Wagner Moura, cineasta: “Brasil vive un genocidio de la población negra”
Wagner Moura: “Brasil vive un genocidio de la población negra”
Por Gregorio Belinchón
El festival de Berlín siempre ha sido proclive a los filmes políticos, así que, que fuera Marighella la última película en la sección oficial -aunque fuera de concurso- de la última edición de Dieter Kosslick -director del certamen desde hace 18 años- tiene todo el sentido para la Berlinale. Marighella supone el debut como director del actor brasileño Wagner Moura, de larga carrera marcada por su Pablo Escobar de la serie Narcos, que ha escogido para su salto ilustrar los cinco últimos años de vida -de 1964 a 1969- de Carlos Marighella, político y escritor brasileño, líder del Partido Comunista de su país, del que fue expulsado cuando, tras el golpe de Estado de abril de 1964, decidió pasarse a la lucha armada.
Moura ha cumplido con creces como realizador. Su Marighella es vibrante, llena de acción -el actor traía la lección bien aprendida tras protagonizar Tropa de élite y su continuación-, filmada con brío, con personajes con matices… Puede que la película adolezca de cierto maniqueísmo, pero en Brasil corren los tiempos que corren, y Moura ha priorizado el obvio paralelismo que vive su país justo medio siglo después de que Marighella fuera ejecutado por la policía tras acabar de escribir Minimanual del guerrillero urbano.
De ahí que en la rueda de prensa, en la que a Moura le acompañaron 30 miembros del equipo artístico y técnico del filme, hubiera mucha rabia y emoción. Incluso hubo actores que lloraron. Moura explicó que no iba a dirigir el filme. «Mi primer instinto, tras leer la biografía en la que se basa el guion, fue producir la película. Como no encontré un director, me lancé, ya que no pensaba que iba a ser tan complicado. Solo me considero un actor que dirige. En cambio, ha sido la experiencia artística más importante de mi vida». Sobre las fechas en las que se estrena su thriller, el realizador ha desglosado: «Lo empezamos en 2015, tras el golpe de Estado [contra Dilma Rousseff]. No es una respuesta a un Gobierno en concreto. Espero que mi película sea más grande que el actual Gobierno de Bolsonaro, y es la primera respuesta de la cultura a esta situación. Marighella habla de alguien que resistió entonces y se dirige a quienes resisten ahora: el colectivo LGTBI, los negros, los habitantes de las favelas…».
Moura ha hablado la mayor parte de la rueda de prensa en inglés, buscando pausadamente sus palabras, nervioso. Sobre el paralelismo de lo que cuenta con la actualidad, y el subrayado en diversos momentos (por ejemplo, alguien coge una cámara y mira a la cámara, al espectador), ha explicado: «Marighella, líder social negro, fue asesinado en 1969 en un coche por disparos de la policía. Medio siglo después, una activista social negra [se refiere a Marielle Franco] fue asesinada en Río en un coche por miembros de las fuerzas de seguridad. La situación de torturas y asesinatos es la misma. Es el Estado quien no ha cambiado, y él elige sus enemigos. Los paralelismos son clarísimos para mí. No es un documental, los personajes son amalgamas de gente real, pero las situaciones y los sentimientos sí lo son».
Y aumentó su contundencia: «Sufrimos una situación horrorosa, la peor que ha vivido Brasil desde la dictadura. Hoy hay un genocidio contra la población negra, contra quienes viven en las favelas. Tenemos un presidente homófobo. Sé que cuando volvamos a Brasil nos cubrirán de mierda, pero no me preocupa; lo más importante era estrenar esta película». ¿Está pidiendo una lucha armada? «No, no quiero que alguien se levante en armas, No, la película habla del sacrificio, de lo que aquellos hombres y mujeres dejaron atrás por el bien común. En momentos claves hay gente que decide quedarse en casa y otros que hacen lo que tienen que hacer. Y yo les admiro. Lanzo un mensaje al público para que resista. Es como el diálogo final entre uno de los amigos de Marighella, de su grupo ALN [Acción Liberadora Nacional], con el policía que le está torturando y que le informa de que han matado a Carlos: ‘Perdiste’, le espeta. Y el guerrillero responde: ‘No, perdiste tú’. Porque hay victorias morales, porque la resistencia entonces y ahora será imparable, porque vivirá en cada chaval que reciba ese mensaje».
El resto del reparto y las dos productoras presentes en la sala ya avisaron sobre la gran dificultad de estrenar Marighella en su país. «Nos gustaría lanzarla tras su pase aquí en Berlín. Pero lo mismo tenemos que recurrir incluso a micromecenazgos». El músico Seu Jorge, uno de los más importantes de Brasil, que encarna a Marighella, explicó la dureza de su preparación, y la importancia que tiene para él «que la película se estrene en estos momentos». Moura apostilló: «Bolsonaro hace como todos los gobiernos fascistas brasileños: primero criminalizas la cultura, luego cambias el significado de las palabras… en los colegios, especialmente en los privados, se habla de la revolución francesa, y no se dedica ni una línea a hablar de la brasileña, una revolución negra. Se esconde la historia. Tenemos que repensar nuestro país».
Al final, tras comentar que su mayor influencia han sido los hermanos Dardenne -«lo creáis o no»-, Moura volvió al estreno del filme en su país y en lo caro que es el cine en Brasil: «Tenemos que pensar algo, porque sería triste que la gente en la que pensaba Marighella no viera la película. ¿Se la proyectaría a Lula en la cárcel? No lo había pensado, pero estaría encantado».