Segunda entrega de los relatos ganadores del concurso Microcrónicas de las Calles Latinoamericanas

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En Contexto
En los últimos días de Octubre de 2015 lanzamos tímidamente nuestro concurso “Historias en las calles latinoamericanas” para textos en formato de crónica que no superen los 1000 caracteres. Convocamos a escritoras y escritores de los 33 países de la región. El entusiasmo de nuestros lectores superó nuestras expectativas. Recibimos más de 300 obras provenientes de más de diez países de toda la región. El jurado internacional conformado estuvo conformado por Sergio Olguín de Argentina, Cristian Londoño Proaño de Ecuador y Marcos Daniel Aguilar de México. Las doce obras ganadoras serán publicadas en cuatro tandas de a tres, con nuestra actualización de los días viernes.

De islas

La casa de Tute es chica: vuelve comedor, patio y hasta dormitorio, la calle. Está en una de las barriadas de Buenos Aires en donde la vida pasa casi toda afuera. Tute vive en Isla Maciel; entre el centro y los suburbios, al borde de ese irse de agua que justo ahí deja de ser  Río de la Plata para volverse Riachuelo. Donde empieza la mugre. Donde flota. En La Famosa Isla Maciel, Tute rueda la calle.
Volvió a la escuela. Y hubo que buscar formas de que la escuela volviera a él, de seguirle sus huidas.
Quiso saber de otras islas: Malvinas. La guerra. No eran  los tiros, que escucha cotidianos. No eran el frío ni el hambre, que siente. Ni siquiera era comparar con aquellos colimbas su propio miedo a la muerte.
Era ver cuántos. Cuantos fueron de Maciel. Medirse en valentía.
Camina otra vez la calle, para entrar. Don Roque, vecino y barrio, guarda toda la historia. Tute nos sienta. Roque desparrama cartas, fotos, papeles. Y nos quedamos adentro. Rumiando  islas. Armando ahí, escuela.

Mariel Martínez Cabrera, 33 años, Morón, Pcia. de Buenos Aires, Argentina

Vivo en el oeste del conurbano bonaerense. Soy docente. Escribo en el portal de noticias notas.org.ar.


Días de cine, días de oro

1989. Plano general de la Calle 13. Edificios a lado y lado de la vía. Personas, automóviles y unas tetas gigantes cuelgan desde el plexo solar de una rubia, hasta desbordarse del cartel publicitario. Cada vez que el bus tomaba rumbo hacia esas chicas de cartel, me alistaba pegando el rostro en el vidrio para leer aquellos sugestivos títulos que acompañaban a esas muchachas semidesnudas. Pasados los años reconocí que aquel lugar era el Cine Oro, la más antigua sala de cine porno en Cali.

2007. Conocí las vísceras de este dinosaurio que persistió erguido mientras veía cómo sus contemporáneos se derrumbaban para dar paso a librerías de segunda, talleres de mecánica o congregaciones cristianas. Él permaneció fuerte, rígido, como las tetas de una señorita de quince años que ha comenzado a descubrir su sexualidad o como el pene de un jovenzuelo que se excita con la facilidad de un roce dentro de un bus de servicio público.

Alexander Amézquita Pizo, 39 años, Cali, Colombia

Nací en 1976, un martes 13 de julio. Desde mis años en la universidad publiqué en periódicos de todo tipo. Cuando terminé los estudios tenía un documental realizado, varias crónicas publicadas y un premio por tres cuentos cortos que escribí, era el año 2007. Después trabajé en EL TIEMPO, que ahora pertenece al banquero más rico de Colombia; estudié una Maestría en Literatura y seguí escribiendo para revistas de crónicas, como CIUDAD VAGA. Me acerqué más a aquellos personajes que caminan por mi ciudad, migajas de pan para otros: bailarines de barrio, músicos empíricos, travestis enamorados, personas comunes, como yo, con historias embadurnadas de amor, color, lágrimas y marginalidad. Actualmente trabajo como periodista freelance y como profesor del colegio Alemán de Cali y la Universidad del Valle.


