La Colifata: la emisora argentina conducida por pacientes psiquiátricos
Desde hace 24 años puede oírse en Buenos Aires, Argentina, el dial 100.3, la voz que todos los sábados a las tres de la tarde da la bienvenida a una nueva emisión en vivo desde el hospital neuropsiquiátrico José Tiburcio Borda, la primera en el mundo en ser manejada exclusivamente por los pacientes del hospital. El nombre del programa es La Colifata (en lunfardo –la jerga antigua de los argentinos– «loco querible»). Sus seguidores en redes sociales suman quince mil personas. Transmite en vivo cuando juega San Lorenzo de Almagro. Estuvo en escena con Manu Chao.
La idea nació en 1991, como parte de una terapia comunicacional que el psiquiatra Alfredo Olivera quiso aplicar con sus pacientes: darles una sensación de libertad y autonomía que les ayudara a desenvolverse mejor en la sociedad. Cosas simples: recuperar en ellos el uso del lenguaje, cambiar la idea de que son seres peligrosos. El experimento, poco a poco, dio sus réditos. La conversación no solo se hizo hacia afuera, sino que Olivera empezó a recibir mensajes de los oyentes y compartirlos con los pacientes que desarrollaban el programa.
A eso de las 2:30 p.m., los pacientes, los colifatos, salen de los rincones del hospital y, a manera de congregación, se reúnen en el patio en donde está la caseta de la emisora, que poco tiene: dos consolas, un portátil, un cuaderno. Sobreviven con la publicidad (que escasea) y con múltiples donaciones. A pesar de los problemas, ahí sigue. Aquí está.