Por Redacción NodalCultura
El Corredor Latinoamericano de Teatro -CLT- se conformó como una plataforma de intercambio internacional y se constituye legalmente como una asociación civil sin fines de lucro. Nació de un primer encuentro entre Manuel Ortiz, de Chile, y Mauro Molina, de Argentina. A partir de ese encuentro, se organiza en base a de distintas coordinaciones que están presentes en Argentina y Chile, fundadoras de la red, en Brasil, donde hay dos (Nova Lima y Florianópolis), una en México (Pachuca) , El Salvador y Colombia (Medellín). Sus miembros siguen trabajando para incorporar coordinaciones en Uruguay, Bolivia y Perú.
En el mes de abril el CLT organizó el VI Festival Latinoamericano de Teatro en Santiago de Chile, con obras de Argentina, Brasil, Colombia, Chile y México y junto a ellos España como país invitado. La 7ª edición se realizará entre el 4 y el 9 de junio en Pachuca, México y luego será el turno de Argentina, ya que entre el 16 y 20 de julio se hará, como el año pasado, una edición del Festival del CLT en la ciudad de Tres Arroyos.
Actualmente, y hasta el 15 de mayo, se haya abierta la convocatoria abierta para dramaturgos de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México y España, para el V Encuentro de Dramaturgia Internacional Emergente. Las bases de la convocatoria pueden consultarse tanto en español como en portugués
NodalCultura dialogó con 3 de los miembros activos del CLT: Manuel Ortiz, de Chile, Juan Pablo Ricaurte, de Colombia, y Jorge Tesone, argentino que reside en España y dirige el Festival Iberoamericano de Teatro de Logroño.
¿Qué es el corredor latinoamericano de Teatro?
Manuel: El corredor Latinoamericano de teatro es una plataforma de circulación e intercambio permanente para los artistas escénicos en América Latina, para generar circulación al interior de la región y también para proyectar el trabajo del teatro latinoamericano hacia a Europa.
Los ultimos años nos hemos dado cuenta que hay un interés muy fuerte del teatro latinoamericano en Europa y no hay plataformas que tengan una propuesta variada, no canónica. Hay festivales como el FIBA , FITAM y otros, que llevan el teatro latinoamericano a Europa pero que escogen artistas entre un pequeño universo y los mueven por el mundo. Mientras tanto hay una gran cantidad de artistas independientes que hacen muy buen trabajo, y que no tienen la posibilidad de acceder a la circulación internacional. De algún modo es por eso que nace el corredor.
¿Cuándo, cómo y dónde nació el CLT?
Manuel: Es una larga historia… Yo hace mucho tiempo tenía una idea que se llama corredor andino de teatro. Sería por 2005. Lo imaginé porque me interesaba mucho el teatro argentino y veía que no habían vínculos más allá de FITAM. Faltaban vínculos que pudiesen favorecer un intercambio entre el teatro Chileno y el Argentino. En un festival internacional en Chile nos encontramos con Mauro (Molina). Yo estaba allí con una obra mía y él venía con una obra suya.
Como es típico un festival internacional estábamos con un tema de “bueno, hagamos cosas juntos“ y esas cosas. Fue allí cuando le dije a Mauro que yo tenía esta idea del corredor andino de teatro. Y entonces surgió la pregunta clave: ¿Por que no armamos algo que sea un poco mas grande? Y también, por así decir, más solidario, más convocante, más incluyente que el “yo te llevo mi compañía y vos traes la tuya” y quedamos hasta ahí. Mauro se copó.
Terminó el festival, pasó un skype por acá, un skype por allá y de repente comenzamos a pensar qué nivel de contactos teníamos, para ver qué posibilidades reales había. Se abrió mucho y rápidamente, ya que había mucha gente interesada. De inmediato le cambiamos el nombre de ´Corredor Andino de Teatro” para abrirnos a toda Latinoamérica. Eso fue en octubre del 2013. En enero del 2014 se lanzó el corredor en Chile. En marzo 2014 en Argentina. Desde entonces no hemos parado. Luego se sumaron Colombia, Brasil, México y ahora El Salvador, en Centroamérica.