Esas ganas de volver al pueblo

El auto entró por una callecita de tierra frente a la atenta mirada de los habitantes del pueblo. Era media mañana de un día sábado y el sitio estaba adormecido por tanta tranquilidad. Ni siquiera el sol había salido a saludar.
Teniente Berdina es uno de los tres poblados que se ubican entre las localidades tucumanas de Monteros y Famaillá, en Argentina, que surgió en honor a militares del Operativo Independencia, que fue la antesala del terrorismo de Estado en la Argentina en la década del ’70.
El auto paró en una de las calles asfaltadas del pueblo. Apenas se abrió la puerta del coche un hombre de 30 años,  que transitaba en moto dio la bienvenida, a la vieja usanza. Extendió la mano y condujo al grupo a la entrada de la capilla donde los miembros de la comunidad se aprestaban a celebrar misa.
La neblina acompañó al vehículo a lo largo de la ruta y el sol no hizo nunca su aparición triunfal. De un lado la escuela, del otro lado un par de casas, y al frente la nada misma, el infinito.

Romina Noelia Fernández Di Santi,  24 años, San Miguel de Tucumán, Argentina.

Vive en la misma casa donde nació, en la  «Ciudadela» un barrio al sur de la ciudad, donde abundan las familias de clase media trabajadora que convive con algunos delincuentes, cada uno a su manera.
Transitó sus años de estudio en un colegio de monjas. Hoy en día, lleva un devocionario colgado en el pecho y cuatro amigas eternas.
Eligió el mejor oficio del mundo a los 19 años, cuando aún sin un certificado pero con ganas de aprender y de contar historias se auto declaró periodista.
Cree en la ducha como lugar espiritual y de reflexión y en el silencio como el mejor creador de historias.  Plantó una menta, anhela ser madre y tiene escrita la mitad de una  novela.


Los doce textos seleccionados por el jurado son:

Aracataca y punto de Natalí Risso, Argentina
Días de cine, días de oro de Alexander Amézquita Pizo, Colombia
Digno funeral para sepulturero de Janeth Osses Barrera, Colombia
El coche es un mero accidente en La Habana de Benito Pastoriza Iyodo, Puerto Rico
El hombre que atrapó una calle de Reinaldo Cedeño Pineda, Cuba
Esas ganas de volver al pueblo de Romina Noelia Fernández Di Santi, Argentina
Guerra de Víctor Freyman Vargas Pedraza, Colombia
Hoy no es un buen día para vender de Orlando Saucedo Pacheco, México
De islas de Silvina Mariel Martínez Cabrera, Argentina
Las escrituras sobre la pared (I) de Cintia Mannocchi, Argentina
Lionel de Ignacio Piñeiro, Argentina
Noche Veinte de Juan Miguel Fernández Lucas, Bolivia

Medios de distintos países de la región se han hecho eco de este concurso de microcrónicas. Como comunicamos en anteriores publicaciones, una selección de los textos participantes serán leídos al aire en el popular programa radial argentino “La vuelta de Zloto”, conducido por Marcelo Zlotogwiazda, emitido de lunes a viernes de 16 a 19 hs (GMT -3). Más información sobre el programa en:http://www.amdelplata.com/index.php/component/grillaprogramacion/?view=detalles&id=62

Además de ello luego de conocerse los ganadores varios medios de comunicación cubanos se han hecho eco del concurso: Radio Cubana, Diario Sierra Maestra, y el sitio de la Unión de Periodistas de Cuba, entre otros.

Cada una de las microcrónicas recibidas permite que nos reconozcamos en nuestros relatos, en nuestros personajes, en lo que ocurre en nuestras calles. Nos permite vernos con nuestros propios ojos y demostrarnos que estamos mucho más cerca de lo que nos quieren hacer creer. Conocernos es una de las formas de la creación de identidad.

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