Abrir los teatros

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Pausa dramática

Por Leonor Courtoisie

Abren los shoppings, pero los teatros siguen cerrados. ¿Qué teatro se hace en un mundo sin teatros?

Las primeras escenas las conocemos de memoria. A mediados de marzo, tras declarar la emergencia sanitaria, el gobierno prohibió la realización de espectáculos públicos. A pesar del trabajo de la Sociedad Uruguaya de Actores (SUA), la Federación Uruguaya de Teatros Independientes (FUTI) y el teatro El Galpón, la resolución del conflicto continúa a la espera de una respuesta clara de las autoridades pertinentes. Como mencionó Búsqueda, el Ministerio de Educación y Cultura y el Instituto Nacional de Artes Escénicas acuerdan: las decisiones las toman el gobierno, la autoridad sanitaria y el comité asesor científico que trabaja con el Poder Ejecutivo.

El pasado lunes SUA, FUTI y El Galpón efectuaron un comunicado solicitando una pronta respuesta ante el protocolo que presentaron hace un mes. El protocolo sanitario, entregado al Ministerio de Educación y Cultura el 11 de mayo, consiste en la reapertura de la sala principal César Campodónico, con el asesoramiento del Instituto Pasteur. Afirman que la sala reúne las condiciones necesarias e indican que, para los cientos de trabajadores involucrados, la reapertura significa recuperar sus fuentes de trabajo. Los detalles quedan explícitos en el comunicado de prensa que publicó la institución teatral en su página web. Pensando en la reapertura, El Galpón ofreció, en un llamado público, prestar la sala de manera gratuita para que puedan utilizarla todos los grupos de teatro independiente y de música, con previa selección y programación de FUTI y de SUA. Hasta el momento se han presentado 20 grupos teatrales y algunos musicales, que representan a más de 120 trabajadores.

La propuesta protocolar implica el cuidado del público, de los trabajadores y de las instalaciones. La persona interesada en asistir a una obra de teatro “ingresará al local con tapaboca; desinfectará su calzado; mantendrá siempre una distancia no menor a 1,50 metros con cualquier persona; sólo mantendrá contacto físico con la entrada y su operativa de compra, la cual realizará previo a la desinfección de manos; ocupará un asiento debidamente desinfectado que estará distanciado al menos 1,50 metros del habilitado más cercano; utilizará una máscara acrílica que proporcionará el teatro, desinfectada y sellada en sobre de poliuretano; dejará sus datos personales y evacuará la sala con el mismo protocolo de distanciamiento utilizando, ahora, su propio tapaboca”.

La forma de abordar la situación propone también un mapeo sanitario de la sala, ya que: “Permite tener un seguimiento eficiente del público y su estado de salud. Tomando muestras de las mascarillas acrílicas que han dejado los espectadores luego de usarlas por período prolongado, se verificará la presencia o no del virus. En caso de detectar algún positivocontaríamos con el nombre y contacto de esa persona, que surge del formulario completado al ocupar su asiento. Con esa misma información se podrá contactar a los espectadores potencialmente expuestos”.

El mismo martes que SUA, FUTI y El Galpón efectuaron su comunicado y publicaron el protocolo, una nueva red de artistas de todo el país se manifestó en la plaza Independencia, frente al edificio de Presidencia, con el nombre Artistas y Trabajadores de la Cultura Independientes. Más de cien personas hicieron una primera acción para visibilizar la situación, a la que denominaron Primer ensayo.

En diálogo con Brecha, Verónica San Vicente y Sebastián Bustamante, voceros del colectivo, cuentan que comenzaron a juntarse como una respuesta espontánea a la pandemia. En abril, ante la urgencia de quedarse sin trabajo, empezaron a organizarse con variados reclamos. Consideran que es muy importante sumar artistas y trabajadores de la cultura a las futuras acciones que llevarán a cabo, porque es urgente visibilizar la situación de precariedad económica.

Aclaran que su movimiento es independiente, pero que muchos de los artistas que participan de la red también forman parte de SUA, FUTI y El Galpón. La red o colectivo no tiene ánimos de suplantar a quienes los representan en los diferentes sectores culturales, sino que pretenden ampliar y fortalecer los reclamos, y están completamente de acuerdo con la reapertura de El Galpón. Las instituciones y los artistas independientes siguen una misma línea: quieren que se abran los espacios que les permiten trabajar.

