Mañana no te veré en Miami’, ‘Lado B’ y ‘Varsovia’. Es editor de las antologías ‘Viaje One Way’ y ‘Miami (Un)plugged’. Creador y editor del portal cultural y sello editorial Suburbano Ediciones.

Pedro Medina León es la estrangulación de la literatura convencional, el golpe final, un as en la manga y la pluma del año en Miami, la tierra de nadie.

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¿Qué recuerdas de haber crecido en Lima, Perú, la antigua “Ciudad de los Reyes”?
Lima fue niñez, adolescencia y aprendizaje. Mi Lima hoy no existe, es sólo un cúmulo de afectos, quizá por eso vuelvo poco. Los espacios físicos donde crecí ya no están más. Los abuelos se murieron. Los amigos se casaron. La comida, tan de moda actualmente, no tiene nada que ver con la que se comía cuando yo vivía allí. Recuerdos específicos que me acompañan incluso ahora que ya me fui del país hace quince años: el olor de la cocina a mitad de mañana cuando mi mamá cocinaba, la casa de mis abuelos maternos, mis abuelos maternos, mi familia materna: —primos, tíos— y mis amigos; tengo cuatro o cinco grandes amigos que viven allá. Este puñado de personas maravillosas son, siempre, mi motivo para volver.

Camilo José Cela decía que la más noble función de un escritor es dar testimonio, como acta notarial y como fiel cronista, del tiempo que le ha tocado vivir ¿qué fue lo que te volcó a escribir y cuál consideras que sea tu testimonio?
Me parece que son varias las cosas que lo llevan a uno hacia la escritura. Una de ellas, en mi caso, ha sido la inconformidad en ciertos aspectos de mi vida. Crecí y me eduqué en un contexto muy pre determinado, conservador, en el cual habían tres profesiones a seguir en la vida: economista, administrador y abogado. No me fue bien en él, pero en su momento no tenía idea de ello, simplemente estaba siguiendo uno de esos caminos —en la facultad de leyes, de la ciudad de los reyes—, pero dando tumbos hacia cualquier lugar, y con mucha rebeldía de mi parte. Entonces, sin querer, las lecturas poco a poco se fueron convirtiendo en una especie de balón de oxígeno que me daban un respiro a esa realidad en la que se me había perdido la brújula. Luego llegaron los primeros escritos, textos bastante íntimos, bastante personales y bastante carentes de cualquier oficio literario. Y así, no puedo determinar en qué momento tuve dos cosas muy claras: quería dedicarme a las letras y no quería saber nada con las leyes. Ya pasaron muchos años de esto, muchísimos.
A este país llegué con la idea clara, y aquí ese siempre fue mi norte. Ahora bien, mi producción literaria, hasta ahora, ha encarado vidas de sujetos muy marginales, generalmente latinoamericanos, de Miami, pero ello no quiere decir que me haya propuesto contar o dar testimonio de esa parte marginal de esta ciudad, esto es ficción, a mí en la ficción, las historias me ganan, son ellas las que me obligan a escribirlas. A veces he pensado en escribir algo muy diferente y no se me da. Quizá donde puedo decir que busco dar un testimonio es en mis columnas que escribo de no ficción para el Nuevo Herald y algunos otros medios. Esos textos buscan contar un poco la historia de Miami, que se desconoce por completo en nuestro idioma y es muy interesante. Ahí escribo sobre sucesos, aspectos o personajes que hayan marcado o definido el curso de Miami desde distintas ópticas. He escrito, por ejemplo, de Henry Flagler, Bob Marley, Al Capone, Cassius Clay, entre otros.

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¿Qué tiene Miami que no tenga Perú?
Diversidad cultural, distancia, anonimato. Lo de diversidad cultural, supongo que se entiende y no debo explayarme en ello. Lo del anonimato es porque esta es una ciudad muy grande y cosmopolita, entonces cuando sales de tu casa, tu círculo es muy reducido frente a la gran masa que hay afuera. No te conoce nadie y eres un desconocido perfecto, no eres el hijo de tal o el primo de tal o el sobrino de tal o el amigo de tal. Nada de eso, acá eres un sujeto más entre millones, que si te parte un rayo en la calle, el que viene caminando detrás va a seguir mensajeando desde su WhastApp y ni se va a inmutar. Lo que más me gusta de este anonimato es que tus compromisos sociales son mínimos y/o casi inexistentes. Me cuesta mucho mantener una vida social activa, no soy bueno para eso. Cada vez salgo menos de mi casa. Y me resultaría enormemente difícil volver a vivir en una ciudad como Lima, donde todo es exageradamente predecible y estereotipado y hay almuercitos domingueros.

