Argentina: 30 años sin Antonio Di Benedetto

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En Contexto
A 30 del fallecimiento del gran escritor argentino Antonio Di Benedetto, se publican por primera vez sus Escritos periodísticos. Fruto de una investigación de Liliana Reales, este material nunca había sido publicado en forma de libro. La obra da cuenta de la historia, la cultura y la política de su tiempo, y diluye la frontera entre periodismo y literatura.
(Foto: Archivo Los Andes)

El 10 de octubre de 1986 dejó este mundo uno de los escritores más representativos no solo de la literatura mendocina, sino también de las letras argentinas del siglo XX. Antonio Di Benedetto se destacó por sus textos exquisitos, ficciones atrapantes y sumanente reflexivas, y por sus excelentes artículos periodísticos, en los cuales resaltó su férrea oposición a las dictaduras imperantes.

Nació en Mendoza el 2 de noviembre de 1922, en el seno de una familia descendiente de italianos. Desde joven tomó impulso por la escritura, por lo cual adoptó rápidamente una prosa delicada y sumamente culta, gracias a su talento y lectura intensiva. A la par, desarrolló su carrera periodística, y por su destacada actuación en la escena mendocina llegó a ser el subdirector del diario Los Andes, además del corresponsal local del porteño La Prensa.

A los 31 años publicó su primer libro: Mundo animal (1953), una colección de quince cuentos. Dos años después apareció su primera novela El pentágono, pero la consagración de Di Benedetto llegó de la mano de Zama (1956), considerada como su obra maestra y que marcó a toda una generación de lectores argentinos.

Ambientada en el siglo XVIII, Zama cuenta la historia de un funcionario de la Corona Española, Diego de Zama, que es enviado al Paraguay para desempeñar funciones estatales, mientras aguarda una interminable espera para ser trasladado a otro destino más «soportable», como Buenos Aires. El enfoque intimista y poderoso de la prosa, centrado en la soledad existencial del personaje principal, fueron algunas de las características más alabadas por la crítica y el público.

Tras su obra maestra, Di Benedetto escribió diversas ficciones en los años siguientes, como las novelas El silenciero (1964) y Los suicidas (1969) y los cuentos Grot (1957, reeditado como Cuentos claros en 1969), Declinación y ángel (1958), El cariño de los tontos (1961 – que contiene tres narraciones) Two stories(1965) y la antología El juicio de Dios (1975).

Su oposición a las violaciones que se producían en los gobiernos militares (e incluso democráticos) le costó su libertad. Apenas comenzó la última dictadura militar, el 24 de marzo de 1976, Di Benedetto fue secuestrado, encarcelado y torturado en centros de detención de Mendoza y La Plata, hasta que fue liberado poco más de un año después. Durante su privación, escribía textos en pequeñísimas letras que enviaba a la escultora Adelma Petroni, que en 1978 fueron publicados en la antología Absurdos.

Debido al peligro que corría tras su liberación, Di Benedetto se exilió en París y Madrid, donde escribió Cuentos del exilio (1983). Poco después de la caída del gobierno militar, regresó a la Argentina y se asentó en Buenos Aires, donde trabajó en un modesto puesto en la Casa de Mendoza y realizó algunas colaboraciones en la sección Cultura del diario La Razón, que le permitieron apenas sobrevivir. Además en 1985 publicó su último libro, Sombras, nada más. El 10 de octubre de 1986, Antonio Di Benedetto falleció en la capital nacional.

Su extensa obra ha sido reeditada varias veces, y es permanentemente recomendada como lectura de referencia en los ámbitos literarios y académicos, tanto en la Argentina como en otros países hispanohablantes. Su legado es muy profundo, ya que su patrimonio en la cultura nacional se valoriza con el correr de los años y continúa marcando a generaciones de lectores, periodistas y escritores.

Publicado en Mendoza Online

 

Antonio Di Benedetto, el primer escritor secuestrado por la dictadura militar argentina

Por Juan Rapacioli

A 30 años de la muerte de Antonio Di Benedetto, el primer escritor secuestrado por la dictadura militar argentina, su obra es revisitada por autores contemporáneos que rescatan, sobre todo, el valor de su emblemática novela Zama, que próximamente será llevada al cine por Lucrecia Martel. Nacido un 2 de noviembre de 1922 en Mendoza y fallecido un 10 de octubre de 1986 en Buenos Aires, Di Benedetto fue un dedicado escritor que trabajó como periodista, llegando a ser vicedirector del diario mendocino Los Andes, donde se destacó por su firme postura contra la censura.

