[Exclusiva NodalCultura] Fabio Luis Dos Reis, dirigente del Movimiento Sin Tierra de Brasil

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Por Tomás Forster – Nodal Cultura

Días atrás, Fabio Luis Dos Reis, encargado del Frente de Radios del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) de Brasil, participó del II Encuentro de Comunicación Campesino Indígena realizado en Buenos Aires por iniciativa de la Defensoría del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual.

Militante de una organización político-social emblemática y vigente, que surgió en los años setenta contra el proceso de concentración de la tierra profundizado por la dictadura de ese momento, Dos Reis tiene como dimensión de pertenencia la concreción de una comunicación contrahegemónica o “alternativa”, como preferirá decir a lo largo de esta conversación. El compromiso por la construcción de una agenda subalterna, en la que circulen las voces y realidades de los sectores invisivilizados por el sistema de medios dominante encabezado por la corporación Globo. Luego de disertar en la mesa “La comunicación campesino indígena como estrategia de participación ciudadana en América Latina”, este oriundo del estado de Santa Catarina, ubicado al sur del gigante sudamericano, dialogó con Nodal Cultural.

En las inmediaciones del siempre significativo Espacio Memoria y Derechos Humanos (Ex Esma) -creado el 24 de marzo de 2004 por decisión del gobierno de Néstor Kirchner en el predio donde funcionó en la última Dictadura Cívico-Militar el Centro Clandestino de detención, tortura y exterminio de la Escuela de Mecánica de la Armada- y apenas horas antes de que se consumara el golpe parlamentario contra la presidenta legítima Dilma Rousseff, Dos Reis se explayó sobre la importancia de las jornadas en las que participó, señaló los principales desafíos que enfrenta la comunicación popular en el marco del avance de la derecha en la región, analizó la relación actual del MST con el Partido de los Trabajadores (PT), y caracterizó el rol de la cultura popular brasileña en la vida latinoamericana.

¿Cuáles son tus sensaciones e impresiones como panelista invitado en este segundo Encuentro Latinoamericano de Comunicación Campesino Indígena?

Es algo muy rico tener la oportunidad de conocer e intercambiar distintas experiencias de comunicación alternativa y popular de la región. Para muchos puede parecer algo pequeño, o no tener mucho valor, pero para mí es muy importante esta confluencia de comunicadores populares y militantes que vienen de diversos países latinoamericanos con sus diferentes culturas locales y varios de ellos venidos de los pueblos indígenas. Es esa, en verdad, la comunicación verdadera, hecha desde la raíz, que pretende construir la información desde el territorio y no vender la noticia. La comunicación dominante se tornó una mercancía más, en cambio las personas que participamos en estas jornadas buscamos pensar y practicar la comunicación como una actividad transformadora, que sea crítica y posibilite construir una sociedad realmente inclusiva.

¿Cuáles son los principales desafíos que tiene actualmente la comunicación popular?

El gran desafío es hablar la misma lengua. ¿Qué quiero decir con esto? Cada grupo se comunica más que nada con su propia comunidad. Nosotros tenemos la dificultad de aumentar esa dimensión, de ampliarla a escala nacional e internacional. Encuentros como este sirven para construir esos puentes. Ese es el gran desafío: conseguir que la información sobre la situación de los pueblos se intercambie más fluidamente aprovechando las herramientas tecnológicas que existen hoy. Hacer una red de comunicación entre los trabajadores, sean urbanos o campesinos, como hacen los grandes medios de comunicación de masas pero hecho por nosotros, al servicio de los territorios, ahí donde están los excluidos del sistema. Tenemos que pasar a hablar la misma lengua e intercambiar esa información.

En el marco actual de avanzada de la derecha en distintos países de la región como Brasil y Argentina, se observa que una de sus principales tentativas tiene que ver con socavar el proceso de integración regional que se desarrolló en los años anteriores. ¿Cuál cree que es rol de las diferentes expresiones de la comunicación popular en este contexto político que vive Sudamérica?

Cuando se quiere dominar a un pueblo se impone el monopolio de la información. Se genera un cierre en el lenguaje, un límite para el cambio cultural. Entonces, cuando se tienen gobiernos más progresistas que intentan estimular otras vías de comunicación, el imperialismo le cae con todo su peso. Ahora, estamos viendo un gran avance del neoliberalismo sobre los países de América Latina y las distintas experiencias progresistas de estos últimos años. Estos poderes van a hacer de todo para borrar los nuevos derechos y aniquilar esas experiencias sea por ofensivas económicas, de criminalización de la protesta social, etc. Los que integramos las fuerzas de la izquierda latinoamericana, tenemos que principalmente mantenernos unidos en torno a la construcción de una comunicación alternativa. Debemos impulsar una red de medios contrahegemónicos.

¿Cómo se posiciona el Movimiento Sin Tierra (MST) frente al Golpe efectuado en su país contra la legítima mandataria Dilma Rousseff y la ofensiva más general dirigida al Partido de los Trabajadores y a Lula Da Silva?