¿Por qué elegiste para vivir precisamente esta ciudad de familias divididas, deportación, prostitución e ilegalidad?
No lo sé. Aquí llegué. No tenía muy claro cuánto tiempo estaría en Miami ni dónde terminaría después, pero aquí estoy hasta ahora tras quince largos y azarosos años, y difícilmente cambiaría de espacio donde vivir. Todo eso que mencionas en tu pregunta es muy caótico, y a mí me gusta eso, me siento bien en una sociedad disfuncional, en un contexto alterado, con sus conflictos y sus tensiones. Esta preferencia la he ido descubriendo poco a poco con el paso de los años.

¿Qué es eso que no se ve en las postales de Miami Beach o Brickell Avenue?
La estampa de paraíso artificial que vende esta ciudad en sus postales iluminadas por luces de neón, tangas diminutas y mar turquesa. Todo eso es fantasía, un imaginario remoto para el habitante working class (trabajador) de Miami que, por lo general, vive de espaldas a ese mar turquesa.

¿Qué es ‘Suburbano Ediciones’?
‘Suburbano’ nació hace casi nueve años como un pequeño blog que buscaba contribuir a crear un referente cultural en nuestro idioma, en Miami, para el mundo entero. Poco a poco fue creciendo, hoy recibe más de 30 mil lecturas al mes, tiene un sello editorial y un área de gestión cultural clave en Miami donde ha desarrollado alianzas con las instituciones literarias más importantes de la ciudad como es el caso de la Feria del Libro, Books & Books, librería Altamira, The Betsy Hotel.
Ahora Suburbano es no sólo un referente en Miami, es también un ícono de nuestra cultura y nuestras letras en español idioma en el país. El portal de Suburbano se aloja en suburbano.net y ahí podemos encontrar textos de autores hispanos de Estados Unidos, de Europa y América Latina. Detrás de Suburbano Ediciones opera el grupo #SED, quienes somos los editores y gestores de toda esta movida suburbánica, ellos son: Gastón Virkel (Argentina), Xalbador García (México), Hernán Vera Álvarez (Argentina) y Andrés Pi Andreu (Cuba). Todos son narradores y viven en Miami. Además tenemos al “Comandante”, él es el dueño de la llave maestra, es nuestro ingeniero de sistemas y opera desde Argentina. Gracias a él existe toda la parte técnica de Suburbano.
En lo que respecta a la editorial, llevamos con ella casi un par de años y hemos publicado nueve títulos, todos de autores radicados en Estados Unidos, y queremos que este sea nuestro target aunque por ahí más adelante viene la colección ‘Outsiders’, donde publicaremos un libro al año de un autor que no viva en el país. Nuestros libros emblemáticos son ‘Viaje One Way’ y ‘Miami (Un)Plugged’ y los más recientes, publicados en el 2017, son ‘Andor’, de Raquel Abend – van Dalen, ‘La derrota de lo real’, de Pablo Brescia y ‘Leopoldo María Panero o las máscaras del Tarot’ de Xalbador García. Raquel es venezolana y vive en New York, Pablo  argentino y vive en Tampa; Xalbador es de México y vive en Miami.

¿Cómo es que surgen las antologías ‘Viaje One Way’ y ‘Miami’ (Un)plugged?
Justamente por los años de trabajo en la gestión literaria y cultural que llevo en Miami gracias a ‘Suburbano Ediciones’. ‘Viaje One Way’ era una iniciativa que tenía en la cabeza hacía buen rato y se la propuse a Hernán Vera Álvarez, el otro editor, y le gustó y se animó a sumarse para editarla juntos. ‘Miami (Un)Plugged’ salió de varias charlas entre Hernán y yo. Son libros creados y pensados para reivindicar la literatura en español de Miami y, por extensión, de Estados Unidos. ‘Viaje One Way’ fue la primera antología de narradores de diversas nacionalidades radicados en Miami que se publicó hasta ahora.

