Documental «El rastro de Camilo»

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En Contexto
El sacerdote católico Camilo Torres Restrepo, incorporado en las filas del Ejército de Liberación Nacional (ELN), cayó asesinado el 15 de febrero de 1966, en una región conocida como Patio Cemento, del departamento de Santander, Colombia. Camilo Torres provenía de una familia acomodada y luego de ordenarse estudió sociología en Bélgica. Desde finales de la década del ’50 comenzó a radicalizar su pensamiento y su participación política. Sus textos y posiciones políticas han sido fundamentales para el desarrollo de los movimientos de liberación de América Latina. El presidente Juan Manuel Santos acaba de autorizar la búsqueda de sus restos, que aún permanecen desaparecidos.

El lunes 15 de febrero se cumplieron 50 años del fallecimiento de una de las figuras más inquietantes de la historia reciente de Colombia: Carmilo Torres, el «cura guerrillero». A propósito de esta efeméride, Señal Colombia, en coproducción con Laberinto Producciones y Les Films Grain de Sable, presenta este domingo 21 de febrero a las 9:00 p.m. el documental ‘El rastro de Camilo’, del director Diego Briceño Orduz.

Esta producción incluye una serie de entrevistas a personajes cercanos e investigadores de Camilo Torres, además de imágenes de archivo, videos y voces compiladas. También explora distintas facetas de Torres y su relevancia como personaje en la historia del conflicto colombiano, e indaga sobre la búsqueda que se ha realizado de sus restos.

Camilo, el personaje

Conocido como «el cura guerrillero», Camilo Torres fue un religioso y académico proveniente de una familia de la clase alta bogotana que se unió a la guerrilla del ELN y murió en su primer combate el 15 de febrero de 1966 en Patio Cemento, Santander.

Sin embargo, Camilo Torres tuvo múltiples facetas en su vida. Fue conocido por su vida académica, sacerdotal y social. Torres nació en Bogotá en 1929, en su juventud ingresó a la Universidad Nacional realizando un semestre de derecho para, posteriormente, ingresar al Seminario Conciliar de Bogotá y ordenarse como sacerdote en el año 1954.

Con el propósito de especializarse ingresó en 1955 a la Universidad Católica de Lovaina, en Bélgica, lugar que le otorgó el título de sociólogo. En 1959, Torres decidió volver a la Universidad Nacional de Colombia donde se vinculó como profesor en la facultad de ciencias económicas. En ese momento comenzó a afianzarse en sus posición frente al marxismo y la revolución cubana.

Dos años después, comenzó a tener inconvenientes con las autoridades eclesiásticas y civiles, quienes se empeñaban en reprimir la protesta social y controlar toda forma de disidencia, motivo por el cual se fue acercando a los grupos radicales de la universidad. Entre 1962 y 1964, en los Llanos Orientales, Torres trabajó con los campesinos y el Instituto Colombiano de Reforma Agraria, lo cual lo convenció de que su país necesitaba un cambio social radical.

Posteriormente, publicó el semanario ‘Frente unido’ y, en el proceso de impulsarlo, Torres llenó plazas públicas generando un vertiginoso ascenso político. Pero ahí no termina todo, el hostigamiento y la persecución no se dejaron esperar y finalmente decidió unirse en la guerrilla, el primer paso hacia su muerte. En su primer combate – el 15 de febrero de 1966-, el llamado «cura guerrillero» murió tras una emboscada del Ejército.

El paradero de sus restos

Sus restos mortales fueron sepultados en algún lugar clandestino, que hasta el día de hoy es motivo de controversia.

El mismo Álvaro Valencia Tovar, General retirado del Ejército, quien en 1966 comandó la emboscada que dio de baja a Torres, dio sus declaraciones para el documental antes de fallecer en julio de 2014. «No quería que el cadáver de Camilo fuera convertido en una bandera política», aseguró Tovar.

A los familiares no se les ha entregado oficialmente los restos de Camilo Torres. Éste es uno de los temas que trata el documental.

