¿Teatro vs. Trump?

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Trump es una amenaza para el mundo y en particular para el país, principalmente por la cacería y deportación de inmigrantes, y el delirio de construir un muro entre las dos fronteras. No es poca cosa y no debe desestimarse.

 “Mexicanos podrán perder la vida, pero nunca la dignidad frente al Estado[1]”.

Boaventura de Sousa

Ante la alarmante situación de derechos humanos que se vive en México, crisis sin precedentes en la historia reciente del país y actualmente la más grave de Latinoamérica, cualquiera pensaría que algunos integrantes de la comunidad teatral lanzarían un llamado contra el mal gobierno y en solidaridad con las personas, barrios, pueblos y colectivos en lucha y resistencia, pero no es así… es contra las políticas de Donald Trump.

En mi anterior artículo hablé de la escasez de temas sociales en el teatro comercial y en el gubernamental. Justamente a los pocos días, varias instituciones, un cacique del teatro oficial, un eterno becario y favorecido por el régimen, entre otros, lanzaron un curioso Manifiesto, un premio internacional de dramaturgia y una convocatoria para llevar a cabo algo que denominaron Teatro por la Dignidad: “La temática deberá girar en torno a la relación México-Estados Unidos o bien acerca de los posicionamientos del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que lo hacen un peligro para la humanidad”.

A bote pronto pareciera una propuesta interesante, sin embargo vale la pena analizar algunos asuntos de esta iniciativa. Con un discurso casi calcado al del gobierno de Peña Nieto, el manifiesto demanda unidad ante un enemigo común: el residente de la Casa Blanca. En efecto, Trump es una amenaza para el mundo y en particular para el país, principalmente por la cacería y deportación de inmigrantes, y el delirio de construir un muro entre las dos fronteras. No es poca cosa y no debe desestimarse.

Sin embargo, México ha sufrido peores agresiones por parte de sus propios gobiernos, los anteriores y el presente, que por el xenófobo de Trump… al menos hasta ahora. Los sexenios panistas y priístas llevan a cuestas una enorme lista de crímenes impunes: la fallida guerra contra el narcotráfico que ha cobrado miles de vidas, los 43 estudiantes de Ayotzinapa sumados a los 30 mil desaparecidos en “democracia”, 855 fosas de las que se exhumaron 1,548 cadáveres, más de 90 mil mexicanos ejecutados en 10 años, asesinatos de activistas, luchadores sociales y periodistas, masacres como las de Tlatelolco, Acteal, El Charco, Tlatlaya, Nochixtlán, la pandemia de los feminicidios, presos políticos, desfalco a los estados por parte de sus gobernadores, depreciación del peso frente al dólar, alza de precios, las reformas neoliberales, represión, inseguridad, corrupción, y un largo y dolorosísimo etcétera.

Es por ello que –desde mi punto de vista- esta propuesta resultaría más oportuna si hubiesen elegido correctamente a los enemigos comunes: la partidocracia, los gobiernos federales y estatales, los gobernadores, diputados, senadores y demás funcionarios que han sumido al país en la barbarie. Si México padece desde hace años una crisis brutal de derechos humanos no se la debe a Trump sino a los infames gobiernos que ha tenido. Pero tal parece que es preferible ver la paja en el ojo ajeno que la viga en el propio. Incluso hay quienes mañosamente pretenden comparar esta propuesta con el movimiento Teatro por la Identidad de Argentina u otros similares de Uruguay y Chile, pero la diferencia es que tales iniciativas denunciaban a las dictaduras de sus propios países, causantes de sinnúmero crímenes de estado.

 

Entre los convocantes del edulcorado manifiesto se encuentra Luis de Tavira, favorito en los sexenios de Vicente Fox, Felipe Calderón y parte del de Peña Nieto, quien durante ocho años estuvo al frente de la Compañía Nacional de Teatro. “Están tan invitadas las instituciones públicas federales y estatales como cualquiera. ¿Quién se pone el saco? No hay exclusión ni invitación especial, estamos convocando a todos los hacedores de teatro y a la sociedad a generar acción teatral y a sumarse sin mayores protocolos que este[2]”, apuntó De Tavira.

Me parece evidente que invitar a las instituciones oficiales es plegarse al régimen, apoyarlo de forma tácita. Pero claro, como beneficiarios del sistema, resulta más cómodo y conveniente atacar a Trump que al gobierno que los ampara y provee. El régimen debe estar complacido ya que esta convocatoria se suma al pedido de unidad lanzado por Peña Nieto contra las políticas de Trump, llamado rechazado por muchas organizaciones sociales. Por ejemplo, ¿cómo pedirle unidad a los padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa cuando el gobierno ha sostenido una “verdad histórica” desmentida por prestigiados organismos internacionales?

Cabe recordar que tiempo atrás se realizaron eventos similares; el referente más reciente es el Ciclo de Teatro Útil, donde grupos teatrales llevaron a escena obras que abordaban temas sociales como la vida carcelaria, el narcotráfico, los feminicidios, la tragedia de la Guardería ABC, la represión en Atenco, el abuso infantil, entre muchos más. Sin embargo, este Ciclo fue realizado de forma independiente y denunciaba las injusticias cometidas por el gobierno, no apoyarlo. Por otro lado, el Centro Cultural Carretera 45, también firmante del manifiesto, acaba de lanzar el “Primer Concurso de Dramaturgia de Teatro para el barrio”, iniciativa por demás interesante.

A pesar de lo anterior, esperemos que a partir de la convocatoria Teatro por la Dignidad surjan obras que lleven a la palestra el teatro crítico, político y social tan necesario en nuestros escenarios. Ojalá que al momento de hablar de Trump y las relaciones México-Estados Unidos, los autores señalen que el presidente norteamericano es un peligro para el país, pero el mayor enemigo lo tenemos dentro: el régimen actual. Asimismo que el maltrato, racismo y la deportación de migrantes no son exclusivos de los Estados Unidos; México trata de forma inhumana a muchos indocumentados extranjeros, más que nada a los centroamericanos.

¿Teatro por la dignidad? Sí, hagámoslo por los que dignamente luchan y resisten día con día contra la represión, los asesinatos, las desapariciones forzadas, las ejecuciones extrajudiciales, las medidas neoliberales, las reformas estructurales, la marginación, la discriminación y muchas injusticias más. Solidaricémonos con ellos, no con uno de los peores gobiernos que hemos tenido.

Publicado en Las Nueve Musas

 

 

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