Teatro de los jóvenes

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La cultura, en particular el teatro, como medio para sacar a niños y jóvenes de la delincuencia, sobresale hoy como uno de los proyectos que desarrolla el reconocido dramaturgo cubano Huberto Llamas en barrios humildes de Panamá.

En declaraciones a Prensa Latina, el director de teatro ofreció detalles sobre el montaje de una obra de creación colectiva, que narra la vida de dos muchachos que matan a sus padres por dinero.

Para ello trabajan con niños delincuentes, incluso sicarios, que desde los siete años aprendieron a matar por dinero o andaban con un revolver, y otros que le dieron candela a una casa donde vivía una niña con su madre, explicó.

‘Estoy trabajando también con sicarios que cambiaron su vida, gracias a la labor que realiza el actual gobierno para combatir y cambiar esa realidad’, apuntó el profesor.

Llamas aseguró que en pocos países en los que ha vivido, hubo una administración tan social como esta, que lucha por las personas más humildes y necesitadas.

Adelantó que el nombre de la obra de teatro saldrá a partir de un documental que realizan bajo el título de Jesús, en homenaje a un muchacho que murió, víctima de la violencia.

Sobre el papel del deporte y la cultura en el cambio de conducta de muchos de estos jóvenes, el líder comunitario Isaac Jorge Dilma afirmó que esto solo es posible, siempre y cuando tengan las ganas y el poder de hacer las cosas bien.

Baste señalar, que desde hace cuatro meses este entrenador de fútbol en el capitalino complejo deportivo Torrijos-Carter incursiona en el teatro con la asesoría de Llamas, para el montaje de obras en el popular barrio de San Miguelito con niños de seis años en adelante y jóvenes de hasta 17 años, con el objetivo de sacarlos de la delincuencia.

El ‘Maestro de las Américas’ aseveró que justamente el éxito de su carrera está en haber vivido para la cultura comunitaria, por ello en Panamá ‘trabajamos en los barrios marginales y en los lugares más apartados porque los cambios se dan, viviendo la realidad’.

Asimismo, el Premio Nacional de Cultura Comunitaria 2003 se refirió a los factores que actualmente impactan de manera negativa en el desarrollo de esta manifestación artística como la comercialización y el auge de la tecnología.

‘Hoy en día nadie va al teatro, pues prefieren quedarse en casa y ver en los televisores las obras o películas, antes de sufrir los tranques. Por otra parte, en la medida que los políticos se enriquecen y los millonarios son más millonarios, el teatro se desbarata’, dijo.

De igual forma, fue enfático cuando expresó que el teatro no ofrece muchos dividendos económicos, sobre todo cuando es serio, una realidad que solo resulta diferente en Cuba, gracias a la gran cultura que tiene su gente.

‘Mi teatro es de pueblo y con él he triunfado’, aseguró el director de memorables piezas como Santa Camila de la Habana Vieja y Los miserables, que atesora una decena de premios internacionales y ha trabajado para más de cinco mil jóvenes en toda América Latina.

Publicado en Prensa Latina
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