Encuentros fraternos entre artistas e intelectuales

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En contexto: El 17 de junio concluyó en República Dominicana el Plan Nacional de Regularización en el que sólo pudieron inscribirse 288.500 personas, es decir, el 55% del número estimado de inmigrantes (en su mayoría haitianos). Comenzó así un proceso de deportación masiva que viene siendo repudiado por diversas organizaciones y líderes regionales

A  Sacha Thébaud,  consagrado maestro de la pintura haitiana, quien desde su vivir y siembra de su arte al mundo, desde su taller en  la República Dominicana, se convirtió en  ánima eterna dentro de la memoria visual del pueblo y la cultura dominicana.

Cualquier tensión de orden histórico político  o social que haya gravitado o esté gravitando sobre las relaciones de los hermanos pueblos de la República de Haití y de la República Dominicana, quedarán frisados cuando se le pasa revista a lo que ha sido la historia de las relaciones culturales entre los artistas e intelectuales de ambos pueblos.

El vínculo, aunque normado por períodos pendulares, unos muy intensos y otros muy pasivos, como el actual, están ya registrados en la historia cultural de ambos países como una relación de paz, confraternidad y convivencia emocional, creativa y espiritual fundada en el respeto y la admiración mutua.

Basta recordar la plantación de la idea, estética y vitalidad del arte haitiano, que en la década de los ochentas, le propusiera al país el histórico y pujante marchant  Don Roberto Nader, especialista en arte haitiano y dominicano, quien junto a su esposa Doña Ivonne Nader y sus hijos Gary, George, Francisco y Jazmín, fundaron la emblemática Galería de Arte Nader en la calle Las Atarazanas de la Zona Colonial, en Santo Domingo.

Ese espacio se convirtió en un verdadero laboratorio de promoción, investigación y mercadeo del arte haitiano conjugado  con lo más representativo del arte dominicano. Tuve el privilegio de ser un cercano colaborador de ese proyecto galerístico que se convirtió en un histórico y dinámico espacio de fraternización entre el arte de ambos pueblos, y que por la calidad de sus exposiciones individuales y colectivas, se elevó a la categoría de un referente obligado de investigación internacional, tanto del arte haitiano como para el arte dominicano y caribeño, en sentido general.

Los vínculos del arte haitiano con las expresiones estéticas del arte dominicano, y básicamente la variante del género pintura, tiene una de sus representaciones más poderosas en la obra y personalidad del artista dominicano Xavier Amiama (1910-1969), un pintor de origen dominicano que por razones personales emigró hacia Haití, desenvolviéndose en la cultura y sociedad haitiana con una notoriedad y autoridad creativa muy notable e influyente, de tal nivel artístico y cultural, que todos los libros de historia y de investigación del arte haitiano lo registran como uno de los artistas más importantes de la pintura evolucionada de Haití.

Igual fenómeno se dio con la presencia temporal, en un momento crítico de su carrera, del gran maestro de la pintura dominicana Jaime Colson (1901-1975 ), quien en el año 1957 se estableció durante una breve temporada en Haití, desde donde desarrolló su iconografía fundacional de la serie negra, en la que conjuga los valores etnológicos  y espiritualidad de la cultura negra y mulata en su arte, considerada en una investigación de mi autoría publicada en la Revista Artes en Santo Domingo, como la más elevada producción pictórica de este maestro fundador, junto a Darío Suro y Yoryi Morel, del triángulo de la modernidad pictórica dominicana.

“Con su permanencia de varios meses en Haití (1957), Colson se reafirma en el neohumanismo que había de ser la característica más importante hasta su muerte. El elemento étnico africano adquiere entonces gran importancia en sus figuras humanas. A su regreso a Santo Domingo, la crítica comenta con entusiasmo su producción haitiana”. Citado, del libro:  “Jaime Colson, pinturas, peintures, pantings”, Manuel Rueda y María Ugarte, ediciones Palette Publications Inc. Coral Gables, Florida, Estados Unidos. Pág. 25. (Editado para el Museo Bellapart de República Dominicana.

El vínculo y la atención hacia el arte haitiano desde la República Dominicana ha sido permanente, aunque como dijimos antes, rotativa y pendular, como en su esencia define la relación de respeto y admiración mutua que se tributan ambos pueblos desde su respectivas expresiones artísticas; y también están los vínculos que la historia más activa del siglo xx registra como momentos estelares de esa relación intercultural, como lo es la estimulante y heroica presencia del escritor  haitiano Jacques Viau Renaud (1941-1965), poeta,  combatiente y mártir de origen haitiano, caído en combate del lado revolucionario durante la Revolución de Abril de 1965, acontecimiento histórico del que la República Dominicana conmemora en la actualidad su 50 aniversario.

Los dominios y vínculos del sistema cultural dominicano, sobre todo en el campo de las artes plásticas, son amplios y muy bien documentados, con actores visibles que han dado claro testimonio de respecto, pasión y admiración de la apasionante historia e impacto internacional de la iconografía más auténtica de la pintura haitiana.

