La lucha no es sólo tomarse el poder
Su documental ‘Alfaro Vive Carajo’ retrata más de cuatro renglones en la historia del país y puede ser considerado -como dijo Manolo Sarmiento, en la función de estreno- “el testimonio de la subversión en nuestra memoria colectiva”. Mauricio Samaniego, creador y combatiente, es quien puede hablar de la lucha -de armas y de ideas, del cine y del día a día, de ese impulso que nos mueve a conseguir algo en beneficio de uno o de todos.
La lucha colectiva te hermana con muchos, pero te enfrenta con otro tanto…
Cuando eres rebelde y estás en una lucha social puede ser fácil caer en el maniqueísmo ortodoxo izquierdista de ‘estás conmigo o contra mí’. No es así. Cuando te enfrentas a poderes que no hacen lo mejor para la comunidad, no es cosa de buenos o malos. Evidentemente te hermana con los compañeros de lucha y lo de los ‘enemigos’, a veces, pasa a ser una cuestión relativa. Tienes que ver las circunstancias sociales, históricas.
¿Qué pasa cuando la lucha implica daños a terceros?
Es tenaz. Cuando te confrontas en un ámbito militar, sabes lo que te puede pasar y el otro, también; pero terceros inocentes es lo peor. Además hay otros terceros: los familiares de todos nosotros sufrieron, algunos fueron torturados o asesinados por ser hermanos. De lo que, más o menos, me arrepiento es del sufrimiento de mis viejos, que fue ‘heavy’.
¿La lucha es solo para valientes?
Valentía y cobardía son un tema relativo. El compañero que haya dicho que una vez agarrado no estaba ahuevado es mentira, y quien diga que iba muerto de la risa a un operativo también. No existe el no tener miedo. Es muy complicado calificar a alguien de valiente o cobarde.
¿Cuándo una lucha de ideas se vuelve armada?
Cuando la de ideas es ocultada, los que tienen una posición no pueden expresarla, se establecen mecanismos para que no sea conocida o ciertas ideas son reprimidas. El ejemplo de AVC es así.
Y dejar las armas…
Una parte de la izquierda nos acusaba de traidores. Pero es un acto de responsabilidad. Si un proyecto político no tiene viabilidad cierta y si por insistir siguen los daños colaterales debes tener responsabilidad.
La lucha y la propaganda están relacionadas…
Más que propaganda es la incidencia para que la gente vea la posibilidad de manejar su destino y no solo esperar los avatares de la política formal. Acá no pasaba nada… ¿Se corre peligro cuando una lucha individual pretende ser colectiva? Por ejemplo, ‘Mi lucha’, de Hitler… No estoy de acuerdo con el liderazgo único y la construcción de una militancia a partir de este. Uno puede luchar junto a otros, a partir de una misma ética, que para mí era el beneficio común. Creo que liderazgos y planteamientos deben ser una construcción colectiva, jamás un liderazgo individual. Lo contrario es peligroso en cualquier ideología y contexto.
Para Marx, la lucha de clases hace que la historia avance. ¿La lucha es inherente al ser humano?
Hay una lucha individual por el sustento diario, todo el mundo la tiene. Y mientras existan inequidades habrá ánimo de lucha colectiva. El
tema es cuándo esas luchas pueden estructurarse en propuestas viables.
La lucha es un juego de poder, hay vencedores y derrotados; pero, ¿es necesario tener el poder?
La lucha no es solo tomarse el poder. Como decía Basantes, ‘no importa ganar, importa luchar’. Uno en su día a día puede luchar por una utopía colectiva. El poder es útil cuando existe una opción colectiva de asumirlo para que los cambios se hagan rápido y masivamente. Pero el poder, mientras más repartido, mejor. Quienes luchamos por el bienestar colectivo y con ética, aunque asumamos un liderazgo, no es para concentrar poder sino para distribuir. El poder que vale la pena es el que surge de miles de poderes; uno de intenciones y no personal.
Utopía… ¿luchar por lo inalcanzable justifica la vida?
Contradicciones y utopía mueven a la sociedad. Si no hubiera utopías estaríamos anclados en el servilismo. Lo de perder la vida es ‘heavy’ pero, evidentemente, pensábamos que sí se podía…
La vida es viaje o lucha, ¿cómo la ves?
Son la misma vaina. La vida implica un viaje, de llegar a un conocimiento que no tenías; la lucha es, más o menos, lo mismo: una iniciación hacia otro nivel racional y emocional.
¿El cine es herramienta de lucha?
Hay cine que me encanta y no tiene intención de cambiar el ‘status quo’. Puede ser un divertimento y también un vehículo de reflexión, racional y de sensaciones.
¿Hacer cine es una lucha?
Sí (ríe); pero tampoco de la onda quejumbrosa. Hay un mercado pequeño, una tradición de consumidores muy tirada hacia Hollywood, qué se yo. Sí es una lucha, pero mi objetivo no es el cine como medio, mi objetivo es expresar.
La lucha más instintiva es en defensa de alimento y territorio, ¿hoy será lo mismo?