La comparación con la reapertura de los shoppings o la cantidad de personas en el transporte público es un pasaje inevitable de sus argumentos a la hora de reclamar. “Queremos adelantarnos a situaciones desiguales que hemos estudiado que suceden en otras partes del mundo. Ponemos el ejemplo de España, donde habilitaron los espacios teatrales con un 30 por ciento de aforo, pero las iglesias, templos y espacios de cultos están habilitadas con un 50 por ciento, y el hecho físico es muy similar, si no igual. No quisiéramos que sucediera lo mismo en Uruguay.” Afirman y reflexionan: “¿Por qué el arte siempre queda atrás? Atrás del comercio, del fútbol, de la Iglesia… La Iglesia ni siquiera genera los mismos puestos de trabajo que las artes escénicas. Hay un mensaje que queda en la sociedad como si los artistas, el arte y la cultura fuéramos lo más contagioso. ¿Por qué nos aíslan más que a ciertos rubros?”.

Primer ensayo forma parte de una serie de intervenciones que el colectivo elige como modo de manifestarse. “Es la manera que queremos usar, con lo que sabemos hacer, arte escénico, estar en la escena.” Ante la pregunta de qué sucedería si no abren los teatros, Verónica y Sebastián contestan: “Hay diferentes posturas al respecto, pero creemos que si esto no mejora, empezará la clandestinidad”.

MIENTRAS TANTO. En paralelo, han ido apareciendo diversas propuestas artísticas que, aunque no se lo propongan, reflexionan sobre la situación actual y el rol que cumplen las artes escénicas en el entramado cultural. Tampoco tardaron en aparecer opiniones en torno a la virtualidad, el uso de la tecnología y la pantalla como soporte. Marianella Morena es, quizás, una de las artistas uruguayas que primero se lanzó a experimentar con su propuesta “Teatro en casa, conductas en cuarentena”, invitando a artistas de todo el mundo a vincularse, desde un espacio doméstico, con un texto escrito por ella, para luego grabarse y compartir por Youtube. Morena se atrevió, una vez más, a involucrarse con métodos nuevos y explorar su vínculo con personas que no hubiera conocido si no fuera por la situación actual, como la bailarina del SODRE Rosina Gil o la actriz japonesa Hiroko Kariya.

En un formato similar, actores y actrices de la Comedia Nacional cancelaron ensayos y dedicaron su tiempo a celebrar los 100 años de Idea Vilariño. Grabaron y subieron a las redes sociales distintas lecturas de materiales de la poeta. La selección de textos, que corre por cuenta del elenco, incluye también clásicos universales, narrativa, cuento infantil y algún fragmento de dramaturgia inédita nacional.

La Escuela Multidisciplinaria de Arte Dramático se sumó a la realización de videos que subieron a su cuenta de Youtube. Con la producción artística de Leonardo Pintos y Laura Pouso, también traductora, tradujeron y convocaron a actores para que leyeran el Diario de confinamiento del dramaturgo libanés radicado en París Wajdi Mouawad, que puede escucharse en su idioma original en el canal del teatro que Mouawad dirige, el Théâtre national de la Colline. La propuesta continúa con la lectura del epistolario de Margarita Xirgu, directora que da nombre a la institución.

Otra propuesta, también en formato video, es Maternidades en cuarentena, en la que un grupo de madres artistas registra o evoca situaciones cotidianas, hasta ahora desde el humor, poniendo sobre la mesa sentires y vivencias relacionadas con la maternidad en situación de confinamiento. Hasta el momento tienen subido un episodio, grabado de forma aparentemente casera, y seguirán subiendo uno por viernes a su canal de Youtube. El proyecto fue uno de los veinte seleccionados por el fondo Arte en Tiempos de Cuarentena que otorgó la Intendencia de Montevideo.

