Tania la Guerillera

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Los días de Tania la Guerrillera, antes de ir a Bolivia

Por Julio Martínez Molina

La escritora y periodista Onelia Chaveco presentó en la Feria del Libro el volumen Tania la Guerrillera, clandestina en Cienfuegos, texto testimonial de Ediciones Mecenas.

El libro observa, paso a paso, el trabajo de preparación de Haydée Tamara Bunker Bider, la célebre Tania en nuestros predios, quien a lo largo de una semana, antes de partir hacia Bolivia, se curtió aquí en la esencia y sentido de lo que debería ser su futura misión.

Es esta ciudad -tesis defendida por la Chaveco-, el sitio convertido en laboratorio de ensayo perfecto de Tania para prepararse, pues pudo aplicar las técnicas aprendidas, en condiciones muy reales, como si fuera una agente infiltrada que opera sola y sin apoyo en una urbe desconocida.

La revolucionaria internacionalista, nacida en Argentina en 1937, miembro activo de la Juventud Libre Alemana, llegó a Cuba a inicios de los 60, para imbricarse de forma inmediata en el proceso social en ciernes y manifestar un gran cariño por Fidel, Raúl, el Che y otros líderes. Seleccionada para tales tareas de inteligencia, la joven argentino-alemana puso pie en la ciudad de Cienfuegos el 21 de febrero de 1964.

Tania la Guerrillera, clandestina en Cienfuegos, rastrea cada paso de ese itinerario mediante una abarcadora pesquisa histórica sustentada, en lo fundamental pero no únicamente, en fuentes activas de nuestra Seguridad del Estado, personas con las cuales se relacionó y otras que por distintas razones se vincularon a ella aquí, incluido, por supuesto, Ulises Estrada Lescaille, miembro entonces del Departamento de Operaciones Especiales del Ministerio del Interior, quien la entrenó en el trabajo clandestino.

La autora apela, además, a los informes hechos por Tania desde Cienfuegos, para exponer al lector las características de sus distintas misiones en el territorio; así como a declaraciones recogidas en el volumen Tania, la guerrillera inolvidable, publicado en 1974 por Marta Rojas y Mirta Rodríguez Calderón.

Tamara Bunke cayó el 31 de agosto de 1967 en Río Grande, Bolivia, en medio de una emboscada, junto al grupo de la retaguardia dirigido por Joaquín (Vilo Acuña). Lo hizo creyendo, en ese instante y siempre, en una causa. Y este libro supone no solo un merecido, sino necesario homenaje a esa fe, al sentido ético y proyección solidaria de una de las grandes mujeres de la Revolución Cubana.

Granma

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