Buena parte de la población del mundo sigue luchando por eso. Nosotros ya no tenemos que arrancharnos para que tu familia pueda comer, pero hay otros tantos que se arranchan un vaso de agua. Aún hay gente que lucha por tener dónde vivir. Y esa ya es una exigencia de lucha.
¿Toda lucha es valiosa, respetable?
Si vuelves a poner a Hitler… es fregado.
¿Las luchas por la religión?
Tenaz… No sé responder, porque son tan culturales e íntimas que no tengo entero conocimiento. Por eso el general Alfaro luchó por el Estado laico, para no matarse entre creyentes…
También está la lucha interna. ¿Cómo es en tu caso?
Permanente y no se acaba nunca. Desde que asumes responsabilidad hay una lucha constante por estar bien contigo, con los demás y por el bien para todos; lo cual es un esfuerzo constante y muchas veces se pierde.
Pareciera que el tiempo de la lucha es el pasado, con gente que actuaba comprometida; ahora hay quietud o la satisfacción del posteo en redes sociales. ¿Somos una sociedad que no lucha?
Coincido con que la lucha de postear se asume como un lavado de conciencia; por otro lado, las redes han dado elementos de transformación. Pero, en general, nos volvemos menos físicos y más informáticos. Un problema es que hay menos contacto real, estar con o contra alguien, de frente.
¿Una lucha cierta debe saltar de la calle virtual a la real?
Lo que hicieron Assange o Snowden no es de pegarse palazos en la calle; pero los indignados era de frente. Las dos son valiosas. De todas maneras, cuando uno ve injusticias puede postear todo lo que quiera y de ahí salir a la calle.
¿La lucha permite algún momento de paz?
Sí. Cuando ganas o pierdes puedes tener paz por haberlo hecho en base a una ética cierta.
Mauricio Samaniego
Quiteño, 1965. Cineasta. A los 18 años se vinculó al movimiento subversivo Alfaro Vive Carajo; fue capturado y torturado. Obtuvo un Máster en Escritura de guiones en la Universidad Autónoma de Madrid. Ha trabajado como profesor universitario y en rodajes audiovisuales nacionales y extranjeros. Su documental ‘Alfaro Vive Carajo’ se estrenó en el EDOC.
Cineasta ecuatoriano Mauricio Samaniego echa un vistazo a tortura que vivió durante gobierno socialcristiano
El cineasta ecuatoriano Mauricio Samaniego estrenará este viernes su documental ‘Alfaro Vive Carajo’, en el que reúne testimonios de exmilitantes de este grupo insurgente del cual él también formó parte. La proyección será a las 19:30 en el Teatro Universitario de la Universidad Central del Ecuador y la entrada costará tres dólares, como parte del Festival Documental Encuentros de Otro Cine Edoc.
“Después de que fui militante empecé a hacer cine y estudié guion cinematográfico y, 30 años más tarde, me pareció que era necesario para el país, para mis hijos, para los hijos de todos, para los padres, para mis padres, para los padres de todos, contar un punto de vista diferente del que en ese momento se contó a través de una guerra mediática muy fuerte”, dijo el director a la agencia Andes.
Impulsado por una responsabilidad social, Samaniego se dedicó a reunir a exmilitantes del grupo para recoger sus testimonios y las historias de tortura y muerte de la que fueron víctimas durante el período presidencial de León Febres Cordero, cuyo gobierno siempre negó este tipo de delitos y justificó las acciones represivas en el marco de una lucha contra la guerrilla.
“El documental tiene muchos lados humanos. Tiene lados fuertes, alegres y tiene lados duros, como el tema de la tortura, el tema del asesinato. Pero también tiene de los otros, de gente común y corriente, que no son ni héroes ni mártires, que asumió un compromiso y lo asumió de veras, con alegría y con creatividad. Tiene de alguna manera esos picos de emociones, de sentimientos”, acotó.
La realización de ‘Alfaro Vive Carajo’ tomó tres años y medio, entre investigación, filmación, recopilación de testimonios y archivos, y edición. “Este era un documental que, de frente, se planteaba como lo que es: hecho por un militante de Alfaro Vive, y hubo gente que no quiso participar, que está en todo su derecho, por razones políticas, íntimas o las que sea”, indicó el cineasta.
Hubo exmilitantes que formaron parte de partidos políticos de la época que no quiso aportar con su testimonio. Pero hubo otras personas que aceptaron y que hablaron de frente sobre sus experiencias.
El filme recoge titulares de prensa de la época sobre el combate del gobierno de León Febres Cordero (1984-1988) al grupo subversivo. Foto: Captura de pantalla
Samaniego formó parte del grupo guerrillero cuando tenía 18 años y fue capturado y torturado. “Fui capturado por la Policía y torturado por los mismos que torturaron a los hermanos Restrepo”, dijo.
“Nosotros infringimos la ley, teníamos derecho un juicio y a ser sentenciados. No tenía derecho la autoridad a torturarnos, peor a torturar a compañeros hasta la muerte. Estamos en un estado de derecho y hay que respetarlo. Si uno, por buenas intenciones que tenga, infringe la ley, tiene que ser juzgado y sentenciado. Nosotros cumplimos nuestras sentencias. La idea es que el tema de la aplicación de la ley no es variable”, manifestó Samaniego.