Bernarda símil teatro, proyecto seleccionado por el mismo fondo, es la primera experiencia que, en relación con las anteriores, mantiene en alto uno de los estandartes de las artes escénicas: su valor efímero. Basándose en el texto clásico de Federico García Lorca, el equipo hizo una exhaustiva investigación con el formato Zoom, que queda reflejada en la propuesta. Con duración de una hora y previa reserva, logran generar un encuentro con el público a pesar de la imposibilidad de la presencia física, con posterior intercambio. Las reservas pueden hacerse a: [email protected]

ENTREACTO. La situación de precariedad laboral de los artistas no es novedad y no surge con la pandemia. Aun así, en un contexto de crisis tan agudo, es extraño que aún no haya surgido una nueva forma de pensar la actividad teatral, una que implique una manera diferente de pensar las artes escénicas, partiendo directamente de la compleja realidad que se vive.

Más allá de la justa insistencia de las instituciones, el sindicato y los colectivos independientes por la reapertura de las salas, cabe preguntarse qué tipo de teatro puede hacerse si la experiencia estética consiste en atravesar un protocolo mucho más teatral de lo que podría llegar a percibirse en la escena. En una balanza posible, otra vez dual, entre el qué y el cómo, es probable que al cambiar las formas los contenidos estén expuestos a modificaciones. Si la travesía individual de asistir a una obra teatral se transforma en una odisea de acciones a seguir, el supuesto carácter inmersivo de la propuesta debería, al menos, contemplarse. Es tiempo de preguntarnos si deseamos repetir los mismos abordajes de creación y de intervención artística de la sociedad, siendo honestos a la hora de decidir si lo que queremos es volver a los mecanismos de producción habituales o si esta crisis es una verdadera oportunidad para repensar el sector.

¿Qué sentido tiene, en un mundo que se cae a pedazos, seguir operando de la misma manera? ¿Hay otras formas? Quizás haya que solucionar lo concreto e inmediato, pero el paréntesis será necesario para volver a recordar por qué se hace lo que se hace y cómo.

Brecha


Grave situación de trabajadores de teatro independiente preocupa a directores de espacios culturales

La suspensión de los espectáculos públicos fue una de las primeras medidas del confinamiento sanitario. Tras meses de mantener las puertas cerradas al público el director de Sala Verdi, Gustavo Zidan, la directora del Florencio Sánchez, Ana Laura Montesdeoca y el director de Sala Zitarrosa, Jorge Schellemberg, ven en la propuesta de reapertura del Teatro Galpón, emitida hace un mes, una solución consistente ante la pérdida de audiencias y la falta de fondos.

El director de la Sala Verdi y la Terminal Goes, Gustavo Zidan, sostuvo a LA REPÚBLICA que si bien los presupuestos que perciben ambos espacios «no se han visto afectados» porque ambas instituciones dependen del Departamento de Cultura de la Intendencia de Montevideo (IMM), lo que es preocupante es «cómo se han visto afectados los trabajadores de producciones independientes».

En este sentido, Zidan explicó que las «producciones independientes son grandes proveedoras del sector público» y las primeras son las que han «mostrado una gran fragilidad» ante la falta de ingresos. Por ello, indicó que no entiende porque «si sectores comerciales han abierto sus puertas aún no hay una respuesta concreta ante la propuesta del Teatro Galpón», la que fue redactada hace un mes con la participación del Instituto Pasteur.

Por su parte, la directora del Teatro Florencio Sánchez, Ana Montesdeoca, también consideró que la pauta establecida por el Galpón era muy «rígida y fácil de aplicar por las infraestructuras que tenemos».

A principio de junio, tanto la Federación Uruguaya de Teatros Independientes (FUTI) como la Sociedad Uruguaya de Actores (SUA) exhortaron al gobierno a avalar la propuesta del Galpón para la reapertura de la Sala Campodónico. «La desesperación obedece a que la demora está matando a un montón de gente, por lo que hay que concentrarse en lo más importante, más allá de los colores partidarios», expresó Montesdeoca.

«Desde el Teatro Galpón se ha redactado un protocolo muy sólido, con asesoramiento de científicos, que habilita la posibilidad de abrir las puertas al público. Tanto así que, incluso, ha tenido aprobación de algunos políticos del gobierno», coincidió el director de la Sala Zitarrosa, Jorge Schellemberg.

