Casa Llerandi: un lugar para múltiples disciplinas

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En pleno corazón de la zona 10, a un costado del hospital Herrera Llerandi, se encuentra el nuevo centro cultural Casa Llerandi, que busca combinar varias experiencias en diversos espacios. Lo primero que encuentra el visitante, luego de pasar por el jardín frontal, es la galería de arte Mú Mú. Esta inauguró su espacio con una colección de reproducciones, a pequeña escala, de las esculturas que Dennis Leder, Roberto González Goyri, David Halfon, Max Leiva y Pascale Archambault originalmente crearon para decorar las plazas de la colonia Vía Siete Residencias, en la zona 10. El espacio es amplio, sobrio y muy bien iluminado. Entre las obras figuran siete pequeñas reproducciones, hechas en bronce, de un juego de pelota maya diseñado por González Goyri.

También destaca una escultura de Max Leiva, que representa al reconocido doctor Herrera Llerandi mientras imparte una cátedra de medicina a cuatro de sus estudiantes. La obra original, a tamaño real, se halla en la plaza Transmisión del Conocimiento.

“No hemos abierto oficialmente, aunque ya hemos empezado a anunciarnos en las redes sociales”, afirma Leo Bianchi, nieto del renombrado galeno y creador del concepto de Casa Llerandi. A un costado de la galería se encuentra la Cava del Nono, dedicada a los vinos de alta calidad, y más allá la boutique Morena, una tienda que ofrece productos exclusivos cuyo objetivo es apoyar a los diseñadores guatemaltecos. Allí se puede adquirir ropa con diseños novedosos, lámparas, quita penas, cuadros, bisutería y otros accesorios.

UN RESTAURANTE INNOVADOR
En una parte de la casa está el restaurante Mita Mita, cuya idea es combinar la cocina japonesa con la italiana. “Creamos un sushi, el Rollo Mita Mita, que va metido en el horno de leña, envuelto en masa filo. El arroz va aderezado con tinta de calamar, y trae dos salsas: de soya y pomodoro”, explica Bianchi.

El nombre del restaurante se deriva del sobrenombre de Roksanda Prem Serovic, bisabuela de Leo Bianchi. La antigua piscina de la casa fue habilitada para formar parte del restaurante, y es un concepto novedoso, ya que por las noches se proyectan películas en blanco y negro, tanto en la pantalla que pende sobre la piscina, como en el techo blanco del restaurante.

Homenaje al doctor
Para celebrar el centenario del galeno Rodolfo Herrera Llerandi, que nació en 1915, sus familiares realizaron un homenaje en su memoria. Es significativo que su aniversario sea el mismo año de apertura de este centro cultural.

La Cava del Nonno
Aparte de ofrecer una variada gama de vinos importados a los visitantes de Casa Llerandi, la Cava del Nonno es un homenaje al antiguo dueño de la casa, que se aficionó a los vinos cuando estudió en un internado en Francia.

Academia B’Art
En aras de la creatividad, acá se imparten clases para niños y adultos: pintura, ballet, técnicas pictóricas del desnudo, escultura en papel, fotografía y diseño floral. La idea es que todas las disciplinas se apoyen entre sí.

Retaurante italo-japonés
Mita Mita Bistro se llama así en homenaje a la bisabuela de Bianchi, “a quien le decimos Mita. El concepto es una fusión, mitad japonesa y mitad italiano, así que el nombre va perfectamente bien”. Cuenta con horno de leña para elaborar platillos especiales.

Expo-venta fotográfica
En el segundo nivel de Casa Llerandi, aparte de los salones donde se imparten clases de arte para adultos y niños, hay una expo-venta del renombrado fotógrafo guatemalteco Eny Roland Hernández. El visitante no solo puede admirarlas, sino adquirirlas.

Creatividad infantil
Uno de los primeros talleres de pintura infantil, en el segundo nivel, consistió en darles pintura a los niños y dejarlos trabajar en las paredes del salón, a su libre albedrío. La idea, afirma Bianchi, es darles libertad para que fluya su creatividad.

Homenaje al doctor Llerandi
El nombre de Casa Llerandi es un homenaje al renombrado médico Rodolfo Herrera Llerandi, abuelo de Leo Bianchi, creador del concepto de este centro cultural. Esta hermosa casa fue el hogar del galeno y su esposa, Evelina González de Herrera. Fue edificada en los años 50 por el reconocido arquitecto Raúl Minondo y es un edificio de tendencia clásico-industrial. Fue remodelada por el arquitecto Roberto Narváez, para habilitarla como centro cultural sin modificar el estilo. Cuenta con un amplio parqueo y unos hermosos jardines traseros, ya que el doctor Herrera Llerandi amaba el contacto con la naturaleza y le gustaba observar los jardines desde cualquier ángulo de la casa. Entre los planes a corto plazo para este centro cultural está modificar la entrada, para facilitar la visibilidad, y conservar los ambientes verdes.

“La creatividad está en uno y en las demás personas”
Leo Bianchi creador de Casa Llerandi

Leo Bianchi, nieto del doctor Rodolfo Herrera Llerandi, antiguo propietario de la residencia donde funciona el centro cultural Casa Llerandi, combina la administración de empresas con sus inquietudes artísticas. De hecho, Casa Llerandi es una fusión de ideas y ambientes cuya intención es brindar un espacio donde se impartan clases de arte y estas se combinen entre sí para dar origen a una nueva generación de artistas multidisciplinarios. “Creo que cada persona debería ampliar sus conocimientos en general, tanto en el aspecto administrativo como en el artístico. Mi idea es que este no sea un lugar cerrado, sino crear alianzas con otras galerías y ser un vehículo de expresión para los artistas”, comenta.
“Hace tres meses empecé a alquilar la casa, con la idea de convertirla en un centro cultural. Desde el principio quería poner una academia, porque estudié Arte en la Universidad de Loyola, en Nueva Orleans, y escultura de la figura humana y fotografía en la Escola Massana, de Barcelona. Cuando regresé a Guatemala estudié Administración de Empresas. Luego de la academia, empezaron a surgir más ideas: poner la tienda, una galería, un restaurante, y la casa se prestó plenamente para ello”, comenta mientras nos muestra unas esculturas en resina, realizadas por él. “Estas son las que me quedan de una exposición que realicé el año pasado en el museo Ixchel. Son inspiradas en escultura guatemalteca, y utilicé mucho maguey, una de las primeras fibras usadas por los mayas. También usé huipiles y telas artesanales”.
Bianchi conserva muy buenos recuerdos de su abuelo, con quien vivió varios años: “Mi abuelo me ayudó a concebirme un concepto no solo como artista, sino de trabajo. Él me apoyó mucho. Me dejó mucho eso de querer trabajar además de expresarme artísticamente. La creatividad está en uno, alrededor de uno y en las demás personas. Muchos se quieren encerrar y dedicarse solamente a crear algo propio, pero con ello se pierden la oportunidad de compartir y aprender de los demás”.

Publicado en Siglo 21
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