La historia es un proceso de relaciones de fuerzas. En otra época, en la que América Latina vivió un avance de los pueblos, no sólo material, sino también cultural, de conciencia, se implantaron dictaduras en Argentina, Uruguay, Brasil, Chile, en todo el Cono Sur. En este momento, existe una nueva estrategia golpista liderada por Estados Unidos para retomar el control y abrir una etapa de neoliberalismo recargado. Comenzó en Honduras, luego en Paraguay,  se intentó en Venezuela, Bolivia y Ecuador. En Argentina se logró por vía electoral. En Brasil no hay necesidad de tener a las fuerzas armadas para destituir al gobierno legítimo, quienes hablan de golpe blando entiendo que se refieren a un golpismo que se da desde adentro del propio Estado. De todas maneras, creemos que la lucha recién se inició. No podemos desanimarnos ni desistir. Los trabajadores debemos unirnos y construir una fuerza vigorosa que vaya al frente.

¿En qué aspectos debe reinventarse la izquierda brasileña, tanto en la dimensión política como en la social, para interpretar correctamente las demandas y necesidades de las mayorías populares?

A mí entender, el PT gobernó en torno a un proyecto de conciliación de clases. Un poquito para los pobres, otro poquito a los ricos…se trabajó en estos años bajo esa premisa. Más la historia enseña, y por lo que está sucediendo en mi país se ve claramente, que llega un momento en el que este equilibrio se rompe porque es imposible que se mantenga en una sistema como el capitalista estructurado en relación a la desigualdad social. Por eso creo que tenemos que crear una nueva forma de gobernar. No hay más posibilidad ni margen para una unión de clases con intereses tan diferentes mientras se profundiza cada vez más la crisis económica, alimentaria y social del capitalismo en su fase neoliberal. En este sentido, o será el gobierno de los ricos o será el gobierno de la izquierda. En Brasil, los trabajadores tenemos que salir a ganar la calle porque es ahí donde se resuelven las disputas.

¿Cómo ha sido la experiencia del MST en todos estos años, cuál es actualmente su situación y cuáles son las principales luchas que lleva adelante?

Hay que decir que en los trece años del PT en el gobierno, hubo pocas desapropiaciones de tierra. Fue un gobierno que destinó recursos para construcciones, cooperativas, más hizo muy poco en cuanto a desapropiar tierras. Se evidenció una dificultad para destinar las tierras improductivas, reducir la concentración, o mismo reutilizar tierras públicas que podrían servir para las familias que sobreviven como pueden en el campo. La pelea del MST es primeramente para adquirir nuevas tierras, que son muchas, cosa que ahora es más difícil porque el gobierno golpista abre las fronteras para las empresas multinacionales que buscan llevarse nuestros recursos naturales…entonces, la lucha va a ir creciendo. El Movimiento sigue dando la pelea, ocupando tierras que les deben pertenecer a los campesinos despojados, haciendo una nueva marcha cada día. Y ahora, por supuesto, mucho más. En este último período, se creó un movimiento que se llama Frente Brasil Popular, en el que está el MST, junto a otras organizaciones sociales y políticas, que apoya las luchas masivas a favor de la democracia y que a la vez busca generar nuevas propuestas hacia una política económica que amplíe y profundice el proceso de distribución de la riqueza esbozado por el PT. Se creó este Frente como un instrumento político que represente a los trabajadores que, en este escenario de crisis política, no se sienten contenidos ni representados por las fuerzas tradiciones.

¿Imagina al PT con el liderazgo de Lula sumándose a esta articulación que proponen desde el MST?        

Nuestro movimiento defiende le legitimidad electoral de Dilma Rousseff y por eso sale a las calles contra el Golpe. Pero, nuestro movimiento ya se sentó con la cúpula del PT y explicó que de volver este a gobernar, deberá hacer otras políticas. Tendrá que ser una fuerza y un gobierno realmente de izquierda ya que en un escenario de crisis se diluye el centro. En este momento, es imposible que el PT sea de centro o conciliador.

A menudo, desde los dispositivos donde se hegemoniza la información, se piensa a la región como algo disgregado, con cada país con su propia realidad, mirando sobre todo hacia el norte y sin vasos comunicantes entre sí. Se abusa del distinto pasado colonial y de la diferencia de lenguas, para alejar a Brasil de su ligazón con el resto de América Latina y el Caribe. ¿Cómo piensa la relación entre la comunicación popular y la construcción de la cultura latinoamericana?

Sí, mismo en Brasil existen esas distinciones. Las personas del Nordeste representarían algo totalmente diferente a las que viven en el sur para los grandes medios de comunicación que intentaron vender esa falacia: que los del nordeste no trabajan, que los del sur por ser muchos descendientes de europeos son más laboriosos. Y pienso que no es diferente en relación al resto del continente. Durante toda la historia intentaron dividirnos, crear fronteras entre los latinoamericanos. Los militantes del MST consideramos que lo latinoamericano refiere a una unidad diversa, en el que existen distintas culturales que se complementan y retroalimentan entre sí. Tenemos que aprender mucho de nosotros mismos, enriquecernos con nuestras realidades que son mucho más similares de lo que se cree.

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