20 años de Acción Poética en México

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La frase dice: “Los hombres no son nada, los principios lo son todo”. La acuñó Benito Juárez y en donde ha sido pintada recupera sentido. Desde las diez la mañana, trabajadores de la Secretaría de Obras de la Ciudad de México llegan a la esquina de Congreso de la Unión y Sidar y Rovirosa — justo en una de las esquinas de la Cámara de Diputados— para pintar de blanco una de las tantas bardas descuidadas del Sistema Colectivo Metro. La idea es que el muro quede listo para ser utilizado como lienzo y poder escribir la frase.

Si grafitear una barda en la ciudad sigue siendo ilegal, esta forma de intervención cuenta con el respaldo de las autoridades. Desde el 11 de abril pasado, cuando se publicó en la Gaceta Oficial de la Ciudad de México, la estrategia forma parte del programa Ciudad y Palabra CDMX, que busca intervenir con poesía, a lo largo de todo un año, más de 27 mil bardas —privadas y públicas— en toda la capital, especialmente en colonias con altos índices de violencia.

La iniciativa tiene dos objetivos. Por un lado, “embellecer” espacios que han quedado olvidados para recuperarlos; por el otro, mandar un mensaje “positivo” a la ciudadanía a través de sus muros. “El mensaje es que el espacio público, en concreto las bardas, no sólo sirven para hacer grafitis, pegar propaganda o dejarlas en obra negra, sino que nos gusta tener una ciudad limpia y con expresión de pensamiento; queremos potenciar el espacio público y las fachadas sirven para expresar ese pensamiento”, dice José Ramón Amieva, titular de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso) capitalina.

El proyecto es impulsado por esa dependencia, en coordinación con la Secretaría de Cultura local, el Instituto de la Juventud y otros organismos, y también participan las asociaciones civiles Mensajeros Urbanos y Fundación Corazón Urbano; todas bajo el esquema de lo que creó hace 20 años en Monterrey el poeta Armando Alanís Pulido, bajo el nombre de Acción Poética y que se ha extendido a decenas de urbes en el mundo y a casi todas las ciudades mexicanas.

Supieron negociar

“La verdad, al principio nosotros dijimos que no, porque no se amoldaba a lo que estamos acostumbrados a hacer”, dice David Sandoval, representante de Acción Poética en la Ciudad de México. Él comenzó hace ocho años a intervenir bardas en la Ciudad de México de manera independiente y se convirtió en representante del proyecto luego de establecer comunicación con Alanís. “Estando allá me di cuenta de que había poemas pintados por la calle, y me llamó muchísimo la atención, la idea se apoderó de mí y me atrapó; tenían frases poderosísimas”.

Un amigo conocía a Alanís y los puso en contacto. “Yo le pedí hacerlo en el DF y le pareció buena idea. Nos lo trajimos por acá y desde entonces nos hemos dado a la tarea de replicarlo con versos de creación propia y de autores conocidos”. Las primeras bardas que pintó estaban en Tlatelolco y en el Circuito Interior. Sandoval recuerda que la mayoría de las veces “pedía perdón y otras veces pedía permiso” para ocupar las bardas, “pero casi nunca nos lo daban”. Para él pintar las frases “es un homenaje para la ciudad, es un regalo para la gente”.

¿Pero no pierden institucionalizándose?, se le pregunta. “Nuestro proyecto tiene muchas implicaciones positivas, habrá quien diga que nos vendimos, pero estamos convencidos de que se puede colaborar estrechamente con la autoridad, a pesar de que te digan ‘no lo hagas’ o te persigan, supimos negociar”. La parte de la negociación ha implicado un pago (no especificado) y establecer parámetros para funcionar: sólo frases con menos de ocho palabras y mayormente poéticas, aunque han aceptado cívicas como la que se lee sobre Congreso.

La Sedeso fue quien buscó a Acción Poética. Ellos ya habían participado en un proyecto para la Feria del Libro del Zócalo y fueron el contacto. Amieva dice que se trata de absorber experiencias ciudadanas exitosas para utilizarlas en beneficio de toda la ciudad. “Nos estamos acercando a una experiencia exitosa, que nos puede ayudar como mensaje para la ciudad; lo que hacemos es allegarnos esa experiencia. Parte del ejercicio de gobierno es reconocer, apoyar y acompañar la iniciativa de la sociedad civil organizada”.

El proyecto ha comenzado a avanzar, y será a partir del 6 de junio cuando arranque con más fuerza. Los organizadores piensan que podrán intervenir hasta 100 bardas en un día. Las frases serán elegidas a partir de un catálogo de más de mil con que cuenta Acción Poética, muchas con versos del propio Alanís, otras de Sandoval y muchas más de autores consagrados como Octavio Paz, Pablo Neruda o Jorge Luis Borges, pero también con las propuestas de las propias dependencias capitalinas. Las bardas que serán intervenidas serán públicas, pero también se invitará a la gente para donar sus muros y que ellos mismos participen con frases y pintándolas. “La frase representativa que hemos elegido para el programa es: “Qué es la ciudad sino su propia gente”, dice Amieva.