El 16 de enero de 2016, semanas antes del aniversario de su muerte, el presiente Juan Manuel Santos ordenó la búsqueda de los restos de Camilo Torres como un gesto simbólico, en concordancia con el clima de reconciliación que promueven las gestiones de su gobierno en busca de un fin al conflicto.

Las voces del documental

El documental examina las distintas facetas del personaje a través de los testimonios de las personas que lo conocieron en vida y que incluso hoy, 50 años después de su muerte, investigan su vida y legado. Todas las personas que participan en el documental ponen una pieza para armar el rompecabezas de un personaje que ha trascendido a través de todos estos años. A continuación, se listan algunos de estos testimonios.

«Hicieron una emboscada muy bien montada, pero con las instrucciones que yo les dí a ellos».
«Compré, con mis fondos, sin factura, una urna funeraria y lo sepulté en el sitio más inimaginable del mundo».
«No quería que el cadáver de Camilo fuera convertido en una bandera política»

Álvaro Valencia Tovar, General retirado del Ejército

«Como orador no era que fuera muy bueno, pero con las manos expresaba mucho»
«La mamá sí luchó mucho porque se los entregaran -los restos de Camilo Torres- pero sí sería rico tenerlos para desvirtuar muchas cosas, ¿no?»

Leonor Muñoz, amiga cercana de Camilo Torres

«Estoy absolutamente segura que un día harán justicia de entregarme el cadáver de mi hijo, considero que es una cosa inhumana que no me lo entreguen. Estoy esperando la contestación del Presidente de la República»

Isabel Restrepo, madre de Camilo Torres

«Camilo consideraba que el papel fundamental del sociólogo tenía que ser un papel transformador»

María Elvira Naranjo, socióloga

Documental «El rastro de Camilo»

Publicado por Señal Colombia

Camilo Torres, 50 años después de su muerte

Cuando Diego Briceño, documentalista colombiano radicado en Canadá desde hace 22 años, estaba haciendo el montaje final de su producción ‘Tras el rastro de Camilo’ (sobre el sacerdote Camilo Torres), salió una noticia.

El 18 de enero pasado, el presidente Juan Manuel Santos autorizó la búsqueda de los restos del sacerdote, un misterio desde el día de su muerte en combate, el 15 de febrero de 1966.

“No fue una sorpresa esta noticia, porque sabía del proceso que adelantaba al respecto el sacerdote Javier Giraldo, que aparece en el documental. Y porque fuimos parte de esa investigación. Es que son muchas las personas que quieren saber qué pasó con sus restos”, dice Briceño.

Este documental será emitido esta noche por Señal Colombia, y es un trabajo que va más allá de esa faceta de guerrillero de Torres, que estudió en Bélgica, nació en una familia de clase alta, vivió en el exterior y que luchó contra la injusticia social.

El documental muestra su faceta humana y religiosa, por medio de Gustavo Pérez, uno de sus biógrafos, y de Leonor Muñoz, una amiga muy cercana al sacerdote, entre otros.

Briceño empezó a trabajar en el documental hace siete años, cuando en un viaje al país encontró, en Patrimonio Fílmico, una entrevista que unos periodistas franceses le hicieron al además sociólogo y uno de los fundadores de la facultad de Sociología de la Universidad Nacional.

“Es un testimonio de siete minutos y su discurso no era ni de izquierda ni conservador ni liberal. Sentí que era un mensaje codificado y empecé a buscar información sobre él”, dice.

Todo fue llegando a retazos. Y en un encuentro con François Houtart, sacerdote belga amigo de Torres, este lo contactó con los investigadores argentinos Nicolás Herrera y Lorena López, en la misma búsqueda.

“Ellos tenían contactos e información, y yo material fotográfico y audiovisual”, relata. Juntos buscaron a sacerdotes, amigos, familiares y el registro en el que el general Álvaro Valencia Tovar (que estuvo en el operativo en el que murió Torres) dice que entregó los restos a un hermano del religioso, que vivía en Estados Unidos.

Por supuesto, si aparecen los restos de Torres, Briceño tendrá más que contar. Y espera hacerlo.

Publicado por El Tiempo
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