Ustedes son artistas, tienen sus compañías e presentan sus propios trabajos, pero el colectivo tiene una fuerte impronta en la gestión cultural y esto es, de algún modo, una matriz del Corredor.
Manuel: Si, sin dudas. Se fueron dando ciertas coincidencias. Yo estudié teatro. De hecho, soy actor. En algún momento empecé a escribir y no actuo hace rato. Soy director y dramaturgo. El tema es que cuando tenía esa primera idea de corredor andina de teatro, no tenía la idea de producir nada. Pero en 2011 me invitaron a trabajar en guiones y trabajar en una productora audiovisual. Esa productora generó un festival de animación, que se llama Chile Monos. Yo fui el productor ejecutivo durante 3 años y ese fue mi gran aprendizaje sobre la gestión cultural y la producción en general. Tengo la fortuna de hablar inglés entonces me comunicaba con el resto del mundo, skype con Pixar, traer a la chica que ganó el Oscar con Brave, un alto estándar en ese sentido.
Así aprendí mucho de gestión y comencé a pensar que si desde Chile Monos estábamos generando esta plataforma que imaginaba para el teatro. Yo soy actor ¿podremos generar esto mismo con el teatro?, me preguntaba. Fue cuando pensaba esto que me encontré con Mauro. Cuando nos encontramos, pasó eso que pasa cuando uno se encuentra con una persona y dice “contigo, yo puedo trabajar”: fue amor a primera vista. Desde entonces venimos trabajando juntos con el corredor y conduciendo en general todo lo que genera.
Sostienen que la idea del corredor andino era superar aquello de `vos me invitas a tu país, yo te invito al mío` para salirse de esa relación casi personal. ¿Como fueron incorporando otros grupos ¿cuántos son? ¿Cuál es la estrategia para invitarlos a que se sumen a los proyectos que desarrollan?
Manuel: Como nosotros no somos un festival, sino una plataforma, realizamos diversas acciones. Por ejemplo: realizamos el festival latinoamericano de teatro, que es un festival itinerante porque se hizo el 2015 en Pilar, Argentina; en Santiago de Chile; en México; en Tres Arroyos, nuevamente en Argentina. O sea, es una acción que se va generando en distintos lugares. También organizamos un encuentro de dramaturgia internacional donde se genera un intercambio muy importante entre Argentina, Chile, Brasil y Colombia, que han participado. Este año se suma México a ese encuentro y además tenemos un festival unipersonal. Desarrollamos distintas acciones que producimos nosotros, y al mismo tiempo estamos en contacto con otro tipo de festivales donde programamos teatro de Latinoamérica.
Lo que hacemos básicamente es que, para cada instancia, nos contactamos con nuestras antenas –así llamamos a cada uno de los lugares donde hay miembros del CLT- y vamos buscamos como aporta cada uno al proyecto. Si organizamos un festival latinoamericano de teatro, el organizador local llama a Juan Pablo (Ricaurte, de Medellín, Colombia) y le dice “necesito obras colombianas”, o con nuestra antena de Brasil y consulta sobre obras brasileras. Lo mismo con México. Tenemos algo sistematizado, cada antena tiene 3 obras y el país anfitrión del festival cura las obras en función de que es lo que funciona mejor, de acuerdo a su conocimiento del público en el propio territorio. Esa es la forma en la que programamos. Lo mismo hacemos para festivales que desde otros países nos piden programación latinoamericana.
Una de las cosas que nos tienen muy contentos es lo que hemos venido haciendo en Europa hace tres años. En el 2015 nos invitaron a un encuentro en España, donde se reunieron distintos festivales y se abrió un nuevo corredor hacia Europa. En el primer año, 2015, llevamos una obra chilena. En 2016 otra obra chilena más, una argentina, una uruguaya y una brasilera.
Esa acción que hace un año estuvo reducida en FITAG este año creció. Jorge Tesone, que está produciendo un festival en Logroño, España, se sumó y armamos un circuito que nos llevó a Bonn, Mónaco participando y por supuesto ciudades de España.
