Argentina: debates en torno a la crisis del cine nacional
“No está filmándose una sola película porque los subsidios que el Incaa debería liberar no los está liberando; y en televisión, por ejemplo, el trabajo actoral respecto al mismo semestre del año pasado decayó un 37 por ciento”, explica Daniel Alvaredo, de la Asociación Argentina de Actores (AAA). “La detención de seis meses que ha ocurrido en el Incaa es un hecho inédito hasta la fecha; hay más de 100 películas paradas”, aporta Alcides Chiesa, de Directores Argentinos Cinematográficos (DAC), “y por eso nuestra intención de movilizarnos”, completa.
La movilización a la que se refiere Chiesa es la creación de la Multisectorial por el Trabajo, la Ficción y la Industria Audiovisual, que el viernes cerró con éxito su primer congreso. “Eso también es un hecho histórico –dice Sergio Vainman, de la Sociedad General de Autores de la Argentina (Argentores)–. Se planteó abierto a la prensa para que presenciara nuestras discusiones, porque todas nuestras posiciones son públicas, sobre cuestiones legales y otras específicas de la industria”. Y también para “discutir las nuevas plataformas –agrega Chiesa–, porque queremos discutir el futuro de nuestra industria”. “La Multisectorial está pensada para que sea un espacio en el que todos los sindicatos, asociaciones y sociedades de gestión estén en un punto de convergencia casi permanente”, señala Alvaredo.
Si la reacción no fue inmediata fue porque llevó unos meses darse cuenta de que el parate no era producto del cambio de gobierno. “Vemos una retracción muy grande, ya desde el año pasado, en la capacidad de producir contenidos de ficción –sostiene Guillermo Tello, de Directores de Obras Audiovisuales de Televisión (DOAT)–. Y eso nos motivó a la convocatoria de una multisectorial que propusiera alternativas a la crisis, que está motivada por el ingreso de producciones, telenovelas, ficciones sin una regulación clara. En la Argentina llegaron a producirse entre nueve y once telenovelas por año, y en vez de que eso nos llevara, poco a poco, a la gran capacidad de ficción a lo largo y ancho del país, pasó todo lo contrario. Incluso había pequeñas televisoras en el interior produciendo ficción y eso hoy no sucede.”
En tal sombrío panorama, Fernando Díaz, de la Asociación de Productores Independientes de Medios Audiovisuales (Apima), aporta algo de esperanza. “Se acaba de nombrar el Consejo Asesor, que cogobierna el Instituto de Cine; también se actualizó y subió un poco el costo medio (por película), es decir que hay buenas expectativas para que el resto del año se pueda empezar a producir, porque estuvimos bloqueados.” Sin embargo, Díaz dice que están «atentos y vigilantes porque hay medidas, como redacción de leyes, que deben contemplar una serie de reivindicaciones y avances que se habían logrado. Vamos a seguir impulsando y defendiendo una cuota de pantalla en todos los medios nacionales para el cine, que se mantenga el fondo de fomento cinematográfico intacto (hubo definiciones que dejaban afuera a los cables, por ejemplo, y eso era dinero del fondo de Fomento), que las plataformas OTT (servicios streaming y on demand) que no pagan, pasen a hacerlo, porque es una completa ilegalidad. Y también las leyes de mecenazgo y otras que tenemos que acompañar para impulsar toda esta gran estructura de trabajo cultural que es el cine, la televisión, los músicos”.
Y entiende bien, Vainman: los casos internacionales exitosos que se conocen tuvieron al Estado como actor protagónico. Corea del Sur y Turquía figuran entre los más recientes. “Cuando empecé a ir a los festivales, Corea del Sur tenía un stand que era un kiosquito como para vender cigarrillos, ahora tienen uno grande como una catedral; los pasajes a Estambul crecieron por la promoción que hacen de la ciudad sus telenovelas. Ambos países tienen un sistema de promoción internacional pagado por el gobierno.” Y ahí están también los casos de México, Colombia y Chile, cuya industria audiovisual explica el 2, el 1,8 y el 1,5% de su PBI, respectivamente. “Preguntale a Disney –hace reír Vainman–. En los Estados Unidos hasta hay descuentos impositivos por la cantidad de segundos que está exhibida la bandera en audiovisuales y películas.”
