Gravedad 1

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Dos son los personajes símbolos del conflicto: Lucas Barrera, joven exsoldado a quien le falta una pierna y quien regresa a su tierra y encuentra que aquellos por los que luchó le dan la espalda. Como viene del espacio exterior, le cuesta adaptarse de nuevo a la gravedad de su planeta, y también por esto se siente inconforme.

El otro personaje es Julia Murillo, alias Tomasa, una joven temperamental, decidida y líder de los mineros, capturada por el teniente Omar Portilla, oficial de la Armada. Este le propone salvar su vida a cambio de mostrarse en la Tierra como la primera rebelde en acogerse a un plan de propaganda gobiernista en busca de beneficios.

Ella y Lucas protagonizarán enfrentamientos y la opción de decidir si perdonan o siguen en la guerra.

Porque el perdón y la paz son las bases de Gravedad 1, el nuevo programa animado de Señal Colombia, que se emite los sábados y domingos a las 8 p. m. y fue realizado en animación 3D con acabados estilo 2D.

Es un formato juvenil en el que participó un equipo de 150 personas, aproximadamente, y cuyas cabezas son Carlos Smith, creador y director; Andrés Rojas, creador y guionista del proyecto, y Lola Barreto, productora y directora de diseño.

Rojas cuenta que “es una historia de guerra en el futuro con bastantes paralelos con la situación reciente de Colombia. Tiene su lógica propia, pero no es tan lejana de lo que conocemos como país en los últimos años”.

Se trata de una producción que está un siglo en el futuro, y en ese mundo, en lugares como Colombia y la región Andina, empiezan la extracción de minerales y otras acciones interplanetarias. El Gobierno andino explota a sus habitantes, y los mineros de la colonia lunar se rebelan.

El contraataque llega, y la Armada del gobierno destruye la Luna. Los fragmentos del caos forman un anillo de asteroides de diferentes tamaños, un submundo alrededor de la Tierra. Allí es donde se refugian los sobrevivientes rebeldes y aparece escenario de la trama de Gravedad 1.

Smith (de Hierro Animación y uno de los creadores de Cuentos de viejos, entre otros trabajos) relata que cuando nació esta propuesta, “el proceso de paz apenas comenzaba, y su futuro era incierto. Teníamos ganas de hablar sobre la posibilidad del perdón y la reconciliación después de tantos años de guerra en el país”.

Para el reconocido realizador, “hace tiempo que entendimos que ante la evidencia directa de la realidad de la guerra en nuestro país, la reacción habitual es cerrar los ojos, una defensiva para normalizar la violencia, pues enfrentarla puede ser muy difícil. Así que Gravedad 1 plantea un acercamiento a estos temas, permitiéndonos llegar mucho más al público de lo que podría hacerlo un contenido documental o una ficción con actores reales”, dice.

Pero hay algo más: Smith y su equipo son fanáticos del animado: “Siempre quisimos producir algo así”. Entonces se decidió trabajar con Sena-Cenigraf, que también es productor, así como con equipos de creación de distintas universidades; y aunque hubo momentos complicados, se llegó a buenos acuerdos.

Lola Barreto afirma: “Con 150 personas a bordo aprendimos que aún nos falta mucho como cultura para aceptar y escuchar el punto de vista de todos los que participan en una producción de este tipo. A los colombianos nos falta aprender a dejar el ego a un lado. Aprendimos de liderazgo, procesos de diseño, animación, educación, conflicto y de cómo podemos construir universos de ficción inspirados en el diálogo y la reflexión de nuestras experiencias. Aprendimos de la paciencia y del trabajo en equipo de los jóvenes y entendimos cómo en ellos cabe todo: la flexibilidad, la esperanza, la rebeldía, el anhelo, el ímpetu, el talento, la frustración y la berraquera de seguir adelante”.

Son 13 capítulos en los que, agrega Rojas, “mostrábamos un conflicto, pero sabíamos que era necesario un enfoque diferente al usual; sabíamos que la gente estaba (y está) saturada de ver y oír las mismas imágenes y el mismo discurso; esa saturación es la que insensibiliza y convierte el relato de la guerra en ‘papel tapiz’, o sea, es algo que está ahí, miremos a donde miremos, pero ya no lo percibimos. Por eso optamos por la ciencia ficción, que permite un distanciamiento para ver el tema con ojos nuevos”, manifiesta.

La geografía del continente está representada en la serie. Es así como la estación interplanetaria más grande se llama Aconcagua; Teyuna Rebelde, la nave espacial de ‘Tomasa’, está inspirada en la Ciudad Perdida de la Sierra Nevada de Santa Marta, y Ciudad Central, con estética retrofuturista, es la Bogotá caótica, pero, eso sí, y teniendo la imaginación como aliada, con metro elevado.

Gravedad 1 le dejó además una deuda pendiente a Barreto: “Aprendimos que necesitamos apoyar más a las mujeres en esta industria. Solo el 12 por ciento de quienes participaron en la producción son mujeres, y quisiéramos que fueran más, más apoyadas y escuchadas”.

Pero rescata que “fue fascinante construir en equipo desde diferentes lugares de Colombia, personajes, escenarios y naves basados en investigación de la flora y fauna de nuestro país, como la nave Yubarta, inspirada en las ballenas jorobadas, o la Aconcagua, que aunque deba su nombre a la montaña más alta de Suramérica, también tiene que ver con la orquídea Acacallis cyanea, presente en la Amazonia de Colombia, Brasil y Venezuela”.

Publicado en El Tiempo
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