En general los responsables de las Antenas, son actriz, actor, dramaturgo, salvo Juan Pablo Ricaurte, que actualmente actúa más como gestor y teórico ¿cómo te posicionas frente al corredor?
Juan Pablo: Me dedico principalmente fuera a la gestión cultural y a la investigación y a la crítica teatral, con la revista Ateatro y todos los productos alrededor de la revista, el fondo la colección de dramaturgia y el fondo de la investigación. En la gestión también hay un proceso de creación.
Manuel: Juan Pablo es un ejemplo, pero todas las personas que conducen el corredor en los distintos países también tienen experiencia desde la gestión. Luisa Marina, quien es la coordinadora en Santa Catarina Brasil, acaba de terminar un master en gestión cultural.
Juan Pablo: Para poder gestionar este tipo de corredores hay que tener un poco de experiencia de función, de producción, gestión y humanizada. Es necesario para poder enlazar.
Hay dos palabras que han utilizan ustedes que me interesaría me expliquen. Corredor y Antenas.
Manuel: A ver corredor, francamente uno como artista también tiene como cierto olfato con el lenguaje y corredor andino de teatro “suena bonito”. Después uno empieza a encontrarle el sentido.
Ahora, Corredor me parece muy interesante como campo semántico. Corredor en las casas y en Latinoamérica. Es algo que une un punto con otro y eso me parece que ya la volvía distinto a la idea de red. Por que como bien tu dices creo que de un tiempo a esta parte, el concepto de red está un poco manoseado. Se arma mucho la idea de red, y que `dura menos que un candy`, como bien decimos en Chile. Nosotros no teníamos la idea de hacer una red, más bien una plataforma que permita la circulación a nivel de distintos campos. La circulación no es solo yo voy con mi obra, presento, vienen los aplausos y después nos vamos a tomar una cerveza. La circulación tiene que ver con la dramaturgia, con la gestión, con compartir experiencias y conocimientos que uno va a adquiriendo en la práctica, no
Manuel afirmó que los grandes festivales están clausurando espacios, Juan Pablo, vos conoces mucho al respecto ¿cómo ves ese tema?
Juan Pablo: Me atrevo a decir para Iberoamericana es un tema delicado, porque las grandes multinacionales están llegando a comprar estos festivales. En el caso de Colombia, el 1º festival iberoamericano de teatro que lo iniciaron Fanny Mikey y Ramiro Osorio, fue creciendo mucho, pero Fanny y él nunca dejaron que estas multinacionales entraran como grandes patrocinadores. Al morir ella, y después de las crisis económicas y que una multinacional tenían la necesidad de entrar al mercado de de América Latina, una forma de entrar sin hacer mucho escándalo, fue comprar un porcentaje de las acciones del festival. Detrás de esto también están los medios. Compran, y luego se lo venden, a esas multinacionales, ya sea desde México, Costa Rica, Colombia.
Eso hace entonces que hagan alianza con grandes festivales de Latinoamérica y que lo que este allí programado, se crea que lo que está ahí es de Chile, que es de Argentina, de Brasil, de Colombia o de Uruguay. Que se crea que es la única forma de ver el teatro, y eso no es así, porque hay otros circuitos, menores, chiquitos, pequeños que están quedando por fuera de ese sistema de grandes festivales.
No negamos a esos festivales, sino prentendemos que conversen con la otra acción, con la otra dramaturgia , con los otros directores, con las otras estéticas de montar y asumir la puesta.
El otro problema que está en juego es la rentabilidad. Lo que importa en estos casos es la rentabilidad social. Por supuesto que no trabajamos con ánimos de perdida. Nosotros hemos los sueldos, pagamos actores, pagamos todo. Pero no queremos jugar con ese monopolio. Es aquí donde viene este tipo de iniciativa latinoamericana como el corredor.
Necesitamos poder pasar, y ojalá pudiésemos pasar sin esas fronteras que tenemos tan difíciles. Necesitamos poder pasar más ligeros, circular con estos productos. Eso sería la esencia de un verdadero tratado comercial.