No es magia que el Gobierno haya podido reflotar una causa de 2007 y hecha por la misma DAC (Directores Argentinos Cinematográficos), un día antes (22 de junio) de que la Multisectorial lanzara su primer Congreso.
Por algo fue el solícito juez federal Claudio Bonadio quien se tomó la molestia de citar a indagatoria a Gabriel Mariotto, Daniel Filmus y algunos ex funcionarios del Incaa, para indagar sobre presuntas irregularidades en la adjudicación de subsidios para el fomento de las actividades cinematográficas.
Publicado en Tiempo Argentino
“Discutimos políticas públicas y privadas”
“Fue asombroso el nivel de respeto con el que sectores que hasta ahora se miraban de reojo discutieron las cuestiones de fondo de la actividad, durante dos días”, afirman, sin salir todavía de la sorpresa, Fernando Madedo, Director Ejecutivo de la Asociación de Directores de Cine PCI, y Martín Di Salvo, Vicepresidente de la misma asociación, en referencia al 1º Foro Audiovisual, celebrado el jueves y viernes pasados, en instalaciones de la Escuela de Cine dependiente del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales. Convocado por esa Asociación de Directores de Cine, el 1er Foro Audiovisual reunió a representantes de todos los sectores de la industria del cine –desde el Incaa hasta asociaciones provinciales, incluyendo técnicos, actores, cadenas exhibidoras trasnacionales y cámaras empresarias locales– con el objetivo de tratar todos los problemas que en este momento atraviesan la exhibición, distribución, difusión y concurrencia cinematográficas, sobre todo en lo que concierne al cine producido en el país. “Esa fue la agenda de este primer encuentro”, aclara Madedo, especialista en Gestión Cultural y Secretario General del Foro. “Futuros encuentros, pensados para llevarse a cabo una vez por año, abordarán otras cuestiones. Hasta el jueves a la mañana no nos planteábamos necesariamente una continuidad, pero desde el viernes a la noche, visto el éxito de la convocatoria, ésta se impone.”
“Nunca vi nada igual”, dicen Madedo y Di Salvo que dijo Pablo Rovito, director de la Escuela de Cine que depende del Incaa y una de las pieles más curtidas del medio, cuando vio la masividad de la concurrencia. Ésta incluyó desde Alejandro Cacetta, Presidente del Instituto de Cine, hasta miembros de Sagai (Sociedad Argentina de Gestión de Actores Intérpretes) como Gustavo Garzón o Marina Glezer; desde el Viceministro de Cultura de la Nación, Enrique Avogadro, hasta leyendas vivientes del medio, como el director de fotografía Félix “Chango” Monti o el laboratorista Juan José Stagnaro, y desde el Secretario de la CAEM (Cámara Argentina de Exhibidores Multipantalla), Leonardo Racauchi, hasta realizadores independientes, como Diego Lerman o Lucía Puenzo. “Nadie le pasó factura a nadie, nadie le levantó la voz a nadie, nadie se peleó con nadie”, señala Di Salvo. “Por el contrario, durante diez horas de reuniones (fueron ocho mesas de una hora y cuarto cada una), cada expositor se atuvo al tiempo prescripto de diez minutos, y de allí en más cada miembro del público intervino con el mayor de los respetos. Racauchi, que representa a las multisalas, se sacaba fotos con directores independientes, a los que a veces les cuesta llegar a ellas, diciendo que se trataba de un hecho histórico. Y tal vez no estuviera exagerando.”
–¿En qué consiste el Foro Audiovisual?