En este sentido, Schellemberg también sostuvo que a pesar de pertenecer a un «sector privilegiado que aún conserva su puesto de trabajo», la comunidad artística que provee en producción a los espacios culturales «tanto técnicos como artistas» se vio fuertemente afectada.

«Creo que tiene que haber una política fuerte para solventar a las personas que se quedaron sin trabajo. Los fondos proporcionados por el gobierno han sido pocos en consideración a la magnitud de los afectados», prosiguió Schellemberg.

En la misma línea, Zidan indicó que desde la administración central solo se ha destinado el Fondo Solidario Cultural «Ruben Melogno», homónimo al dibujante y vocalista uruguayo recientemente fallecido en España por coronavirus, de un total de 37 millones de pesos.

«Esto solo supera a la cifra que ya se destinaba al sector cultural en unos 5 millones de pesos. Por otra parte, la Intendencia de Montevideo sumó al presupuesto cultural unos 10 millones de pesos. O sea, el doble de lo que ofreció la administración central», sentenció el director de Sala Verdi.

La producción en época de coronavirus

La ausencia de espectadores presenciales en los espectáculos culturales hizo concebir a la tecnología como principal herramienta para la difusión de proyectos artísticos.

En el caso del Centro Cultural Florencio Sánchez, esta herramienta fue el motor de la producción y difusión de talleres.

«Nosotros no solo somos un teatro, también ofrecemos talleres a niños a través de Zoom y, también, producimos algunas obras y material audiovisual para difundir a través de nuestro canal. Nos apoyamos mucho en lo audiovisual y, en especial, para continuar con los contratos que teníamos firmamos con artistas independientes», sostuvo Montesdeoca.

El principal foco del trabajo en el Florencio Sánchez es «la comunidad» del barrio Cerro lo que muchas veces, según su directora, puede considerarse un trabajo «modesto» pero habilita a aumentar la producción del teatro.

«El año pasado fue maravilloso. Tuvimos un crecimiento brutal de un 20% de audiencia y 30 % en actividades, eventos y talleres. A pesar de la cuarentena, no nos podemos quedar quietos. Por lo tanto, tenemos muchas actividades pensadas para difundir por redes y con productos audiovisuales», detalló la directora.

Uno de los proyectos que destacó fue un ciclo de charlas con artistas, desde Samantha Navarro hasta Eli Almic, que difundido por las redes tuvo una gran Repercusión, lo que, según Montesdeoca, «acompañó a muchas personas además de sacarlas al menos virtualmente del confinamiento».

Por su parte, Jorge Schellemberg sostuvo que en cuarentena la Sala Zitarrosa se propuso realizar una serie de eventos por streaming ofrecidos a los espectadores de forma totalmente gratuita y la realización de una serie podcast.

«Empezamos a hacer trabajos en formato virtual, contratamos a distintos artistas del ámbito de la diversidad y otros artistas para la realización de una serie de 30 videos», detalló el director.

La finalidad de estos contenidos era «sostener y generar trabajo para los artistas» y con un gran apoyo en lo técnico, «otro de los sectores que había que sostener», indicó Schellemberg.

En cambio Zidan contó que la Sala Verdi participó de festivales internacionales para aumentar la presencia y que lanzará una serie teatral a través de Instagram, lo que «no tiene más que el fin de continuar con algunas producciones pautadas con la Comedia Nacional».

«Lo virtual, que habría que discutir los ingresos que genera, le quita lo teatral a la obra artística, pero es una forma de continuar acompañando a nuestros espectadores», expresó el director.

El sector cultural es uno de los más afectados por la crisis

«El confinamiento como consecuencia de la pandemia generó una crisis transversal a muchos sectores de la cultura revelando incluso problemas estructurales, pero ha tendido un puente para generar paliativos emocionales y espirituales a la gente», sentenció el director de Sala Verdi, Gustavo Zidan.

En este sentido, consideró que el sector cultural es el que «ha sido parte de un servicio de compañía para gente que ha estado confinada» y es, sin embargo, uno de los sectores más afectados y con perspectivas complejas».

«El Galpón, uno de las instituciones que trabaja puramente de producciones independientes, no solo dio un protocolo riguroso con respecto al tema de protección a los espectadores y artistas sino que también ofreció su infraestructura para proyectos culturales. A nosotros, como sector público, nos toca pensar en el resto del movimiento. Porque el tiempo apremia», continuó.