Ustedes van sumando, desde el primer skype entre Manuel y Mauro. Después aparece El Salvador, aparece México, aparecen distintas antenas y siempre están abiertos a que se sumen nuevas antenas. ¿Cómo se van sumando estas nuevas antenas?
Manuel: Ha sido un aprendizaje. De algún modo hemos sistematizado alguna manera de empezar a generar nuevas antenas. Uno se encuentra con alguien y entiende que le interesa el proyecto, conversamos, se organiza algo en conjunto, un festival, un encuentro y luego evaluamos ¿Nos pareció bien trabajar juntos? Allí, entonces se puede sumar al corredor como antena, como coordinación internacional. Es un aprendizaje, y hemos encontrado que esta manera de acercarnos, evaluar como funcionamos e ir creciendo desde allí, así nos ha ido muy bien.
Juan Pablo: Hay algo muy importante del corredor y es que no solamente sumamos los eventos, sino que la esencia es que se sume el conocimiento, la reflexión, los concursos internos de dramaturgia. Apostar en una beca de montaje en alguno de nuestros países e intercambiar ese saber. Eso lo que realmente es lo que suma. Y que esa acción haga parte del corredor.
Manuel Ortíz: de hecho uno podría pensar que en relación con la circulación, que es el motor del corredor, uno podría decir que lo que menos circula, son obras. Lo que más circula es conocimiento, prácticas. El encuentro de dramaturgia fue una de las primeras acciones que hicimos, cuando al principio estábamos solo Chile y Argentina. En esos encuentros nos obligaron a conocer los distintos contextos, como ellos pueden ir dialogando. Y así un nuevo encuentro de dramaturgia, se abrió no solamente a lo académico sino a lo emergente, lo independiente, porque nos pasaba que nos pedían muchas personas. Cuando Brasil se sumo al encuentro de dramaturgia u otras actividades ha sido muy bonito, porque Brasil ha estado bastante marginado de Latinoamérica, por la cuestión idiomática. De todos modos, uno logra encontrarse, porque el hambre es compartido y eso es algo que nos une.
Ustedes realizan otras actividades especiales que no tienen que ver con necesariamente festivales, muestras. Cada antena produce su propio proyecto sin una regularidad o un régimen obligatorio.
Manuel Ortíz: Si bien somos una plataforma que colaboramos constantemente, para nosotros también es importante que las antenas tengan una autonomía. Las personas que trabajan en el territorio saben bien donde le aprieta el zapato. Pero siempre, en algún momento, nos reunimos y reafirmamos la pertenencia y preparamos un cronograma para el próximo siguiente. Por supuesto que esto luego pasa por los fondos que podemos conseguir. FITAM (Fundación Teatro a Mil), por ejemplo, es financiada por una gran minera, que es la minera escondida. Nosotros no tenemos un financiamiento de ese tipo, entonces a veces cuando no se logran los financiamientos tenemos que ver de correr la fecha o si tenemos que hacer los eventos más pequeños, así nos vamos re adecuando.