Detenido el mismo 24 de marzo de 1976 -en el inicio de la dictadura- en su despacho del diario Los Andes, el escritor fue encarcelado y torturado, sufriendo varios simulacros de fusilamiento, hasta que fue liberado en 1977. De esa experiencia terrible surgieron los cuentos de «Absurdos», que escribía con letra microscópica en las cartas que podía mandar. Exiliado en Europa, dio clases en Francia y en España, vivió seis años en Madrid, y regresó a la Argentina con la recuperación de la democracia, gracias a la gestión de escritores como Ernesto Sábato, Enrique Molina, Jorge Laffourgue y Ricardo Piglia, entre otros. Nunca logró curarse completamente de las marcas que le dejó el horror.

Juan José Saer, uno de los primeros escritores en destacar el valor de la literatura de Di Benedetto, sostuvo alguna vez que Zama «es, por ciertos aspectos de su concepción narrativa, comparable a las obras mayores de la narrativa existencialista, como La náusea y El extranjero«. «Yo creo -señaló el autor de El entenado-, sin embargo, que por la circunstancias en que fue escrita y la situación peculiar de la persona que la escribió,Zama es en muchos sentidos superior a esos libros».

En Buenos Aires, su obra fue rescatada por la editorial Adriana Hidalgo, que desde 1999 reeditó, además de Zama, los libros Los suicidas, El silenciero, Sombras, nada más y El pentágono, así como, por primera vez, sus cuentos completos en 2006. Además, este año, la misma editorial presentó los Escritos periodísticos (1943-1986) del escritor, que dan cuenta de su intensa labor en ese oficio, compilados por Liliana Reales.

Durante este mes se realizará un homenaje al autor de El silenciero en el Museo Casa de Ricardo Rojas (Charcas 2837), organizado por el Instituto de Literatura Hispanoamericana de la Facultad de Filosofía y Letras y la Universidad de Buenos Aires Núcleo Onetti de la Universidad Federal de Santa Catarina, Brasil, los días 17, 18 y 19 de octubre, con entrada gratuita. Los escritores Selva Almada, Jorge Consiglio, Hernán Ronsino y Martín Kohan hablaron sobre la importancia de la obra de Di Benedetto, de quien el lunes se cumplen 30 años de su fallecimiento.

A partir de su experiencia en el rodaje de la película Zama -a donde fue invitada el año pasado por la productora REI cine-, Almada comenzó a escribir El mono en el remolino, un libro que será publicado el año que viene. «Son crónicas breves, pequeñas escenas, viñetas, impresiones personales del rodaje, de los escenarios de la película, de algunos actores, actrices, del equipo técnico», cuenta la autora de El viento que arrasa. Y explica que «fue bastante difícil encontrarle la vuelta porque no es un diario de rodaje ni un ensayo sobre la película, ni mucho menos. Los primeros borradores eran textos más largos, intercalados por algunas entrevistas, pero este formato no me convencía». Lo que hizo, entonces, fue «trabajar sobre estos textos, desmalezarlos, podarlos. El resultado es esta serie de textos muy breves y algunos bastante líricos. Además van a estar intervenidos con algunas imágenes del detrás de escena del rodaje». «Zama es quizá la novela más importante de la literatura argentina -sostiene la escritora-. No simplemente por lo que podríamos llamar la anécdota que es tan universal y tan argentina al mismo tiempo: la espera eterna, la postergación, ese mono que no consigue zafar del remolino y seguir río abajo». «Si no también -continúa- por su escritura: es un texto exquisito que se va extrañando a medida que se avanza en la lectura, que va construyendo sus propias reglas y, por supuesto, su propio lenguaje. Si a esto le agregamos que Di Benedetto la escribió en un par de semanas, es impresionante».

Para Consiglio, la obra de Di Benedetto «es clave para nuestra literatura por dos factores: el primero tiene que ver con el uso particular que hace de la sintaxis. Logra que sus textos respiren de una manera personal, única». «No se trata de una mera cuestión estética, la sintaxis ‘dibenedetteana’ es absolutamente connotativa, permite que el significado de cada palabra sea el inmediato, el que se determina por contexto y, al mismo tiempo, muchos otros», apunta el autor del reciente libro de cuentos Villa del Parque. «El segundo -explica- se relaciona con la destreza que tienen sus narradores para extrañar el universo en el que están inmersos. Para lograr este efecto no emplea disparadores fabulosos ni giros sofisticados; se trata, más bien, de pequeños corrimientos, movimientos sutiles que, justamente en virtud de su insignificancia, logran distorsionar por completo el universo cotidiano». Según Consiglio, Zama es «una novela que desborda su propia matriz. No se trata de un texto de ficción bien escrito o de un relato que narra una historia apasionante. Es mucho más que eso. El efecto es parecido al de una bomba. Cuando uno lee esta novela se expone a su onda expansiva. Te golpea, te arrastra, te lleva por delante. Es un libro fundamental porque condensa un cruce estético que lo convierte en un relato genuino y poderoso».

