Hoy se estrena la película ‘Que viva la música’, una versión libre del libro homónimo de Andrés Caicedo (1977), que tiene el reto más grande: enfrentar al público en los cines del país.
“Esto parece más una película de Kurt Cobain (líder de la banda Nirvana, de EE. UU.) o de la cantante Amy Winehouse”, fue el comentario de los que la vieron en el pasado Festival de Sundance, meca del cine independiente, con un estreno que generó reacciones de sorpresa y muchas preguntas.
Nadie imaginaba una historia latina en un tono visual que parece moverse entre el goce, el desparpajo y la destrucción, con una presencia femenina poderosa.
“María del Carmen es una mujer que se libera y enfrenta el machismo a través de una revolución sexual en la que ella sale victoriosa. Además, refleja un poder femenino que muchas veces se ha visto con miedo”, dice Carlos Moreno, el director del filme y que es recordado por los largometrajes Perro come perro, Todos tus muertos y El cartel de los sapos.
En su concepto, Que viva la música es un tributo al libro, pero ofrece su propio sabor en la pantalla gigante.
“Nosotros, en ningún momento, teníamos la pretensión de superar la novela, sino hacer una lectura y abrir una puerta o tener una manera de entrar a ese universo literario”, recalca.
En su opinión, sería interesante ver en el futuro muchas interpretaciones de lo que creó Caicedo. “Con esta experiencia, he respetado más a las personas que se han tomado ese trabajo: como lo hicieron Jorge Navas con el corto Calicalabozo, o el teatro Matacandelas de Medellín (con su propuesta de la novela corta Angelitos empantanados)”.
Además, dice estar listo para recibir comentarios y reacciones de todo tipo ante esta aventura cinematográfica.
Al igual que la actriz Paulina Dávila, para quien se trata de un filme que no estará exento de polémica. “Creo que la película habla de racismo, machismo y de esos personajes que cuestionan siempre y viven bajo sus propios parámetros y no son del montón”, comenta.
Para ella, Que viva la música es una cinta para divertirse y digerir. “Es un homenaje a Andrés Caicedo y un retrato de una mujer que se podría considerar como una ‘tropical punk’ y un ejemplo de una libre irresponsabilidad”, insiste la protagonista.