Fernando Madedo: –Argentina tiene una tradición muy rica de instituciones culturales, como la Comisión de Bibliotecas Populares o la Academia de Letras, que tienen más de cien años. El Instituto de Cine o el Fondo Nacional de las Artes son modélicos en el terreno de las políticas culturales. El Fondo Nacional de las Artes es anterior a la creación del Ministerio de Cultura en Francia, lo cual no es un detalle menor. El Foro Audiovisual es una nueva institución cultural que surge del Tercer Sector. El Tercer Sector es el que corresponde a una asociación civil que no forma parte ni del mercado ni del estado. Los foros tienen tradición en otras actividades productivas, pero hasta ahora faltaba algo parecido en el sector audiovisual. Es una instancia que apunta a nuclear a todo el sector, a través de instituciones que representan a profesionales (productores, directores, actores, todos los rubros técnicos), empresas (participó hasta Ultracine, la empresa de estadísticas que elabora la lista de las más vistas de la semana), asociaciones civiles sin fines de lucro (como Doca, Documentalistas Argentinos), cámaras (estuvieron las de exhibidores, distribuidores y otras), federaciones, multisectoriales (la multisectorial del audiovisual, que se reunió la semana anterior), colectivos (como Wayruro, colectivo del noroeste), redes (hubo varias de distintas provincias), sindicatos (Sica, Asociación Argentina de Actores), sociedades de gestión (Argentores, Sagai). Salvo algún caso muy puntual que respondió más que nada a cierta lentitud de reflejos, no faltó ni una sola representación del medio.
–¿Qué se busca?
Martín Di Salvo: –Discutir políticas públicas y privadas en pos de la generación de consensos, para dar solución a los problemas del sector. Los problemas que se plantearon en este primer foro fueron los que tienen que ver con la exhibición, distribución, difusión y generación de público, tanto del cine argentino como del cine de calidad de otros países. En general hay acuerdo en que el apoyo a la producción de cine argentino por parte del Estado está dado, y que el nivel de producción es alto. Una cuestión que se plantea es la del estímulo a la inversión privada a través de una Ley de Promoción Industrial, como existe en otras actividades industriales. Se plantea también, a partir de la experiencia positiva de la Ley de Mecenazgo en el ámbito de la Ciudad, su extensión al ámbito nacional y provincial, así como la concesión de créditos a tasa cero, otorgados por entidades bancarias. A la mayor parte de la producción argentina y a todo el cine extranjero que no son los “tanques” de Hollywood se le hace difícil competir en las multisalas, en las condiciones actuales. En las mesas del Foro se analizó la necesidad de un circuito de lo que se conoce como salas de arte y ensayo, ya sea utilizando salas existentes o creando salas nuevas, mediante líneas especiales de préstamo y/o estímulos crediticios. También se planteó, en el campo legislativo, la necesidad de trabajar en un proyecto de legislación específica sobre la exhibición.
–En la película del negocio, los exhibidores suelen ser los malos. ¿Cambiaron de papel esta vez?
F. D.: –Creo que sí. Participaron en un plano de igualdad, nadie les echó nada en cara y ellos se mostraron muy interesados en participar de las discusiones junto al resto de los sectores. Esto tiene que ver con un aspecto muy importante del Foro, que es justamente su carácter de encuentro: no sólo las discusiones en sí fueron un avance, sino el hecho mismo de que todos los sectores e integrantes del sector audiovisual pudieran verse las caras, reconocerse como partes de una unidad. Aunque no parezca, eso ayuda mucho al diálogo.
–A las pymes de la distribución los números apenas les cierran. ¿Se trató su problema?
M. D. S.: –Por supuesto. Los representantes de la Cámara de Distribuidores plantearon el problema en una de las mesas, y se va a trabajar sobre ello. Además se planteó integrar a representantes de la distribución y la exhibición a órganos decisorios de políticas referidas al sector, cosa que hasta ahora no ocurría. Eso va a permitir que los exhibidores dejen de ser los “patitos feos”, y que los distribuidores dejen de estar desamparados.
Publicado en Página 12