Los diablos danzaron por las lluvias

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La cofradía de los Diablos Danzantes de San Francisco de Yare, capital del municipio Simón Bolívar del estado Miranda, centro norte del país, realizó este domingo el ritual de “Jalada de la Mata” para pedir por buenas cosechas para el país.

Esta actividad, realizada en el Centro de Producción Agrourbana La Espada de Bolívar de la localidad, forma parte de la octavita de la manifestación cultural-religiosa que culmina hoy en la parroquia miranda.

Como parte del cierre del Corpus Christi en Yare, los promeseros, luego de participar en una misa y recorrer 12 altares en el urbanismo Colinas de San Francisco, danzaron en dos altares: uno ubicado en la sede de la Policia Municipal y el otro en el Centro de Producción Agrourbano La Espada de Bolívar de Yare.

En dicho centro, antiga Base Agroproductiva La Espada de Bolívar, el primer capataz de la cofradía y los promeseros, danzaron y arrancaron de raíz las matas ubicadas a los lados de un altar, en el cual reposaba una réplica de la imagen del Santísimo Sacramento del Altar y parte de la cosecha.

En la antesala al ritual, el alcalde y promesero de la cofradía, Saúl Yánez, bendijo este domingo los alimentos cosechados en el Centro de Producción Agrourbano, entre ellos maíz, berenjenas, frutas, pimentón, ají y plantas ornamentales, entre otras.

Durante sus oraciones, el cofrade pidió al Santísimo Sacramento del Altar por las llegada de las lluvias y buenas cosechas en todo el país.

Al finalizar el ritual, la cofradía se dirigirá hasta la urbanización Colinas de San Francisco de Yare, desde donde harán un recorrido hasta la Iglesia Parroquial ubicada en la Plaza Bolivar de Yare, para finalizar la celebración del Corpus Christi 2016.

Publicado en Noticias24

 

En Venezuela bailan los diablos

Aunque en Venezuela las mujeres no participan directamente en la fiesta de los diablos danzantes, que se celebra hoy en diversos lugares del territorio nacional, fue una mujer quien instauró la celebración del Corpus Christi.
Juliana de Cornillon fue una monja, reconocida por la Iglesia católica como santa Juliana de Lieja, quien dedicó gran parte de su vida a promover la devoción del Corpus Christi, el cuerpo y la sangre de Jesucristo, que se celebran en el sacramento de la eucaristía.
Juliana nació en un pequeño pueblo belga en 1193. A la edad de 5 años perdió a sus padres, Henri y Frescende, ricos agricultores. Fue confiada entonces, junto con su hermana Agnes, a la leprosería-convento de Mont-Cornillon, cerca de Lieja, para ser educada por las religiosas. A los 14 años, Juliana fue admitida al convento y recibió el velo en 1206. Estudió latín y francés, por lo que leyó sin dificultad a San Agustín y a San Bernardo.
A partir de 1209, tuvo frecuentes visiones místicas. Su atención estaba particularmente orientada hacia la eucaristía. En una de sus visiones más recurrentes veía una Luna resplandeciente, pero con una banda negra que la dividía en dos partes iguales. Interpretó esto como que faltaba una fiesta en el calendario litúrgico. Así nació Corpus Christi, como celebración del cuerpo y la sangre de Jesucristo. Juliana murió en 1258, pero el papa Urbano IV estableció la fiesta en 1264 y el papa Juan XXII la universalizó en 1316, es decir, hace 700 años.
En muchas partes del mundo, Corpus Christi se ha convertido en una celebración popular, muchas veces con elementos musicales y teatrales que siempre simbolizan la lucha entre el bien y el mal y el triunfo de la bondad sobre la maldad.
En Venezuela hay 11 cofradías de diablos danzantes: en Miranda (Yare), Vargas (Naiguatá), Aragua (Turiamo, Ocumare de la Costa, Cata, Cuyagua, Chuao), Carabobo (Patanemo y San Millán), Guárico (San Rafael de Orituco) y Cojedes (Tinaquillo).
La más antigua probablemente, y la mejor organizada, es la de Yare, que viene danzando desde 1749. De hecho, el 6 de diciembre de 2012, el Comité para la Salvaguardia del Patrimonio Inmaterial, reunido en la sede de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), inscribió a los Diablos Danzantes del Corpus Christi en la Lista de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
Grupos de hombres, muchachos jóvenes y niños, disfrazados de diablos enmascarados, ejecutan pasos de danza hacia atrás, en actitud de penitencia, al mismo tiempo que una jerarquía de la Iglesia católica avanza hacia ellos llevando el Santo Sacramento. El acompañamiento musical de la procesión se efectúa con instrumentos de cuerda y tambores, mientras que los fieles hacen sonar maracas para alejar a los espíritus maléficos. En algunos lugares, como Ocumare de la Costa, los danzantes espantan a los perros que se acerquen, pues consideran que pueden ser “el maligno” disfrazado.
En el momento culminante de la celebración, los diablos se rinden sumisos ante el Santísimo, lo cual simboliza el triunfo del bien sobre el mal.
Los bailarines, llamados “promeseros’’, son miembros perpetuos de hermandades que transmiten la memoria histórica y las tradiciones ancestrales de las comunidades. Cada hermandad confecciona las máscaras diabólicas de sus afiliados y estos se las ponen llevando al mismo tiempo cruces, escapularios y palmas benditas. Los bailarines también llevan cencerros, cascabeles, sonajeros, pañuelos y cintas para protegerse contra los espíritus malignos.
Las mujeres se encargan de la preparación espiritual de los niños, organizan las diferentes etapas del ritual, preparan comidas, prestan su concurso para las danzas y levantan altares a lo largo del recorrido de la procesión. En los últimos años, algunas comunidades han empezado a admitirlas a que participen como danzantes.
Impregnada de creatividad, espíritu de organización y fe religiosa, esta celebración tradicional fomenta un fuerte sentimiento de identidad comunitaria y cultural.

 

Publicado en El Mundo

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