Una mirada sobre la inmigración

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“¿Hay vida en Marte?”, se pregunta ese genio de rostro andrógino, que bien parece un inmigrante sacado de otro planeta, que también habla sobre trabajadores que buscan la fama y un Mickey Mouse convertido en vaca.

Esas metafóricas palabras que cantaba el desaparecido músico británico David Bowie en su canción Life on Mars? sirven como telón de fondo para la obra Siete años de silencio, del grupo Medea 73. En la puesta en escena, los actores Lorena Briscoe y Bernardo García van contando la vida a través de los ojos de un inmigrante.

Esta producción, con dramaturgia de Briscoe y Pablo Finamore, se centra en ese choque emocional que tiene que experimentar una persona que vive en un país diferente al suyo.

“Después de vivir casi 20 años en Europa, había una realidad que me incomodaba mucho, y cuando algo me incomoda decido investigar sobre eso en vez de quejarme. Esa realidad era el maltrato, de ambos lados, del que llega y no entiende los códigos ni nada de lo que sucede, y también del que recibe”, asegura Briscoe sobre la obra, que está en temporada en La Factoría de L’Explose.

La pieza está inspirada en experiencias reales de inmigrantes y tiene lugar en dos planos espaciales: dos pedestales que simulan un espacio en el que se desarrolla un interrogatorio y el interior de la estructura de una casa demarcada por luces LED.

La estructura narrativa está totalmente fragmentada,
alejada de la dramaturgia convencional, y entra a los terrenos del teatro experimental. De hecho, los elementos de la escenografía, diseñada por Alex Gümbel, también están sutilmente distorsionados para subrayar ese estilo.

“Nuestra compañía empezó en el 2004 en París y nuestra idea es que movimiento, texto e imagen estén al mismo nivel”,
cuenta Briscoe, quien también dirige la producción.

La artista argentina, que se instaló en Colombia el año pasado y ya había trabajado con grupos nacionales como Teatro Petra, escogió como su pareja de escena a Bernardo García luego de verlo actuar en la obra Marranos, de Santiago Merchant.
Y es que García, como lo demostró en aquella pieza en la que encarnaba a un delirante cineasta, se ha caracterizado por ser un actor de gran histrionismo y potencia gestual. “Cuando lo vi actuando dije: ‘es la persona correcta porque entiende el lenguaje que pretendemos hablar’”, asegura Briscoe.

Para García, esta ha sido una gran oportunidad para reprogramar la manera en la cual se involucra mentalmente con una historia, que usualmente parte del análisis del texto.

“Es un punto de arranque inverso, es muy importante el movimiento y la manera en la cual uno lo integra con el texto. Afortunadamente los códigos son muy claros y el fondo del tema también le permite a uno generar un montón de ideas”, asegura el actor.

Según Briscoe, la pieza también está inspirada en el llamado síndrome de Ulises, que aqueja a las personas que abandonan su tierra.

El interrogatorio demuestra entonces situaciones como la dificultad de comunicación en el nuevo entorno, pero también retrata el otro lado, que está lleno de prejuicios sobre los extranjeros.

“Me parece un reto extraordinario y por eso la gente también tiene que ver este tipo de expresiones artísticas, porque parten de otra convención y dejan otra sensación en el público, que también es sumamente válida”, finaliza García.

¿Dónde y cuándo?

Jueves a sábado, 8 p. m., La Factoría de L’Explose. Carrera 25 n.° 50-34, Bogotá. Informes: 249-6492. Boletas: 30.000 pesos.

Publicado en El Tiempo
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