José Onaindia, director del FIDAE Uruguay: «El Festival está pensado para atraer público no habitual de teatro»

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Por Daniel Cholakian – Nodal Cultura

El próximo 13 de agosto comenzará la sexta edición del Festival Internacional de Artes Escénicas de Uruguay (FIDAE). Caracterizado por su mirada sobre la escena uruguaya e iberoamericana, el FIDAE busca, en tanto una plataforma de exhibición, ampliar los derechos ciudadanos, desarrollando  el acceso a la cultura de un modo amplio e inclusivo.

Aun cuando el centro de la exhibición estará en Montevideo, la capital uruguaya, durante diez día todo el país será el escenario en el que se desplegarán los espectáculos seleccionados para esta nueva edición.

La programación contará con veintidós espectáculos internacionales, diez de producción uruguaya más trabajos producidos por los distintos elencos estables de Uruguay. Teatro, danza, circo y títeres son las disciplinas que dialogarán en este encuentro de artistas, públicos y programadores internacionales, a los que se los invita a conocer las producciones nacionales.

En la capital serán varias las salas sedes del FIDAE, lo cual abre la puerta a los visitantes a recorrer la ciudad trazando un recorrido cultural muy interesante, muchas veces desconocido incluso para los montevideanos. “Montevideo es además una ciudad muy especial, es una ciudad donde suceden muchísimas cosas. Yo aplico siempre un término de Borges: es una ciudad cifrada. Es una ciudad que tenés que saber dónde ir. Porque aún viviendo allí pasan cosas que ni imaginás”, explicó a Nodal Cultura Jose Miguel Onaindia, director artístico del festival.

También director del Instituto Nacional de Artes Escénicas, Onaindia explicó en la entrevista hacia quién está dirigido el festival, presentó la programación, el crecimiento sostenido del teatro uruguayo, hacia el interior y el exterior, y de las políticas públicas para apoyar el trabajo de los artistas.

En las distintas presentaciones del FIDAE surgen indicios sobre para quien o quienes piensan el festival. Me gustaría saber concretamente a quién intentan convocar
El Festival está pensado para atraer público no habitual de teatro o de artes escénicas en general. No es un festival de “capilla”; no es un festival donde querramos satisfacer el gusto y las inquietudes solamente de la comunidad que va al teatro, a quien obviamente tenemos en cuenta. La idea es aprovechar este acontecimiento donde contamos con más medios publicitarios, más visibilidad pública. También a que la gente está más habituada en estos tiempo a concurrir a festivales. Entonces, dado que podemos llevar adelante un festival de artes escénicas, queremos llamar la atención de la persona que en sus momentos de ocio no tiene el hábito de ir a ver un espectáculo como estos.
Personalmente creo que no hay ninguna estrategia de creación de públicos ni de desarrollo de nuevas audiencias, que no tenga la calidad como punto principal. Todo lo que se programa en el FIDAE tiene la ambición de ser un espectáculo de gran calidad, porque creemos que si alguien que no está habituado a ir al teatro y ve un espectáculo no especialmente llamativo o bien hecho, posiblemente no vuelva. Entonces, siempre teniendo en cuenta que la calidad es lo que genera público, apostamos a un festival que convoque con esa premisa a aquellos que no son espectadores habituales.
Esto también implica una programación que tiene una gran diversidad. Tanto en cuanto a las estéticas como a los formatos de producción. Traemos espectáculos que son reversiones de textos clásicos, como el caso de Pericles de Shakespeare o Mrs. Dalloway de Virginia Wolf; teatro documento como la puesta sobre el caso de La Manada en España; unipersonales, teatro físico, ópera; grandes compañías de danza. Tratamos de que sea un festival donde se puedan satisfacer los gustos y las tendencias.
Si bien el festival no es temático, elegimos el tema de género porque nos parece que está en debate en el mundo. Hay mucha reflexión para hacer desde las artes escénicas, entonces hay un segmento de la programación que tiene el tema de género como tema en tratamiento; la mujer como creadora; el género no solamente como la diversidad sexual, sino también reflexiones sobre el género en el teatro.
Con todo este movimiento tratamos de llamar la atención de la gente que piensa que las artes escénicas no son para ellos. Este sería el público principal al que destinamos el festival, pero obviamente también pretendemos satisfacer al público que habitualmente concurre a las salas, con una programación que si no fuera con un festival no tendría acceso.

