El cielo en la vereda

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El cielo en la vereda

Mundos lúdicos para la infancia argentina

Todos tenemos un firmamento y cada uno tiene el suyo.
Un firmamento llamado por los niños, simplemente “cielo”.
¿Cómo mirar con los ojos irlandeses de María Elena?
¿Cómo dibujar planetas con palabras y constelaciones con sus canciones, cuentos y novelas? ¿Cómo hacer universos con sus convicciones y su propia vida?
Por ahora les ofrecemos un simple juego de movimiento: un cielo continuo, dispar e igualitario, que no es infinito, ni condensa los conceptos principales de su obra y su existencia.
Arriba, abajo, el cielo que nos cubre y nos descubre.
Y a veces como en esta muestra: EL CIELO EN LA VEREDA…

María Elena Walsh, poeta, escritora, cantautora, investigadora de la música popular de nuestro país, protagoniza, a los 90 años de su nacimiento, la exposición lúdica El cielo en la vereda. El Centro Cultural Kirchner encuentra en la gran protagonista de la cultura argentina, su biografía y producción, un referente de las afirmaciones y sueños acerca de las Infancias y las Políticas Públicas puestas en acto en el centro cultural y su manifiesto, para ofrecer una propuesta integral a la niñez argentina.

La exposición

Una exposición integral, interactiva, compuesta de mundos lúdicos inspirados en la obra de María Elena Walsh, donde los visitantes serán protagonistas, y no habrá una sola dirección ni explicaciones en los espacios.

Un lugar de ciudadanía y poesía donde lo ideológico y lo mágico dialoguen con la belleza y la visión crítica de las infancias.

Espacios habitables, mundos dentro de otros mundos, ritos de pasaje donde las canciones y cuentos de María Elena se conviertan en juegos, aventuras y construcciones.

Una concepción no lineal del tiempo donde el cuerpo en juego se cargue de sensaciones, percepciones, imágenes, afectos y conceptos.

Una propuesta multilingüística que apueste por las redes de representación y simbolización, para crear lazos y vínculos.

Un modelo de construcción de ciudadanía con amor por lo público, búsqueda constante para crear igualdad y accesibilidad total, con respeto por los derechos humanos.

Una propuesta que busca poner en escena la multiculturalidad, la ampliación de derechos y la lucha de las mujeres y todos los colectivos que reivindican sus postergados derechos.

Una opción por la multiplicidad de imaginarios sociales y la complejidad de la sociedad.

Un abrazo para todas las infancias.

Narrativa de la muestra

Una exposición en doce espacios, agrupados en cinco líneas conceptuales organizadoras.

Constelación 1: María Elena y los lenguajes

Homenaje a los múltiples lenguajes. El “disparatario”, “La plapla” y “El país de la geometría”, promueven la constelación lúdica más original de la cantante y autora: su amor por los lenguajes y sus posibilidades. Construye absurdos, adopta una actitud anti-literaria, ama el sin sentido (tradicional en su vida a través de los limericks y nursery rhymes de su padre irlandés), trasciende los límites de la lógica formal y se inscribe con comodidad en la lógica y el humor infantil.

¿Pero hasta dónde extendió María Elena los límites del lenguaje? ¿Hasta dónde desafió la significación para que aparezca iluminado el sentido?

Sí, inventó lenguajes y así nacieron textos refrescantes y hasta creó una letra: La plapla, que no dice nada y solo baila y patina en los cuadernos y va a parar a la caja de las cosas que transgreden el orden establecido.

Ella insiste y nos regala “El mundo de la geometría”, formas del lenguaje como protagonistas. Una exploración para encontrar lo redondo.

Esta constelación brinda homenaje a quién incursionó no solo en el tema sino en el lenguaje mismo y las formas que constituyen el conjunto de su obra.