Publicado en Excelsior

Cumple Acción poética 20 años y crece de manera exponencial

Erigido hoy en uno de los movimientos literarios urbanos más reconocidos, con actividad en más de 30 países, el proyecto Acción poéticacumple 20 años de haber sido fundado por el poeta Armando Alanís Pulido (Monterrey, 1969).

Con motivo de ese aniversario, el autor publica –con el sello Tusquets Editores– Balacera, antología de lospoemas visuales que ha plasmado en numerosas bardas durante la temporada más violenta en la historia de la capital de Nuevo León, que retratan el sentir y la atmósfera que se vivió en ese periodo.

En medio del denominado arte urbano, que casi en su totalidad ha hecho suyos los muros y calles de las ciudades del mundo y se manifiesta sobre todo con obra plástica, hoy se puede apreciar cómo el espacio deAcción poética se ha incrementadoespontánea y exponencialmente, pues abarca no sólo las bardas de varias metrópolis de América Latina y Europa, sino también las redes sociales.

En la Ciudad de México, este junio, con el aval del gobierno local se articulará una serie de pintas con contenido social en 15 de las 16 delegaciones políticas, adelanta Alanís Pulido.

Concluyendo la veda electoral, el Gobierno de la Ciudad de México proporcionará lo necesario. Para ello se lanzó una convocatoria a escritores y poetas con la finalidad de reunir frases sobre la urbe.

Lugar sitiado por el narco

Balacera es un libro con frases que surgen de la creciente violencia que se vivió de 2008 a 2011 en Nuevo León. “Monterrey se convirtió en un lugar sitiado por el narco. En poco tiempo ocurrieron hechos muy violentos que cambiaron radicalmente la cotidianidad”.

Por ejemplo, la muerte de dos estudiantes frente a una de las entradas del Tec de Monterrey, tras un enfrentamiento entre militares y presuntos integrantes de la delincuencia organizada.

“El incendio provocado por un grupo armado en el Casino Royale, que dejó al menos 53 personas muertas, o el motín en el penal de Topo Chico, con saldo de varios muertos y heridos.

Todos hemos sentido miedo en lo individual, pero en este caso la ciudad tenía un miedo colectivo. De manera personal y familiar no fui víctima de esa violencia, pero sí testigo de cosas horribles, como ver hombres muertos colgados en los puentes, afirma el autor.

Alanís Pulido lleva 25 poemarios publicados y con Balacera invita al lector a reflexionar sobre esos tiempos violentos, porque cuando ahora veo cómo está Monterrey, parece que nada hubiera pasado. Miro a las personas muy relajadas. Se perdieron muchas cosas, pero parece que no se tiene memoria de lo que pasó. No se ha hecho una reflexión de por qué ocurrió. Hoy hacemos activismo de clic. Damos clic a todo.

Antes de seguir órdenes de los de arriba ya había caído muy bajo,Antes de las armas largas ya tenía el alma corta y Antes de la decapitación había perdido la cabezason tres de las frases reunidas en el poema Guillotina.

Los capítulos de Balacera son Bala perdida, Casquillos percutidos, Balaceando poetas, Chulas fronteras, Una líneas, Somos la evidencia y A quemarropa. Este último, explica el autor, es el más reflexivo, trata de que nos reconozcamos en nuestras heridas.

En libro tiene también un apartado con algunas fotografías de ciertas acciones poéticas que se realizaron en aquel violento periodo con la finalidad de recuperar el espacio público.

Por ejemplo, uno de los mensajes cerca de un estadio era: Disparos. Pero sólo a gol. Otro, en referencia a las granadas de fragmentación lanzadas por los narcos, era: Que sólo estalle tu risa.

Pensamos que ante el miedo colectivo había que apostar por recuperar los espacios y refundar la ciudad mediante la poesía, continúa Alanís.

Acción poética es una recuperación y una revaloración del gafiti literario público, en medio de las obras de carácter plástico, denominadas arte urbano, reconoce.

“Decir más con menos es una de las premisas de ese proyecto. Desde la acción provocar una reacción y reflexión. En este caso la reacción ha sido fenomenal. Actualmente Acción poética abarca más de 30 países. En México está en más de 180 ciudades. Hay grupos organizados que lo están haciendo.

“Incluso, hay Acción poética en braille hecha con corcholatas. Al final de cuentas es la revaloración y apropiación del espacio público, desde la poesía. Es una acción que a veces realizamos sin el auspicio de ninguna autoridad oficial, pues la idea es que la poesía sea parte cotidiana del paisaje público”, destaca Alanís, ganador del Premio Nacional de Poesía Experimental en 2009.

Acción poética consiste en pintar o intervenir una barda con versos o frases poéticas. Se pinta el muro de blanco, simulando una página en blanco, y se usan letras negras de molde mayúsculas. El texto está vinculado al entorno. Si hay una dulcería, una panadería, una fábrica, una oficina o un hotel de paso, se trata de relacionarlos. La idea es involucrar y consultar a los vecinos.