Intelectuales y especialistas como los críticos de arte Marianne de Tolentino, Delia Blanco, Amable López Meléndez y Abil Peralta Agüero, son más que un  registro historiográfico, teórico y de gestión cultural de ese destacamento de atención y mutua relación; estos estudiosos, en espacios y momentos diversos, han puesto sus reflexiones y textos para estudiar y profundizar en el conocimiento y divulgación, con el decoro y la dignidad   correspondiente, la calidad, fuerza telúrica, energía y esplendor simbólico del arte haitiano y la fuerza de su caribeiñidad, como diría el cientista social puertorriqueño Don Ricardo Alegría  (1921—2011)

La relación en el plano de la investigación crítica, histórica y teórica se amplió con el cultivo de la amistad y relaciones profesionales entre los investigadores precitados y los teóricos, historiadores y críticos de arte haitianos, Michel Philippe Lerebours,  Director y conservador del Muse dArt Hatien du Collge Saint Pierre en Puerto Príncipe, Haití; y la activa y fraternal relación con el prestigioso historiador y crítico de arte haitiano Gerald Alexis, autor del celebrado libro “Peintres haitiens /Pintores haitianos”.

En mi particular caso, acontecimientos personales y multifactoriales, me permitieron cultivar un activa  y directa relación personal y profesional con las más elevadas y representativas expresiones estéticas del arte haitiano, por lo que hará  unas tres décadas tuve la oportunidad de ser el coordinador, autor de textos y presentador de una exposición de arte haitiano en la antigua Embajada de Haití en la República Dominicana, en la que exhibieron sus obras  de manera conjunta los jóvenes artistas haitianos Fritzner Cedón, Jean Batiste Rosbert y Musset Payant.

Ese primer contacto se amplió con la memorable presencia en el país del celebrado y cotizado artista haitiano Edwin Casimir, quien exhibiera en el país en la década de los ochentas una impactante exposición individual en la antigua Galería de Arte Arawak; para entonces, escribí el texto y presenté la exposición, la que se convirtió en un acontecimiento periodístico en el país y en Haití.

Aunque lo cierto es, que ya antes, gracias a la confianza de Don Roberto Nader, fundador de la Galería de Arte Nader, me correspondió presentar la primera exposición individual en el país del maestro Lyonel Laurenceau (1942), extendiéndose ese vínculo décadas después, con mi presentación de una nueva individual de este gran artista haitiano en la actual Galería de Arte Nader, como parte de mis relaciones profesionales y colaborativas con el especialista en arte haitiano y dominicano, el empresario George Nicolás Nader, para entonces director de la firma internacional, George Nader Latinamerican Art.

Mi vínculo personal con el arte haitiano se consolidó con la presentación  de una conferencia magistral nuestra en el Mupanah Museum /Panteón Nacional, la más prestigiosa y alta plataforma de la cultura y el arte haitiano, seriamente afectado durante el terremoto del año 2010; años después fortalecí ese vínculo con la  curaduría y textos de investigación para dos importantes exposiciones de arte haitiano presentadas en el Museo del Hombre Dominicano, y consecutivamente otras exposiciones, en Ajoupa Galería de Arte de la Zona Colonial, fundada y dirigida por el exquisito artista haitiano Fritzner Cedón, apasionado gestor cultural, residente en la República Dominicana desde hace unos 30 años, y quien desde muy joven ha apostado a la hermanación de la relaciones interculturales, teniendo como estandarte las expresiones de la pintura haitiana y de la pintura dominicana.

Como una clarinada de atención y de reflexión histórica, antropológica, y si se quiere diplomática; en esta ocasión, con el apoyo de varias instituciones empresariales y culturales de Haití y República Dominicana, Cedón, junto a un grupo de animadores culturales de la República Dominicana y Haití, promueve la exposición colectiva  “Pinceladas  por la Paz”,  teniendo como escenario el Centro Cultural Dominico Alemán en la Zona Colonial de Santo Domingo; y en la que seis artistas haitianos: Jean Renel Pierre-Louis, Fritzner Cedón, Jean Robert Ambroise, Jean Martín, Hunseul Dorvil, Jean Guy, de una impresionante y reflexiva representación simbólica, además de una muy bien valorada capacidad para la resolución pictórica, conjugan su hacer estético con la fuerza y capacidad expositiva de un maestro del arte étnico y místico como el dominicano Geo Ripley, con el acompañamiento de los artistas también dominicanos,  Ed Vasquez, y Marco A. Martire.

La presentación de esta exposición, exhibida como parte del Premio Diáspora 2015,  viene a ser justo en estos momentos, la más viva y racional plataforma para poner en la agenda de la relación política y diplomática de nuestros dos pueblos y sus respectivos estados, la agenda más digna para apostar por la paz y el respeto mutuo, utilizando como herramienta el más ancestral lenguaje para hablar entre los seres humanos, como siempre lo ha sido, desde Paleolítico Inferior, el poder simbólico y representacional del arte. Celebro este nuevo encuentro entre el arte haitiano y el arte dominicano, en esta acelerada ruta del siglo xxi, como un fuerte abrazo y gesto sincero de fraternización entre el pueblo dominicano y el pueblo haitiano.