¿Con qué programación se va a encontrar este público?
El festival es mayoritariamente iberoaméricano, la mayor parte de las obras provienen de este espacio. Este año por suerte sumamos a Portugal, que no había estado presente en otras ediciones. Pero no es ortodoxamente iberoaméricano.
Este año el país invitado es Francia, que viene con tres espectáculos, más las traducciones de las que hablamos antes y la noche francesa del Ballet del Sodre, que es nuestra gran compañía que mejora día a día. El Ballet Nacional trae un homenaje a coreógrafos franceses que tendrá una función especial dentro del Festival. Este elenco siempre convoca a muchos espectadores y queremos que la danza neo clásica esté programada, porque tiene una gran aceptación popular.
También invitamos al dramaturgo Joel Pommerat, que estará presente con dos obras, una versión propia y en francés de Caperucita Roja y con una versión uruguaya de su La reunificación de las dos Coreas, con actores nacionales y una adaptación a nuestro lenguaje. De Europa también viene el español Miguel del Arco, que trae Jauría una experiencia de lo que ellos llaman Teatro Documento sobre el juicio al grupo conocido como La manada. Es una dramaturgia construida en base al texto de declaraciones pronunciadas en el proceso. Casanovas hizo un gran montaje con esas declaraciones y con este material Del Arco montó un gran espectáculo. Este hecho es tomado por dos hombres, dramaturgo y director para generar un hecho teatral de repercusión social. De Alemania viene el grupo performatico Rímini Protokoll, con su propuesta Remote
También tendremos una coproducción con el Teatro de La Monnaie de Bruselas: El hombre de la Mancha en la versión que es un homenaje a Jacques Brel, pero que trae como novedad la inclusión de la murga uruguaya, con el “Pitufo” Eduardo Lombardo como parte del elenco.
De América Latina vendra desde Perú una obra extraordinaria, Solo cosas geniales, con el magnífico trabajo de Norma Martínez. Es un unipersonal con mucha participación del público. Es muy conmovedor, con un humor y emoción, y nos pone muy contentos poder traerlo.
De Chile viene Manuela Infante, que dramaturga y directora, creadora de lo que llaman el teatro post-antropocéntrico, donde aparece el mundo más allá del hombre. Ella trae la pieza llamada “Estado vegetal”, una de las obras más reconocidas en los últimos dos años en América Latina.
De Argentina vendrán Emilio García Wehbi y Maricel Alvarez con “La columna Durruti” una performance; también Ciro Zorzóli y Claudio Tolcachir (y un elenco importante) que traerán “La calma mágica”; otro espectáculo, muy vinculado a Uruguay, traerá a Thelma Biral y los recuerdos de su formación en la Comedia Nacional Uruguaya y con Margarita Xirgu, su maestra. Se trata de “Airefuego”, que hace con Francisco Pesqueira. Y también vamos a homenajear a Xirgu, de cuya muerte se cumplen 50 años

¿Qué proponen a los espectadores con lo que presentarán de la escena uruguaya?
Es una muestra muy completa y quiero destacar el gran trabajo que hizo el jurado. Las obras uruguayas fueron elegidas por un jurado internacional: un francés, un español, un brasilero, una argentina y una chileno/mexicana, que programa para Alemania.
Ellos vieron 107 obras nacionales y elegieron 10. De estas 6 son dirigidas por mujeres, o sea que se van a encontrar con una gran presencia de creadoras uruguayas en circo, danza y teatro. De las 5 obras de teatro elegidas, 4 son dirigidas por mujeres y 3 además tienen la dramaturgia de mujeres.
Creo que quien no haya visto teatro uruguayo y pueda tener acceso a los trabajos que presentamos en este festival, se va a encontrar con un teatro muy riguroso. Habra experiencias de teatro muy contemporáneo, como Ella sobre ella de Marianella Mora, If de Gabriel Calderón o La tundra o la taiga de Sofía Etcheverry. Pero también se van a encontrar con La incapaz, que es más tradicional desde su factura o Cheta, que es una propuesta de un teatro social muy interesante y que plantea otro tipo de estética. También vamos a tener una obra en coproducción con el FIBA de Buenos Aires, la última obra de Sergio Blanco, Cuando pases sobre mi tumba.
Por el lado de la danza, la curaduría es de danza contemporánea, con tres obras de estilo muy propio. Además habrá una propuesta de títeres y una de circo, que en Uruguay está muy desarrollado y sigue creciendo. Creo que con lo que vamos a presentar van a a tener un buen caleidoscopio de la producción escénica uruguaya.