Por su parte, el director de Sala Zitarrosa, Jorge Schellemberg, coincidió con Zidan y sostuvo que «es tiempo de que los Estados del mundo comiencen a planificar cómo sostener este servicio que le brindamos a la sociedad ya que el streaming llegó para quedarse».

La República


Protocolo sanitario para la reapertura de la Sala Campodónico del Teatro El Galpón

Propuesta de Protocolo Sanitario (Resumen de lo enviado al MEC)

Recorrido sanitario del público.

Ingresará al local con tapaboca; desinfectará su calzado; mantendrá siempre una distancia no menor a 1.50 mts con cualquier persona; sólo mantendrá contacto físico con entrada y su operativa de compra la cual realizará previo a desinfección de manos; ocupará un asiento debidamente desinfectado que estará distanciado al menos 1.50 mts del habilitado más cercano; utilizará una máscara acrílica que proporcionará el teatro desinfectada y sellada en sobre de poliuretano; dejará sus datos personales y evacuará la sala con mismo protocolo de distanciamiento utilizando ahora, su propio tapaboca. Se permitirá esta operativa hasta un máximo de 2 personas que se entienden de previa convivencia. En este caso, las butacas serán contiguas y sus desplazamientos respetarán el protocolo general.

Del uso de los baños.

Los gabinetes higiénicos se habilitarán 30 minutos antes de la hora de comienzo de cada función. Contarán con personal externo que autorice el ingreso y otro interno que realice seguimiento recorrido del usuario. No se podrá ingresar sin que, previamente, el personal interno al gabinete realice la desinfección correspondiente al recorrido referido. Este ingreso deberá regularse de acuerdo a la infraestructura de los baños.

Referente al personal de Teatro y artistas

Todo el personal del teatro será testeado quincenalmente y deberá obtener su diagnóstico negativo al COVID-19 para poder desempeñar sus funciones. El personal de referencia, comprenderá a todo aquel que realice tareas en cualquier espacio interno del teatro (porteros, boleteros, técnicos, asistentes de público, etc.)

Todos aquellos que desempeñen tareas específicamente en el escenario (artistas y técnicos) deberán ser testeados semanalmente y su diagnóstico de negativo será imprescindible para desempeñar su tarea. Estará prohibido el ingreso a escenario y camerinos a cualquier persona ajena al equipo testeado. Todas estas personas, artistas y personal de escena, tendrán la opción de ingresar y salir por puerta calle Guayabos, de lo contrario, deberán ingresar por lo menos una hora antes de comenzada la función y sin público en hall y salir una hora finalizada la misma.

Si bien los artistas estarán con diagnóstico negativo para poder realizar la función se recomendará evitar aquellos acercamientos que no afecten los aspectos artísticos de la obra. Para acotar el margen de riesgo, es prudente también considerar el menor número posible de artistas que coincidan en escena.

Mapeo sanitario de la sala

El sistema operativo que se propone permite tener un seguimiento eficiente del público y su estado de salud.

El invalorable apoyo del Instituto Pasteur permitirá detectar, tomando muestras de las mascarillas acrílicas que han dejado los espectadores luego de usarlas por período prolongado, la presencia o no del virus.

En caso de detectar algún positivo, contaríamos con el nombre y contacto de esa persona que surge del formulario completado al ocupar su asiento.

Por esa misma información se podrán contactar a los espectadores potencialmente expuestos.

También puede resultar que se detecte la contaminación de algún espectador a los varios días de haber asistido al teatro y en ese caso las autoridades dispondrán de nombre y contactos de todos los asistentes que coincidieron ese día en esa función.

La desinfección del teatro se realizará una vez terminada la función. Se tendrá especial atención a la butaca que resultó ocupada.

Las mascarillas de acrílico, luego de extraídas las muestras, serán desinfectadas y colocadas en bolsas de poliuretano selladas para su reutilización.

Institución Teatral El Galpón
Apoyan: Instituto Pasteur – Federación Uruguaya de Teatros Independientes (FUTI) – Sociedad Uruguaya de Actores (SUA) – PIT-CNT.

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