El Nuevo Diario

Artistas dominicanos y haitianos montarán exposición en Nueva York

Veintisiete artistas dominicanos y haitianos montaron este 6 de febrero la exposición «La Lucha: Quisqueya y Haití, One Island» en la galería Río Pent House I, de la avenida Fort Washington, en el Alto Manhattan.

Los organizadores del evento dicen que la muestra busca educar a las comunidades del mundo radicadas en Nueva York sobre las luchas históricas de los dos países vecinos e incluirá pinturas, fotografías, esculturas, diseño de ropa y actuaciones en vivo.

La curadora de las obras, Yelaine Rodríguez, diseñadora de moda graduada en la escuela de Altos de Chavón, dice que se le ocurrió la idea de «La Lucha» – que se traduce en «la lucha» o «la lucha» – después de asistir a la famosa escuela de arte en La Romana.

Rodríguez, criada en El Bronx, dijo que la muestra cuenta con el respaldo del Instituto de Intercambio Cultural de Haití.

Señaló que en la escuela aprendió sobre la independencia de la República Dominicana, pero no se le enseñó respecto a la lucha contra los colonizadores de ambos lados de la isla La Hispaniola.

Reconoce que existe una división entre los inmigrantes dominicanos y haitianos que residen en Nueva York. «Me di cuenta de que, incluso en Nueva York, estábamos separados», dijo.

Rodríguez contactó grupos de artes sin fines de lucro con sede en Brooklyn, como el Intercambio Cultural de Haití, con la idea de organizar una colectividad de artistas dominicanos y haitianos que podían explorar su historia compartida. «La Lucha» es el primer proyecto para crecer fuera de ese esfuerzo.

Sable Smith, un artista haitiano-estadounidense, contribuye con fotografías de un proyecto de vídeo que recoge parte de la historia haitiana.

«La relación puede ser discutible», dijo Smith, sobre la cercanía dominico haitiana. «No se trata de la tensión, y a veces, eso puede parecer como algo que es casi heredado de una generación a la siguiente», agregó.

Una de las piezas que expondrá Smith, «Extractos de la I + RD», presenta y mezcla fotografías y recuerdos escritos del terremoto de 2010 y la masacre del «perejil».

En su entrega, Smith muestra cuando decenas de miles de haitianos fueron asesinados por órdenes de dictador Rafael Leonidas Trujillo Molina.

Smith dijo que no está interesado en echarle la culpa a nadie, sino en revelar partes de la historia que a menudo se ignoran.

«Esta pieza no es para decir que los dominicanos siempre están reprimiendo a los haitianos. Ese no es el punto, en absoluto «, dijo. «Se trata de dar oportunidad a la gente de contar sus propias historias y la creación de un receptáculo para eso».

Carlos Jesús Martínez Domínguez, artista dominico – estadounidense, espera poder desafiar la idea de que el sentimiento anti-haitiano en la República Dominicana comenzó y terminó con Trujillo.

«La gente habla de Trujillo. Era un hombre horrible, pero también es nuestro mayor chivo expiatorio «, dijo Domínguez. «Nos sumamos a nuestra historia anti haitiana diciendo que fue su culpa, cuando el problema comenzó mucho antes de que él naciera».

Domínguez creó una escultura enmarcada por una caja de madera de la República Dominicana y las monedas que ofrecen la cara de Juan Pablo Duarte. Ve a Duarte como punto de partida para generar un gran sentimiento anti haitiano entre los dominicanos.

«Estoy una vez más tratando de señalar con el dedo a Duarte», dijo Domínguez, quien ha creado obras contra Duarte en el pasado. «Es mucho más difícil de hablar mal de él en la República Dominicana de lo que es hablar así de George Washington aquí».

Todos los artistas coincidieron en que lo más importante era crear un espacio en el que las dos comunidades pudieran reunirse y discutir estos temas. «Estoy muy emocionada acerca de cómo la gente ha estado respondiendo», dijo Rodríguez, y agregó: «Veo que muchos de nosotros hablamos de esto en casa, pero nunca tratamos de sacarlo al mundo real… la respuesta demuestra lo mucho que realmente necesitamos este espacio para el arte y para reunirnos». Dijo que tiene planes de llevar la exposición a Haití.

La exposición permaneció abierta del 6 al 27 de Febrero en el Gallery Río Penthouse I, situada en el 10 de la avenida Fort Washington.

Los artistas que exhibieron son Alex Guerrero, Anthony Louis Jeune, Carlos Jesús Martínez Domínguez, Donald Giovany, Francks F. Deceus, Jean Patrick Icart Pierre, Jennie Santos, Jonathan Schmidt, Jules Joseph, Klode, María Monegro, Mc Alexandrer Cicerón, Miguel Luciano, Mónica La Paz, Moo-Hyun Chang, Nadine Lafond, Pepe Coronado, Polibio Díaz, Rider Ureña, Sable E. Smith, Saul Jean Charles, Scherezade García, Shakeaspeare Guirand, Sophia Domeville y Yelaine Rodríguez.

Diario Libre

 

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