Para Ronsino, Di Benedetto «es un autor que provocó algunos giros importantes en la literatura argentina en el siglo XX y, también, influyó a muchos autores. Como a Saer, por ejemplo. Esos giros, creo, tienen que ver con el modo de escapar del costumbrismo». «Es un escritor que escribió mucho desde su provincia, Mendoza, haciendo una literatura que estaba en diálogo con el objetivismo francés o con el existencialismo. Zama o El silenciero, en ese sentido, ocupan un lugar central en la literatura argentina», sostuvo el autor de Glaxo. Por su parte, Martín Kohan cuenta que llegó al universo de Di Benedetto a través de Juan José Saer, «que señaló hace muchos años su injusto relegamiento (esto antes de que se emprendiera la reedición de todos sus libros). Sin dudas hay ahí una zona que funciona como tradición y también como legado». Según el autor de Fuera de lugar, el aspecto más importante de la obra de Di Benedetto es haber logrado «un lenguaje literario que es, a un mismo tiempo, nítido y denso». Y sostuvo que el carácter fundamental de Zama radica en «narrar a la perfección una de las cosas más difíciles de narrar: una espera».

Publicado en Tiempo Argentino

Di Benedetto, aniversario y merecidos tributos

Al cumplirse hoy 30 años de la desaparición física del periodista y notable escritor Antonio Di Benedetto, ex subdirector de Los Andes, diversos acontecimientos rendirán honras a su talento como narrador y a su trayectoria como testigo de una época, la que media entre 1943 y 1986.

Reediciones de sus escritos periodísticos, especialmente a través del aporte de la editorial Adriana Hidalgo, la realización de documentales, la publicación de trabajos críticos sobre su producción literaria y la adaptación al cine de su exitosa novela “Zama”, tarea encarada por la directora Lucrecia Martel, dan cuenta de la vigencia de un escritor esencial. Inclusive, hay libros por salir, como el que tiene listo la actriz y directora teatral Sonnia De Monte.

Mendoza, tierra de nacimiento del narrador, no es ajena a ese movimiento de revaloración de una trayectoria, y entre otros homenajes, en los próximos días se desarrollará una doble jornada en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Cuyo, con la pretensión de examinar aún más la vida y obra del intelectual, en sus aspectos particulares y en sus proyecciones literarias, cinematográficas, políticas y culturales.

Se recreará un espacio para el debate enriquecedor en torno al hombre que empezó a escribir muy joven, o antes quizá, casi niño.

La Municipalidad de la Capital también ha organizado reconocimientos, uno de los cuales será imponer el nombre del autor a una plaza, un espacio público en el área de la Nave Cultural, a metros del Parque Central.

Consciente de la fecha y de la figura narrativa del siglo XX, la Dirección General de Escuelas (DGE) ha propuesto diferentes actividades y acciones educativas y culturales para alumnos, tendientes a rescatar la figura del mendocino. También se abre la posibilidad de que textos de Di Benedetto, como por ejemplo sus cuentos, entre otros los insertados en “Mundo animal” (1953) o “El cariño de los tontos” (1961), se incorporen como textos de lectura en las aulas del ciclo medio.

También llegará a Mendoza una exposición bibliográfica con las primeras ediciones de sus libros en castellano y otros idiomas, a cargo del librero de Buenos Aires Lucio Aquilanti, el mismo que organizó la mayor muestra existente sobre Julio Cortázar, en 2014.

La evocación tiene otras dos efemérides: en 1956 aparece “Zama”, la obra cumbre que le otorgaría el reconocimiento temprano pero definitivo, especialmente en el exterior.

En 1976 se produjo su detención por la dictadura militar que asumió el poder en ese momento, privando de la libertad al hombre y limitando por un año y medio su creación literaria libre y espontánea. Nadie sabrá nunca qué escritura se perdió para siempre a causa del encierro.

Para terminar este comentario, dos citas, una de una de sus biógrafas perseverantes, Liliana Reales, profesora de Letras de la Universidad de Santa Catarina (Brasil). Ella dijo: “Antonio Di Benedetto es un inmortal y un incorruptible. Es símbolo mundial de un hombre que amó la libertad y defendió la libertad de prensa”.

El otro testimonio pertenece a Jorge E. Oviedo, tal vez el periodista que más trató al literato, con quien compartió dos décadas en la redacción de Los Andes. Hace 10 años escribió: “Hablar hoy, en estas circunstancias, de Di Benedetto como hombre sería volver a abrir el cofre de los adjetivos, del que cada uno puede expresar según su recuerdo, según sus lecturas, según las brumas y certezas, la palabra determinante, precisa, para una definición que lo pueda contener en toda su amplitud”.

Publicado en Los Andes

 

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