SISMICA, proyecto de exportación del arte chileno

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Por Denisse Espinoza

No sólo materias primas, vino o salmón, tiene la industria chilena para exportar fuera del país. La cultura puede ser un buen estandarte para promover las bondades de un territorio, si es que no la mejor y más duradera.

A mediados de 2013, ProChile, el programa de fomento a la exportación que maneja el Ministerio de Relaciones Exteriores, le encargó a la Asociación de Galerías de Arte Contemporáneo Chilenas (AGAC) proyectar una marca sectorial que ayudara a promover las artes visuales chilenas en el extranjero, tal como lo vienen haciendo desde 2009 con el cine, en colaboración con la Asociación Gremial de Productores de Cine y Televisión, que dio como resultado la imagen de CinemaChile.

Luego de más de tres años de trabajo, hoy se lanza, a las 19.30 horas en la Plaza Mulato Gil del barrio Lastarria, la marca sectorial SISMICA, con la que Chile irá en busca de mercado internacional para sus artistas. “No fue una tarea fácil, debimos levantar datos duros de venta e impacto, que no se encuentran tan fácilmente, porque el nuestro es un sector aún en desarrollo. Profesionalizar nuestra área es uno de los objetivos que tenemos con SISMICA”, cuenta el galerista Paul Birke, presidente de AGAC, quienes contrataron los servicios de la empresa de branding Watson para que trabajara el nombre y logotipo de la marca.

Así llegaron a SISMICA y a la S formada por cientos de trazos como si fuesen las huellas de un sismógrafo. “Se consideró anticuado llevar la palabra Chile o arte dentro del nombre, y se optó por algo más fresco y que representara tanto al sector como al país mismo. Así se llegó a SISMICA y a Redes para las Artes Visuales de Chile como bajada. La asociatividad es un tema instalado en el continente; en Brasil ya cuentan con su propia marca sectorial, Latitude y en Argentina con Meridiano”, señala el presidente de AGAC, que reúne a 15 espacios expositivos, entre ellos galería Artespacio, Die Ecke, Patricia Ready, Isabel Aninat, La Sala, XS y NAC.

Tras presentar hoy la etapa de diseño, comenzará la definición de las estrategias para el desembarco de SISMICA en la región. La idea es partir por el mercado latinoamericano, con un stand en algunas de las ferias de arte vecinas, primero en Lima y Buenos Aires, para luego en una onda expansiva llegar a Sao Paulo, Bogotá y Ciudad de México.
Aunque el encargado de formular los proyectos será AGAC, con la directiva formada por los galeristas Paul Birke, María Elena Comandari y Lucía Cintas como núcleo, los beneficiarios directos en esta primera etapa serán los artistas y curadores reunidos en el gremio de ACA (Arte Contemporáneo Asociado), la Feria Ch.ACO y las editoriales de Metales Pesados y D21.

Una vez formulado el proyecto, el desafío será conseguir los recursos: 60% correrá por parte de ProChile y 40%, por SISMICA. “El gran desafío será entusiasmar con este proyecto a los privados, y eso es lo interesante: que esto se convierta en una gran gesta público-privada, para eso ya hemos sondeado con bancos y empresas de telecomunicaciones”, cuenta Birke.

Más allá de Matta

Para el director (s) de ProChile, Rafael Sabat, el arte es un sector cada vez más interesante como eje comercial, pero que puede ir más allá. “El arte es un vehículo poderoso para dar a conocer la cultura, identidad y valores que distinguen a Chile, y por ello estamos realizando un trabajo cada vez mayor para lograr que los artistas lleguen unidos a los grandes mercados donde se difunde y se transa el arte. Mostrar a un sector unido, trabajando bajo una sola marca, permite generar economías de escala en difusión y posicionamiento, además de producir un mayor impacto en la imagen país”, explica.

Paul Birke destaca la oportunidad de dar a conocer el arte chileno más allá de Roberto Matta, así como revalorizar el trabajo de los más jóvenes. “Afuera sólo se conocen a las estrellas solitarias, nombres como Alfredo Jaar, Iván Navarro, pero no se conoce cuál es la historia del arte local. Hay toda una generación de artistas geométricos, vinculados al arte abstracto, que no se ha valorado, así como la nueva generación de arte contemporáneo. Este desconocimiento ha hecho que las obras de muchos de nuestros artistas no tengan el valor que merecen en el mercado. Por ejemplo, una artista peruana de mediana trayectoria como Elena Damiani vende sus obras por unos US$ 40 mil, mientras que alguien del mismo nivel como Cristian Salineros está por debajo de esa cifra. Esto tiene que ver con el valor comercial, pero también con un valor simbólico que con SISMICA vamos a poder trabajar en profundidad ”, resume el presidente de AGAC.

Publicado en La Tercerasi
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