Juan Pablo: Para nosotros, que somos una asociación que tiene 25 años, pertenecer al corredor es parte de nuestra vocación, pues en nuestra esencia está poder trabajar juntos con otros. Nos juntábamos en un momento de guerras. Habernos juntado hace 25 años y mantenernos juntos es creer constantemente, y volver a reafirmar esto hoy en el corredor, es reafirmar que creemos en estos proyectos. Porque en nuestro caso nos aporta contenidos de medios para la revista, la salas que están asociadas con nosotros obtienen programación a partir de poder preguntarle a Mauro o Manuel qué pasa en Argentina o Chile. Saber qué grupos vienen para poder programarlas con tiempo en nuestras salas o en los eventos que tengan alguno de nuestros asociados. Nosotros tenemos una amplia dramaturgia, por todo lo que ha hecho el Ministerio de Cultura y otras entidades, de modo que podemos hacer que esos textos circulen, y los de acá lleguen allá pues montado. No es solamente que vayan las obras, pero que rico que vaya un director con su texto, su dramaturgia, monte allá, experimente con colombianos y viceversa. Ese sería un reto nuevo, para no quedarnos simplemente con que esto es una red, sino realmente cumplir con lo del corredor que tenemos que ser. Ir y venir
Manuel: Hay un concepto que nosotros llamamos artista en tránsito. En enero de 2016, Juan Pablo me aviso que iba una compañía colombiana a Santiago, a un festival en La Serena. Entonces los recibo, los llevo al teatro, generamos contacto, es una oportunidad. De estas también nace el corredor, porque fuera de los circuitos más oficiales, hay una circulación que no está sistematizada. Hay esfuerzos que no son tan difíciles de hacer, y que permiten encontrarse con el otro, permiten apoyar. Yo he dejado que se queden a dormir en mi casa, a veces si tenemos algo de fondos podemos alojarlos en un hostal. Podemos mover funciones en distintos lugares, ya que cada uno tiene redes en su país. Sé que tengo este festival, una sala por aquí, que puedo mover la circulación y eso nos permite también no estar amarrados al evento. Algo que para nosotros es muy importante tiene que ver con la idea de la circulación. Esa circulación, repito, no pasa solamente porque yo traigo mi obra y tu traes tu obra, sino que pasa por distintas experiencias y conocimientos desde el arte escénico.
¿Están pensando en nuevas antenas?
Manuel: Si, lo hacemos constantemente. Ahora estamos acercarnos a Bolivia, nos interesa hace rato poder entrar, sobre todo porque es uno de los países limítrofe. Hemos tenido contacto, estuvo el festival que llevamos Chile, en Cochabamba con Maria Julia Ruiz. Entonces hay mucho interés de ir abriéndose a otros países.
En los encuentros incluyen actividades de debates, incluso académicas, a las que se pueden sumar cualquier persona, sin limitaciones. Esto es una rareza en el marco de festivales o eventos como los que organizan.
Jorge: Es que es lo que se tiene que generar no? es lo que creo yo, esa inclusión amplia a todo los campos, a todas las personas, es lo que tenemos que generar.
Manuel Ortíz: Es ideológico también, creo yo. Cuando Jorge habla del teatro como herramienta de transformación social, que para nosotros también es uno de nuestros principios, no tendría ningún sentido levantar esta plataforma, que pretende de algún modo una función alternativa, que después cuando nos sentemos todos se genere una jerarquía.
Juan Pablo: Pues además los debates, o los foros, que a veces son los provocadores de una discusión. Es provocar simplemente para producir algo. Nuevas preguntas, nuevas equivocaciones pero es algo, una provocación.
Jorge Tesone: Yo tengo mucha expectativa porque en España el publico no está tan acostumbrado a ver este tipo de teatro. Son bastante clásicos, entonces yo creo que el eje en la poética latinoamericana va a funcionar muy bien.El proyecto del FITLOG surgió por la capacidad que tienen ellos de contagiar el entusiasmo. Me parece que vale mucho la pena verlos y que tienen que estar allá también. El publico de Logroño va a esperar las obras. En el caso del festival iberoamericano de teatro de Cádiz, al que cada año vamos, la gente espera el teatro latinoamericano, esta otra visión del teatro latinoamericano. Quiere saber qué es lo que está pasando en América Latina.
La aparición potente del teatro que proponemos, puede impactar en los modos de producción, mas allá de la obra de teatro en sí. En España hay también una diferencia en los modos de producción, de modo que la manera de generar las situaciones culturales en America Latina puede producir un mensaje que puede calar bastante profundo. Las problemáticas que llevamos de los espectáculos también pueden ser muy importantes. Cuando hacemos la curaduría, yo pienso siempre en el teatro como una herramienta de transformación social, no solo de entretenimiento.
En esa línea hacemos una selección de obras, que van a girar por Europa, que yo creo que pueden entrar muy bien por las características de la sociedad española hoy. No solo en Logroño, sino también en Cataluña y Valencia. Creo que hace falta una visión de otra estética, y el conocimiento de un trabajo, que desde otro lugar, se está haciendo sobre las problemáticas que están existiendo en Latinoamérica.