Teresa Mann: una bailarina que hace escuela

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«Yo era una bailarina y solo quería enseñar el ballet bien», pronunció Teresa Mann, de 81 años, sobre su intención artística, sin sospechar que aquella escuela de danzas que fundó bajo su propio nombre en 1965 llegaría fulgurosa a su 50 aniversario.

La celebración de la fundación de la Escuela de danzas Teresa Mann estuvo a cargo de su hija Myriam Mann, sucesora en la dirección de la academia, y tras dos meses de organización resultó un espectáculo dancístico en el que incluso participaron 40 exalumnas de todas las generaciones pasadas.La gala celebrada en el anfiteatro del Colegio San Agustín, la noche del pasado sábado, tuvo el propósito de rendir homenaje a la bailarina y maestra Teresa Mann, quien estuvo atenta a las técnicas de bailes desde los primeros asientos del público.

El programa incluyó la presentación del Ballet Nacional de Panamá con coreografías como “Noches de Walpurgis”. Hubo espacio para las ejecuciones grupales de jazz, tap (claqué), teatro musical y danza moderna, especializaciones que se imparten en la cincuentenaria escuela de Teresa Mann.

La velada estuvo cargada de emotivos momentos, puesto que exalumnas —hoy también profesionales o maestras de alguna rama de la danza— se mostraron agradecidas con su formadora por haberlas encaminado en el arte. Una de ellas fue la bailarina Ximena Eleta, directora del estudio de danza Xielo, quien se unió al espectáculo con un número de danza aérea.

La maestra Teresa Mann, primera figura del Ballet Nacional, se casó con Carlos Guevara un año antes de fundar su escuela de danzas. Según reseñaron en el evento, la iniciativa surgió en 1965 por el pianista panameño Jaime Ingram, quien invitó a Mann a formar una escuela de danzas con el interés de acoplar un cuerpo de ballet a su conservatorio de música.

Diez años más tarde, Teresa Mann tenía formado su propio ballet, que pronto enviaría a concursos internacionales, como miembro del Dance Educators of America.

Mann se tituló de Master of Science en Ballet en la Escuela de Música de la Universidad de Indiana, Estados Unidos y siguió formándose en danza española, moderna, jazz, yoga, luminotécnica y en música, incluyendo el dominio del piano.Al final del evento cincuentenario, Mann ofreció a sus exalumas más de mil imágenes en blanco y negro, en su mayoría tomadas por su esposo, quien le apoyaba como fotógrafo aficionado en esta tarea desde que era bailarina y posteriormente para los registros de competencias en la escuela dedanzas.Mann acumula reconocimientos por su aporte a la cultura, entre ellos, la orden Manuel Amador Guerrero en grado de gran oficial (2000), Estrella emérita del Teatro Anita Villalaz (2008) y es considerada una de las 100 mujeres panameñas más destacadas por la Facultad de Humanidades de la Universidad de Panamá (2004).

Publicado en La Prensa
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