Crecimiento cinematográfico

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Cine boliviano, estrenos y ley abren un nuevo escenario

2018 culminó con apoyo social y estatal a la creación audiovisual. El estreno de aproximadamente 15 largometrajes nacionales en 2018 y la promulgación de la Ley del Cine y Arte Audiovisual Boliviano, fueron otros datos que les permitieron afirmar que un nuevo escenario comienza para este arte.

En 2018 se estrenaron cerca de 15 películas nacionales, además se promulgó la nueva Ley del Cine y Arte Audiovisual Boliviano. Ambos hechos establecen nuevas condiciones para el sector que fueron discutidas ayer en el programa Piedra, papel y tinta.

“Hemos tenido películas muy buenas. Averno ha sido la segunda cinta más taquillera boliviana de los últimos cinco años. Primero está Muralla… es una gran noticia que más de 26.000 personas hayan ido a ver este filme”, detalló el periodista Erick Ortega, como uno de los datos que le permiten afirmar que 2018 fue un gran año para el cine boliviano.

Junto a él debatieron el tema la periodista Lucía Sauma (presentadora) y el cineasta y director de Averno, Marcos Loayza, en el programa televisivo Piedra, papel y tinta, que se difunde por Cadena A los sábados a las 20.00 y los domingos a las 22.00.

El estreno de aproximadamente 15 largometrajes nacionales en 2018 y la promulgación de la Ley del Cine y Arte Audiovisual Boliviano, a finales de año, fueron otros datos que les permitieron afirmar que un nuevo escenario comienza para este arte.

Con respecto a la norma, los periodistas y el creador estuvieron de acuerdo en que aún falta mucho por trabajar. Sin embargo, los aspectos que aún no han sido resueltos podrían solucionarse en la reglamentación.

“El escenario está dado, pero depende mucho del reglamento. Éste puede optimizar esta ley o la puede destrozar”, dijo Loayza, quien afirmó que los creadores audiovisuales participarán de las mesas que trabajen el tema.

Todos estuvieron de acuerdo en que la misma promulgación ya es un avance y en que incorpora un aspecto fundamental para el desarrollo del cine en Bolivia: la asignación de recursos.

Otro de los temas debatidos fue la cadena productiva que implica esta industria del cine, donde, por un lado, está el uso concreto de los recursos —ejemplificaron casos opuestos: Irán y Venezuela— y también la formación de un público que consuma lo que se produce.

“Es una cadena productiva y tenemos buenas condiciones. Argentina produce 200 largometrajes al año, de los cuales se estrenan 50… la distribución es muy cruel. En Bolivia las distribuidoras y los exhibidores aceptan cine boliviano y el mayor problema siguen siendo los fondos”.

Ante esto se advirtió que el dinero que las películas generan por entradas o taquillas nunca es suficiente para cubrir sus costos, por lo que es necesario buscar otro tipo de estrategias —como estrenos en otros países y ventas por medio de otros formatos, entre otros— para buscar ser económicamente sustentables. “Y esto no puede ser solo una preocupación de los productores, sino también del Estado”, concluyó Sauma.

Tras la formación de público, también se tocó la responsabilidad que tienen los medios de comunicación para acercar a los potenciales interesados a las salas y se advirtió que si bien en Bolivia aún no existen muchos guionistas, hay una gran cantidad de narradores de novelas y cuentos que pueden ser una gran base.

 

La Razón

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