Las restricciones disponen “no política, no religión, aunque la primera se ha cambiado por no partidos políticos, porque sí hemos hecho alguna acción poética de carácter político-social.

Como grupo no buscamos institucionalizarnos, sino profesionalizarnos, aclara Alanís Pulido.

En las redes sociales, concluye, “hay decenas de páginas de Acción poética, pues cualquiera puede organizar un grupo. Nosotros tenemos un sitio en Facebook: Acción poética oficial, donde podemos asesorar a quien lo pida”.

Publicado en La Jornada

 

Poesía percutida

Disparo al aire una confesión: nací y vivo en Culiacán, Sinaloa, ciudad considerada cuna del narcotráfico y de la narcocultura. Sé lo que es despertar de madrugada, escuchando a lo lejos (o ahí nomás, a la vueltecita) el infame estruendo de una cuerno de chivo. Me avergüenzo de las cruces que se alzan por mi capital, delatando cada ejecución, esparciendo el olor a pólvora y a muerte.

Por eso celebro que Armando Alanís Pulido, nativo de Monterrey, Nuevo León —otra conflictiva metrópoli norteña—, haya publicado Balacera (Tusquets Editores, Colección Marginales, México, 2016, 126 pp.) obra en que responde cada detonación escuchada con versos del más grueso calibre.

Alanís, creador del proyecto Acción Poética —consistente en pintar bardas públicas con fragmentos poéticos— explica en este libro cómo la violencia en su urbe le obligó a replantearse dicho proyecto; a “tratar de recuperar las calles, las plazas (…) con un arma cargada de futuro, con versos, con poesía” (p. 91).

Así, en Balacera rafaguea al lector con 67 textos, precedidos por un certero prólogo de su colega Jorge Fernández Granados, quien califica esta obra como un “libro sarcástico, hondo e inteligente” que parte de “la violencia como código ya colectivo” (p. 13).

Ante un panorama tan desolador, resulta inevitable ser pesimista: “Uno cosecha lo que siembra: hierba, terror, indiferencia,/ y lo peor es que no son advertencias, son el notorio/ desastre de nuestras almas” (p. 31); “corta y triste es nuestra vida,/ no hay remedio, ni rumbo, no hay nada justo en este asunto” (p. 32).

Por demás ingenioso resulta el poema “Examen de conciencia (o de confianza, qué más da)”, en cuya primera parte se conmina al lector a relacionar unas palabras con otras, para formar así unas rimas. Y ahí es donde lo lúdico se funde con lo trágico. Porque se topa uno con que “gobierno” rima con “infierno”; e “institución” rima con “corrupción, ejecución” (p. 58).

Hay una subversión del locus amoenus, una antiutopía, en el apartado “Chulas fronteras”, donde se dedica un poema a cada una de estas urbes: Ciudad Juárez, Matamoros, Tijuana, Laredo y Reynosa. Cito íntegro el de Tijuana: “Dura patria, permite que en cobijas te envuelva/ y que la música de las balas lo resuelva/ porque lo sabes: me madreaste por entero/ con golpes tendenciosos de los fusiles/ entre llantos y gritos de los civiles/ y batos de oficio pozolero” (p. 68).

Hay testimonios de desesperado fervor: “Líbranos del mal hábito de la negociación./ No trajimos chalecos, pero estamos cerca…/ Amedrentados están, culeados están. Amén.” (p. 60); de cínica vanagloria: “saben que yo controlo la zona/ y que la chota me conoce y halconea/ y me da el pitazo cuando es necesario,/ saben que soy tan agradecido como agresivo./ En estas calles me dejan ser, en estas calles distribuyo” (p. 38).

Hay una añoranza: “Yo recuerdo cuando el mundo no estaba marcado por el/ número de ejecutados” (p. 103).

Hay una desazón: “Un dolor inexplicable en el centro de la existencia: el/ alma, el pecho, el corazón, el cerebro, el honor…” (p. 104).

Hay la certeza de que el lenguaje está “tan sacrificado como la familia del sicario” (p. 108).

Hay un cuestionamiento que lo involucra, en medio del terror nuestro de cada día: “¿Para qué sirve un poeta?” (p. 113).

Pero, también, hay un deseo del deseo: “Mejor el estruendo de tus caricias” (p. 98); hay un manifiesto vital que amerita ser citado completo: “La costumbre despiadada”: “Tengo la costumbre despiadada de escribir a quemarropa, de pensar en voz alta// de dormir poco y soñar mucho, de merodear instintos…// Tengo la costumbre despiadada de pensar que también estamos expuestos al amor” (p. 110).

Hay, por encima de todo esto, una esperanza del Poeta de las Bardas: “que sólo la poesía dé en el blanco”.

Esperanza compartida por sus numerosos lectores, al grado de que Balacera ya cuenta con su primera reimpresión.

Balacera: Poesía percutida que atraviesa el alma.

Publicado en Siempre!
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