Menciona los grupos que están en todo Uruguay más allá de Montevideo ¿Hay una producción escénica sostenida en las regiones del país?
Si, en la página web del INAE tenemos un relevamiento de todos los grupos que tienen más de 5 años de trabajo permanente. O sea que son grupos realmente instalados. Hay una institución, la Asociación de teatros del Interior, que nuclea a todos estos grupos. Claro que cada zona tiene desarrollos diferentes. Está la zona del litoral, que es Carmelo, Fray Bentos, etc, que tiene un teatro muy desarrollado y muy activo, de gran calidad. Que no solamente hacen funciones y ciclos en Montevideo y el resto del país, sino que también circulan en el exterior. Una de las compañías acaba de ganar un premio en el Festival de Cienfuegos de Cuba.
Hay un movimiento interesante. Se ha hecho una gran inversión pública en la reestructuración de salas en el interior. Uruguay tiene una importante cantidad de teatros en todo el territorio que fueron construidos por los inmigrantes, y que lamentablemente no fueron sostenidos por las crisis económicas, los cambios de costumbres, la despoblación de los lugares. Se ha hecho en estos últimos años una gran inversión, por lo cual hay muy buenos teatros, bellísimas salas de finales del siglo XIX o principios del siglo XX que obviamente necesitan equipamientos y contenido.
La Dirección Nacional de Cultura, el ente máximo de la cultura a nivel nacional, tiene un plan de circulación, con el cual ayuda a las compañías a circular no solamente de la capital hacia el interior, sino también del interior a la capital. Y también hay un intercambio importante con compañías argentinas y brasileras en las zonas fronterizas, donde de un lado de la calle estás en un país y si cruzas, estás en el otro.

¿El festival sirve para la internacionalización de las artes escénicas uruguayas?
Si, y se engarza en lo que es una política de estado que se ha venido desarrollando con muy buenos resultados. Nosotros al festival invitamos 22 programadores internacionales, directores de teatros y festivales, tanto de América como de Europa. Este año además vienen 2 de la India, uno de Japón y uno del Líbano. Estamos intentando que se abran otros territorios, y esas 22 personas vienen la primera semana del festival, que es cuando podrán ver las 10 obras de teatro uruguayo que quedaron seleccionadas para la programación oficial. Ellos vienen a ver fundamentalmente esas 10 obras terminadas y a encontrarse con artistas y productores, para lo que vamos a organizar encuentros en el marco del festival. Organizamos un catálogo digital con aproximadamente 150 obras, para que los programadores tengan más información. Vamos a presentar una traducción de obras dramaturgos uruguayos al francés y al japonés. En este caso viaja la traductora, que es también productora, a tomar contacto con otros textos.
También invitamos a periodistas internacionales para que vean teatro uruguayo, pero también que conozcan la estructura con la que contamos. Por eso a la programación incorporamos a todos los elencos estables: la Comedia Nacional, el Ballet Nacional y las Orquestas. Todos estos cuerpos tienen una centralidad y nos parece fundamental destacarlo ante la prensa extranjera, e importa que estén programados dentro del festival.
Incluso tenemos un tour, que organizamos para la edición del FIDAE de 2017, que es un recorrido de teatros. Los llevamos con la Dirección de Cultura de Montevideo a ver todos los teatros emblemáticos, se cuentan las historias de cada uno de ellos, como para que puedan tener un recorrido por la Montevideo teatral.

¿Qué pasa con el público no habitual que se acerca al festival? ¿A partir de esta convocatoria construye una relación diferente con lo escénico?
Yo creo que si, o al menos le despertás el interés. A quien va al teatro una o dos veces al año, si que en una semana lo motivás para que vaya cinco o seis, a lo mejor hace que al mes siguiente vuelva; o que esté más atento a las carteleras y que se de cuenta de que hay más movimiento del que creía. La gente que no está cercana al movimiento escénico, y esto ocurre en la mayoría de las ciudades, ni siquiera está enterado de lo que hay habitualmente en el lugar que habita. Entonces es una manera de decirle “nosotros hacemos esto, pero mirá que cuando este termine, hay 70 espectáculos simultáneamente en Montevideo y cerca de 75 grupos de teatro trabajando en forma continua en todo el Uruguay. Si esto te gustó lo podés incorporar como hábito. Y podés llevar familia, parejas y amigos también”.

 

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