Constelación 2: María Elena y la dignidad de las personas

Esta constelación compuesta por “Sábana y mantel”, “La luna en camisón” y “Los viajes de Manuelena” rescata la dignidad de las personas: poseer una ventana para tener un pedacito de cielo, extrañar el amor ausente que se va con la cosecha, reclamar igualdad sosteniendo que cada persona, cada familia, debe tener sábana y mantel: la primera representa el bienestar para soñar, la segunda la familia y amigos reunidos alrededor de la mesa con rica comida, vínculos y conversación.

También el cuarto o espacio propio le preocupa, la falta de intimidad, la subjetividad compulsada por la aglomeración en la vivienda.

La artista no pierde su posibilidad de reivindicar el derecho a la belleza como parte de la dignidad y la producción de identidades, ni la poesía y la música circulando en las barriadas. Para decirlo está la Luna en camisón, visión que nadie puede robar a nadie porque nos ilumina a todos como forma de resistencia.

De igual manera, la dignidad se cruza con los viajes de la mano de la autora y su personaje más conocido: Manuelita. Los viajes como derecho a la movilidad social, a la emancipación, a la apropiación del espacio público, al aprendizaje, a la memoria, a la resolución de problemas y a cambiar la historia para vivir mejor.

Constelación 3: La infancia en juego

Esta mirada transita toda la muestra, pero tiene su manifiesto en “El bazar de la calle Chacabuco”, “Pasillo de los Jacarandaes” y “Pasillo Gracias María Elena”.

“La marcha de Osías” revela una postura clara y decidida por el juego como la forma de crecer y el trabajo de la infancia. Es una marcha reivindicatoria del cuerpo y el tiempo libre, no sujeto al reloj y a las obligaciones de los adultos. Es una proclama entre el juego y el deseo de los niños y las niñas, iluminando los mundos de las infancias.

Jugar es mover el mundo y ensayar la vida, es aprender con el cuerpo, ir al encuentro de los otros. Todo está en juego para “los nuevos” que vienen a habitar la existencia. Se mueve la naturaleza y la cultura, los sueños y las imágenes, se mueven las palabras y los juguetes, se mueven los amores y los miedos, se mueve la historia y la condición humana.

Los pasillos llenos de jacarandaes, las cartas de amor y gracias a María Elena son parte de ese regalo que le hacemos a la cantante por sus juegos de palabras y sus personajes.
Esta constelación atraviesa toda la muestra, con el cuerpo en juego de las niñas y los niños en el espacio, el tiempo libre, los objetos y juguetes, la naturaleza y el movimiento.

Constelación 4: María Elena, memoria y rescate

“La juglaresa de la juglaría”, “El viejo varieté” y correlatos con otros espacios constituyen este eje que reivindica, investiga y pone en escena la tarea de rescate de María Elena durante toda su vida: la búsqueda de lo olvidado, lo invisible en las producciones musicales y los juegos y narraciones tradicionales de Argentina y el mundo.

Así, nuestra juglaresa se identifica con el bululú caminante, recoge nanas y canciones infantiles de los juegos con reglas y repeticiones, romances del siglo XV. Su dúo con Leda Valladares recoge una infinidad de coplas, bagualas y material anónimo.

La creadora es protagonista del boom del café concert de los años ‘60 y ‘70 donde nace una nueva relación espectáculo-receptor que cambiará la cultura argentina. Ella no olvida los antecedentes del género, actos y magias del viejo varieté de los artistas de pocos recursos y mucha energía, que recrean la ilusión en cada función, el momento maravilloso, donde el cartón pintado se vuelve otra realidad.

Constelación 5: María Elena, ideología y política

Este eje se pone de manifiesto en “Vivir en vos”, además de surgir del contexto de toda la muestra. Se traduce en puesta sonora y visual sobre la obra de la autora que expone su amor por la Argentina, su postura contra la pena de muerte, su posición claramente feminista en épocas tempranas. También se destacan las canciones que narran la dictadura y la resistencia donde “Como la cigarra” se convierte en un paradigma.

Todo un pequeño gran mundo desde la percepción a la ideología, desde la Poética a la Política.

 

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