«Invertir en cultura es hacer una nación grande»

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 “Con mi canto he querido tocar el corazón de la gente”

Susana Baca es la diva absoluta de la música afroperuana. Pero antes de ostentar esa condición de manera irrefutable, la cantante desarrolló una épica que se rebeló contra la pobreza, el racismo y los dogmas estéticos. Oriunda de Chorrillos (Lima) y nacida en 1944, Baca se abrió camino sobre la base de una interpretación jubilosa pero respetuosa del silencio, y de una labor de investigación exhaustiva de ritmos afro que nunca se termina. De hecho, actuará en Córdoba a meses de haber documentado en tiempo real a músicos nigerianos. “Esta experiencia nos dio otra dimensión sonora de lo nuestro, y esperamos compartirla en los conciertos de la gira”, le contó a Ciudad X desde su casa limeña la artista que maravilló a David Byrne (ex Talking Heads, quien la fichó para su sello Luaka Bop) y que aceptó la invitación de Calle 13 para sumarse a la interpretación de Latinoamérica. Latinoamérica, o la versión contemporánea de Canción con todos, de la que también participaron la brasileña María Rita y la colombiana “Totó” La Momposina.

Otros aspectos que sirvieron para anexarle el sustantivo “leyenda” al nombre propio Susana Baca: preparó mermeladas durante una década para salir a cantar en cuanto espacio se le permitiera, atendiendo un mandato de su abuela; fue ungida por Chabuca Granda como su sucesora y mantuvo encendida la llama de María Landó, el poema de César Calvo musicalizado por esa mayúscula cantante para homenajear a la mujer trabajadora; y fue nombrada ministra de Cultura de Perú en 2011, por el gobierno de Ollanta Humala, con el que luego se enfrentó.

–Teniendo en cuenta las adversidades que enfrentó, ¿se siente una triunfadora de la vida?

–Sí, siento que he realizado casi todos mis sueños. Me faltan algunas cosas que ya no están a mi alcance, como vivir en un mundo más justo, el mismo por el que bregamos muchos artistas de nuestro tiempo. Un mundo en el que ya no haya más violencia, en el que nuestros niños no la vivan, y en el que no exista el racismo. Hay gente que ha sufrido mucho a causa de este flagelo de la ignorancia. Con mi canto he querido tocar el corazón de la gente, aunque sea por un instante, y eso sí creo haberlo logrado. Por eso le digo que estoy cerca del triunfo de la vida.

–A usted siempre se le observa que, al momento de cantar, ha sabido pactar con el silencio. ¿Ese sosiego expresivo es su aporte a la música del Perú?

–El modo expresivo va mutando con el tiempo. Soy una mujer que escucha a los jóvenes, que escucha la tradición. No me quedo congelada en el tiempo, cambio, muto. Lo que no cambia es mi verdad sobre las cosas y el sentimiento. Ahora bien, la manera de cantar y decir musicalmente no ha cambiado mucho, quizás ahora tenga más confianza de llegar al alma de la gente. Esa es mi esencia: cantar sólo lo que siento y creo. Mi desafío es tratar de crecer todos los días. Cambiar pero sin cambiar mi esencia.

Música del continente
–¿Qué importancia le da usted a David Byrne en el redescubrimiento y difusión de la música afroperuana?

–David Byrne es un creador. Es honesto e intenso en lo que hace y lo que dice, nos une una amistad sencilla desde el corazón, sin grandes discursos. Él me ayudó a dar el primer salto, pero yo tuve que hacer mi propio camino. Él descubrió desde su universo la música de nuestro continente, primero en Cuba, Brasil, Colombia y, después, el Perú. Muchos artistas grabaron en su sello, algunos alcanzaron mayor notoriedad que otros. David Byrne no redescubre la música de nuestro continente, más bien diría que la incorpora al mercado anglosajón. Nuestra música existió antes y existirá mucho después.

–¿Qué puede decir de su paso por la administración pública, de su rol como ministra de Cultura de Ollanta Humala? ¿Está al tanto de que Teresa Parodi ocupa ese puesto en la Argentina? ¿Qué consejo le daría?

–Conozco bien a vuestra ministra de la Cultura, la conozco como artista y la admiro. Ella es una artista ciudadana, como lo fue en su tiempo Gilberto Gil o como lo fui yo misma. Con ella como ministra tenemos la seguridad de que la cultura viva tendrá un espacio importante en las decisiones políticas de vuestro gobierno. Un artista puede cambiar la percepción de la burocracia, hay que apoyarla. En mi caso fue muy difícil asumir el cargo de ministra, aunque lo hice con gusto por mi país y por la protección de los artistas… De la cultura viva.

–¿Por qué le resultó dificultoso?