Pedro Medina León 2¿Qué fue lo que te llevó a escribir ‘Mañana no te veré en Miami’, cuál es el verdadero génesis?
‘Mañana no te veré en Miami’ es un conjunto de historias conectadas entre sí, que pueden leerse ya sea como relatos o como una suerte de novela corta. La génesis de ese libro, mi primer libro además, fue contar historias, desde la ficción, que fueran muy típicas de los habitantes de Miami, con un eje en común: que los personajes, tarde o temprano, terminaran yéndose de la ciudad. Esto es un rasgo muy común en los habitantes de Miami, acá la gente no se queda mucho tiempo. Se va por las buenas o por las malas. Dicen que Miami es una ciudad pasajera y estoy totalmente de acuerdo con ello. Los primeros años esto me llamaba mucho la atención, pero ahora son más las amistades que he hecho aquí y ya no están, que las que aún viven en la ciudad. Pero no está mal, te enseña a no crear lazos muy fuertes o, mejor dicho, a que entender el desprendimiento y que no te afecte tanto.

¿Qué es lo que convierte a tu segunda novela ambientada en Miami, ‘Lado B’, en una historia “no complaciente”?
Eso lo dijeron en alguna reseña. Asumo que es porque ‘Lado B’ resulta ser una novela sin final feliz. De personajes muy marginales y muy fracasados, que sus grandes aspiraciones en la vida son dejar la prostitución o dejar la ilegalidad o cargar ladrillos en una construcción o tener un par de monedas en el bolsillo para el café de la mañana siguiente.

¿En quién te basaste para darle vida al personaje de esta novela, Yaneira Pérez, “una habanera inmersa en la prostitución”?
Viví nueve años en Miami Beach, que es una caldera. Un lugar que arde. Miami Beach sólo lo conocen realmente los que han vivido o viven ahí. Es una ciudad donde, en la misma esquina, puedes cruzarte con Luis Miguel o a Rod Stewart o te pueden clavar un cuchillo o despanzurrarte a balazos sin que sepas por qué.
En Miami Beach está lo mejor y lo peor de Miami. Y ahí, en las esquinas o en las barras de los bares, hay muchas Yaneiras Pérez, y dependiendo de tu estado de ánimo, esas Yaneiras Pérez pueden ser, también, lo mejor y lo peor de Miami. Es muy habitual que en una barra se te acerque una Yaneira a que le invites unas copas; y copas van, copas vienen, cuando pides la cuenta, te ofrece que se vayan juntos por una suma de dinero. Es una suerte de prostitución disfrazada, en los bares se hacen los de la vista gorda porque les generan buen consumo. Conocí varias Yaneiras Pérez en Miami Beach, y varias Polacas y varias Rubíes (estas dos también son prostitutas amigas de Yaneira, en mis libros).

¿Qué te pareció el cortometraje ‘The Spirit was gone’, dirigido por el mexicano Cristian Proa, inspirado en los personajes de tu ‘Lado B’?
Fue una experiencia interesante. La película me gustó. Es bastante diferente a lo que encuentras en ‘Lado B’, y eso es porque Cristian se inspiró en lo que le transmitían los personajes, no en la historia como tal. Para Cristian, los personajes del libro están en permanente huida, escapan, corren de su vida, de su realidad, de su pasado y precisamente eso es ‘The Spirit Was Gone’, una breve historia donde los personajes huyen de sí mismos y de este sistema.

Pedro Medina León VarsoviaTu última novela, ‘Varsovia’, es brutal, ¿cómo llegaste al género negro, la música de Héctor Lavoe, el erotismo crudo y esa prosa más cáustica y depurada?
El género negro no lo leo: me lo fumo, me lo como, lo devoro. Soy fanático del género negro. Consumo mucho ese tipo de literatura, y creo que me hace un daño en cierta medida porque cada vez me aburro más con otra clase de libros. Me encanta el hardboiled norteamericano, y dentro de él hay una corriente noir floridana, miamense, que me parece brutal, en la que encuentras autores como Charles Willeford, Jhon D. Mac Donald, Les Standiford, Elmore Leonard, y otros más. Estos son autores —que casi no están traducidos y se conocen poco en español— que tienen unas novelas noir sobre Miami que son las lecturas que más he disfrutado en los últimos seis o siete años. El Comanche, personaje principal de mi nueva novela ‘Varsovia’, se nutre mucho de Hoke Moseley, el detective de Charles Willeford, que es un antihéroe perfecto. Es todo lo que un policía o detective en la vida real no debe ni debería ser.

¿Cuál es la mayor enseñanza que te ha dejado el impartir cursos de técnica narrativa?
Que los que aguantan la masacre a sus textos, son los que realmente tienen madera de escritores.

 

 

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