De taras y vicios peruanos

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El Perú en pinturas insensatas

El arte es tan cotidiano que a veces puede llamarnos en un mercado de barrio, comprando medio kilo de pollo sin medudencias. Y allí, sin mayor ceremonias, decidir una vida, la de ser artista.
Eso le sucedió a Alejandro Hernández, “Paranga”, cuando se encontró con su compañero del colegio nacional de Breña donde acaban de terminar la secundaria.
–Qué vas a estudiar, Alejandro.
–No sé, no tengo la remota idea.
–Por qué no estudias artes si todo el día te la pasas dibujando.
Eso fue todo. Alejandro recibió su medio kilo de pollo sin menudencias e inició su difícil peregrinación hacia el mundo del arte, hasta hoy en día, que exhibe, después de egresar de la Escuela de Arte de la U. Católica, una muestra más de sus obras, “El lenguaje de lo insensato”, en la galería de la Fundación Euroidioma, en Miraflores.
Nació y creció en el barrio de Breña, en las esquinas, en patotas, todo un universo que no solo le ha agudizado su sensibilidad de artista, sino también se ha convertido en parte del lenguaje de arte.
Quiso estudiar en la pre de Bellas Artes, pero los plazos para las clases se alargaron que tuvo que optar por la Escuela de Arte de la Católica, no sin la inmolación de la economía de su madre.
“Me puse a averiguar dónde estudiar. Yo era muy inseguro, no me tenía confianza, todo por un padre de mierda que tuve alguna vez, pero mi mamá se endeudó horrible y así pude ingresar a la Católica”, recuerda “Paranga”.
Naturalmente en la universidad, su horizonte se amplió cada vez más, pero sin dejar esa visión de barrio, de muchacho calle y esquina. Aunque su madre quería que dentro de la PUCP, siga diseño industrial, “que haga una carrera menos peligrosa para la economía como es la pintura”.
Pero le fue tan bien que ganó el premio de su promoción, seguro el mejor pago que pudo hacerle a su madre.
Pero Alejandro Hernández, “Paranga”, no se quedó allí. se había dado cuenta de que su arte hasta ese entonces solo era el arte por el arte, muy complaciente.
“Yo veía en los libros de arte que los pintores eran desenfadados, perdona el término, eran unos conchesumares para decir lo que querían, sin pelos en la lengua. Yo decía, en Lima algo está fallando, cosa que no les falló a las vanguardias del 900”, cuenta.
Sí, aquí había habido vanguardia, el indigenismo, la generación de Szyszlo, Tilsa, Tola, “pero de pronto veía que algo se estaba perdiendo, pues la fuerza del discurso era más grande que la estética”, dice.
Y viajó a Europa, a “matar” a sus padres, a los maestros, pero también vio a Europa como sociedad, a la que le fue mal, pero ahora estaban bien. Y comprendió, viendo “La nave de los necios” de Sebastian Brant, que inspira ahora su muestra, que es lo que falla en nuestro país:  “Vamos a cumplir 200 años de independencia, pero como nación no hemos logrado reconciliarnos”.

Dato

LA MUESTRA. “El lenguaje de lo insensato” se exhibe en Euroidiomas, Libertad 130, Miraflores. Estará abierta hasta el 7 de octubre. Visita: lunes a viernes de 10 am a 8 pm y sábado de 1 a 6 pm.
Publicado en La República
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