–Aunque yo no analizo mi obra, sí puedo decir cuáles son mis prioridades en el corto tiempo que asumí el cargo. Institucionalmente, agrandar el presupuesto del Estado para la cultura y así lograr el acceso a ella como un derecho. Deselitizar la cultura para hacerla de todos.Un país que invierte 0,44 centavos de dólar por habitante, con una riqueza arqueológica como la tiene el Perú, aún no entendió que la cultura es la columna vertebral de toda la Nación. Abrí las puertas del ministerio a todos los gremios y todos los colectivos culturales, porque el Estado debía ser para todos. Se luchó por la Ley del artista, por la preservación de los monumentos arqueológicos, la implementación de la ley de la consulta previa en los pueblos indígenas… Al parecer, estas definiciones no son aún debidamente comprendidas y aceptadas por un gobierno cuyo presidente es militar de formación y no entiende el consenso. Un consejo a la ministra Parodi, pero más aún a la sociedad, es que se obtenga un buen presupuesto, porque, en una sociedad mercantilista, sólo van a reconocer el valor del arte y de la cultura cuando le den el dinero que le corresponde a su importancia. Invertir en cultura es hacer una nación grande.

–¿Qué tan difícil es la vida para un peruano negro?

–Si eres un negro que trabaja en la estiva de los puertos, o en las carpinterías, o en los quehaceres de los servicios públicos, alcanzas reconocimiento y, quizás, hasta ponderaciones. Pero si quieres ser presidente de un banco, jefe de alguna corporación internacional, médico jefe de un hospital o ministro, ahí no la pasas tan bien. El Perú no tiene leyes de discriminación racial, pero sí una cultura heredada de la colonia, con un racismo abierto y directo.

–El percusionista Bam Bam Miranda falleció años atrás en la ciudad de Córdoba. ¿Lo recuerda? ¿Qué aspecto de su toque exaltaría?

–Recuerdo que una noche estábamos todos en la casa de Chabuca Granda haciendo música y que llego Bam Bam con Andrés Soto. Tocaron una canción de Andrés y, al terminar, Chabuca nos dio una clase maestra, que fue para todos. Todos estábamos muy jóvenes y como tales teníamos un afán de tocar todas las notas juntas. Chabuca lo interrogó a Bam Bam. “¿Dónde están los silencios?”, le dijo. Y le agregó: “Así como existe la luz y la oscuridad, la música necesita sonido y silencio”. Creo que Bam Bam asimiló esta enseñanza. Yo lo recuerdo exuberante, sonoro. Tuvo la suerte de ser alumno de Julio “Chocolate” Algendones. Como un músico con precisión al tomar los ritmos afroperuanos, así recuerdo a Bam Bam.

Mujeres luchadoras

A Susana Baca, su padre Ernesto le hizo oír los primeros misterios de la guitarra en un vals peruano, y su mamá Carmen le hizo amar la marinera. Las enseñanzas de ambos, junto a las de Plácida, su abuela esclava, le permitieron desarrollarse artísticamente y educarse formalmente hasta conseguir el título de profesora de música en la Universidad Nacional La Cantuta, en 1968. “No pude elegir, nací para esto –concluye–. En la casa de mis padres, yo caía cautivada cuando se encendía la música. Dejaba de jugar para cantar con quien estuviera en la tertulia. Pienso que la música te elige, que te dice ‘tú eres para mí, y pobre de ti si buscas escaparte’”.

–Siempre asocia el poema “María Landó” con su madre. ¿Por qué?

–Es que es un homenaje a la mujer trabajadora y esa fue mi madre… Mi hermana también, mujeres que criaron solas a sus hijos. Chabuca Granda le pone música al poema de César Calvo en el momento de su mayor madurez como mujer. Encierra una música fina para un poema que protesta. Rescato la madurez y la rebeldía de esta canción que había quedado inédita. La canto y la asocio a mi madre porque ella era rebelde como trabajadora y fina en su dulzura y paladar. No sé por qué esta canción me lleva irremediablemente a mi madre biológica y a mi madre artística (Chabuca), pero es también un homenaje a la mujer trabajadora de nuestra América, que aún “no tiene ninguna luna, alza su copa roja sobre las aguas”.

Publicado el 26/02/2015 por La Voz

Llega a la Argentina la intérprete y compositora peruana Susana Baca

Las presentaciones de Baca darán comienzo el próximo sábado 7 de marzo en el Teatro Sha (Sarmiento 2255) de la ciudad de Buenos Aires y continuarán el martes 10 en el Carnaval de Montevideo, el jueves 12 en el reducto La Grieta de La Plata, el viernes 13 en Espacio Quality de Córdoba y el sábado 14 en Nescafé de las Artes de Santiago de Chile.

Dueña de una voz única y de un modo particular y asombroso de hilar sobre el mismo telar la tradición con la actualidad, la cantante llegará al frente de un grupo de piano, guitarra, contrabajo y percusión, que incorpora distintos colores tímbricos para ofrecer su modo de entender la música renovada del folclore afroperuano.

Publicado el 19/02/2015 por Télam

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