Vestimenta e identidad

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Las prendas de vestir pueden ser elaboradas en horas hasta meses, lo que evidencia su complejidad.
La diversidad de colores en sus prendas, collares hechos con semillas y un turbante que cubre la cabeza de las mujeres; pantalones cortos y un pañuelo en el caso de los hombres es parte de la vestimenta tradicional del pueblo afroecuatoriano, especialmente de los que se ubican en Esmeraldas.

Color afrodescendiente
Con el paso de los años los afrodescendientes se han extendido por todo el país llevando sus costumbres y tradiciones que se han adaptado al lugar donde se encuentran.
Nila de Aguiar, dirigente de la asociación Pueblos Afros del Azuay, manifestó que la vestimenta de la mujer se caracteriza por una falda prensada larga en forma de las olas del mar y una blusa con cuello en forma de círculo que representa el cosmos “porque las energías giran en círculos”.
Indicó que para el baile las prendas tienen cintas tanto en la falda como en la blusa que identifican los colores de la bandera del lugar de procedencia de la persona o agrupación.
Sobre el turbante de tela que usan, dijo que la creencia es que protege la sabiduría y conocimiento que se guarda en la cabeza.
La vestimenta de la mujer se complementa con collares, aretes y pulseras grandes elaboradas con semillas de pailón, chonta y conchas del mar que alejan las malas energías con el sonido, según indicó la dirigente de esta población.
Sobre la vestimenta de los hombres, indicó que es más sencilla pero igual de importante que el de la mujer. En zona de la Costa usan camisas de colores claros y un pantalón pescador para moverse con mayor facilidad en sus actividades diarias en el campo y la pesca.
De Aguiar comentó que utilizan un sombrero que puede ser de paja toquilla y de hoja de palma para protegerse del sol y un pañuelo para limpiar el sudor.

Vestimenta saragureña
Los colores que predominan en la vestimenta saragureña son blanco y negro. El material tradicional de su atuendo es hilo de lana de borrego. Un traje completo puede costar entre 700 y 1.000 dólares. Así, el atuendo de los saraguros es un despliegue de elegancia y significado cultural.
María Gabriela Albuja, docente y coordinadora general en la unidad educativa de Saraguro Yachay Kawsay, opina que la vestimenta Saraguro tiene parecido con los colores del pájaro curiquingue.
En la vestimenta de los varones saragureños, lo que generalmente llama la atención son los pantalones hasta la canilla, por un proceso de afrancesamiento.
La misma explicación tiene el trenzado del cabello. La docente advirtió que “los dibujos de los cronistas recrean a nuestra gente con el cabello suelto y agarrado con cintas. La trenza era parte de un proceso que ellos llamaban civilización”.
La aparición de las blusas bordadas y llenas de colores, al igual que en el caso de los varones, aparecen en la década de los 50. Antes de esto las mujeres se cruzaban dos bayetas de hilo de lana de borrego del hombro izquierdo a la parte derecha de la cadera y de hombro derecho a la zona izquierda de la cadera.
Sobre estas bayetas, y aún se mantiene es el reboso, que actualmente se usa sobre la camisa y que es atado con un tupo, una finísima pieza de plata que originalmente tenía el diseño de un sol.
En la parte baja las mujeres usan una pollera llana y larga hasta el tobillo, sobre ella un anaco negro hecho con lana de borrego prensado.
En el caso de los sombreros, Albuja sostuvo que no es de uso ancestral, si no que más bien aparece en la colonia.

Sombrero es cultura
De paja toquilla, lana o paño, son los sombreros utilizados en nuestro país para protegerse del sol, pero que por su forma, tamaño o detalles le dan identidad a las poblaciones indígenas o montubias del Ecuador.
Al interior de cada grupo cultural el diseño suele variar según el sexo, edad, condición social, estado civil y situación económica, así lo detalla Marco Sempértegui, analista del Museo Pumapungo.
Indica que a lo largo del territorio ecuatoriano entre los sombreros más característicos se encuentran los de paja toquilla, “artesanía emblemática del país por su calidad en manufactura».

Diferencias en Azuay
En Sígsig el sombrero que utilizan hombres y mujeres es de color blanco, tienen 16 centímetros de plantilla, 11 de copa y entre ocho y 10 centímetros de ala acompañado de cintillos de cuero como parte de la decoración. La forma es platillado con dos hundimientos en la copa llamado puños. En Puzhío de Chordeleg, el sombrero que se utiliza tiene diferencia en la forma de la falda que tiene entre seis y ocho centímetros, y va adornado con cintas negras o azul marino.
En algunas comunidades de Gualaceo usan un sombrero más pequeño con una plantilla de 15 centímetros, copas de nueve centímetros y faldas no más de cuatro o cinco centímetros.

Chola cuencana
Sempértegui menciona que en la actualidad se puede apreciar en Cuenca, que las vestimentas tradicionales son usadas principalmente por las minorías étnicas que por sus necesidades de representación y distinción de la población urbana, mantienen su vestimenta para conservar viva su cultura y tradiciones “siendo el sombrero parte fundamental de su atuendo”.

Cañar
En Cañar portan un sombrero en forma de cono, con ala y copa pequeña. Sampértegui explicó que el sombrero de las mujeres solteras lleva un rosetón con cintas en la parte delantera y el de las casadas un rosetón hacia atrás con cintas de color negro y morado. Los hombres casi no lo utilizan.

Sombreros de paño
Las poblaciones indígenas como los saraguros de Loja, los salasacas de Tungurahua, los otavaleños de Imbabura y otros, utilizan sombreros de lana porque son impermeables, más rígidos y resistentes al viento por su peso, “pero sobretodo es una tradición milenarias porque la utilizaron siempre desde antes de la conquista de los españoles”, indica Raúl Cabrera, técnico del Centro Interamericano de Artes Populares, CIDAP.
Sempértegui detalla que los sombreros  que llevan los otavaleños son de ala corta y con una pluma al costado como símbolo del conocimiento del idioma ancestral quichua, el sombrero blanco de los salasakas es de forma achatada y de pequeña copa. También está el sombrero del Taita Carnaval de Pucará, grande, imponente y con cintas de colores.

Atuendo otavaleño
Alicia Chiza, de origen otavaleño, ha emprendido en Cuenca un negocio de ventas y artesanías.
Para ella, la vestimenta de los novios en la fiesta del matrimonio otavaleño es lo más importante de su cultura. La mujer debe ir toda de blanco, con su blusa de bordados, el anaco y alpargatas, tampoco le pueden faltar el collar o guallca, los colgantillos que son los aretes y la maquilmatana que son pulseras con las que se cubren el antebrazo. Todos estos accesorios son elaborados con coral rojo y se usan los mejores en las fiestas culturales, religiosas y familiares. El hombre viste de camisa y pantalón blancos, con poncho azul, alpargatas blancas y sombrero negro de paño. Es importante, cuenta la pareja, que toda la vestimenta sea confeccionada a mano, y además es obsequiada por los padrinos. El fandango es el baile típico para los recién casados y significa unión de matrimonio. La pieza es danzada también por la novia y su padre. Chiza detalla que al día siguiente se realiza un baño de limpieza a los novios con el objetivo de empezar una nueva familia.
El líder de la comunidad está a cargo del ritual”, indicó Chiza.

Publicado en El Tiempo
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