Reinvenciones

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“Reinvenciones”: una retrospectiva a la carrera del pintor salvadoreño César Menéndez

La exposición pictórica se inaugurará este 29 de octubre en el Museo de Arte de El Salvador (Marte), como un homenaje a la carrera del pintor sonsonateco. Curada por Jorge Palomo, la muestra incluye 58 obras.

Por Sara Castro

Su primera exposición se llevó a cabo en la Asociación de Ahorro Atlacatl, a finales de los 70. Era un pintor desconocido, pero imaginó que ese día sería “apoteósico”. No asistió nadie a la inauguración. “Solo mi señora, mi tío y su esposa y mis papás llegaron”, rememoró entre risas César Menéndez; pero desde ese día comenzó a trabajar fuerte y esa noche confesó a su esposa: “esto no ha sido un fracaso, es un reto. Y ahora van a saber quién soy”.

Luego de más de tres décadas, el mundo artístico nacional e internacional sabe quién es Menéndez. Y una exposición especial se suma a su ya larga trayectoria de muestras pictóricas: “Reinvenciones”, una retrospectiva al trabajo de este sonsonateco, que será exhibida en el Museo de Arte de El Salvador (Marte) desde mañana hasta el próximo 27 de enero.

“Hay más de 40 años de labor profesional. Hay un trabajo que mostrar al país, a la juventud, a los artistas emergentes, a mis colegas, porque hasta cierto punto, la gente conoce pocas obras de mí”, expresó Menéndez ante una recopilación de 58 obras, curadas por Jorge Palomo.

Piezas que nacieron durante su etapa de estudiante en el Centro Nacional de Artes (Cenar) o durante su estancia en New York, EE. UU., como resultado de una beca para estudiar pintura y escultura en el Art Students League; o cuando vivió en Miami, y por supuesto de su permanencia en El Salvador.

De acuerdo con Palomo, las pinturas seleccionadas se extraen de una búsqueda de más de 75 colecciones —entre privadas y museos— y en ellas se han incluido piezas de gran formato, como el óleo sobre lienzo “Contemplación del sacrificio”, creada en 1982. Dicha obra cubre seis metros de espacio y representa una transformación en la obra de Menéndez, que pasó de los abstracto a la figura humana y a experimentar con otras tonalidades, según el propio autor.

“Contemplación del sacrificio” está estrechamente ligada a El Salvador y a otra expresión artística:la música. Para el año de su producción, Menéndez había estrechado una amistad con German Cáceres (ahora director de la Orquesta Sinfónica de El Salvador), quien también se encontraba estudiando en New York. Fue el músico quien le enseñó a Menéndez sobre el compositor ruso Ígor Stravinski. Menéndez quedó encantado con las piezas “El pájaro de fuego” y “La consagración de la primera”.

“Cuando yo empecé ese mural ponía la música de Stranvinski. Lo pintaba de noche y en cuanto estaba pintando, más bien pensaba en mi país. Me sentía mal, sentía culpa por no estar viviendo la situación que aquí se vivía (…) pensaba en la tragedia, en la gente, en la guerra y empecé a crear esas masas de color, hay un hombre que va en brazos, la procesión de los sabios, eso me recordaba la tragedia de mi país”, explicó el artista de 64 años.

Pero a ese período de problemas sociales plasmados en cuadros oscuros, que “abarcan la violencia, la muerte, la soledad”, se suman otras etapas que reflejan lo abstracto, la religión y la fantasía. Esta última corriente, para Menéndez es enriquecedora y la más íntima en cuanto a creación, pues tiene que ver “hasta con la sensualidad y la sexualidad”.

En 1997, Menéndez creó el acrílico sobre lienzo “Temas del infierno I: el rapto de la luna”. Foto EDH/ Ricardo Flores

De acuerdo con Palomo, las múltiples lecturas de Menéndez evidencian una obra madura y enigmática, donde se fusionan “lo surreal y expresionista, lo abstracto y figurativo, lo religioso y profano, lo privado y público: todas esas contradicciones pueden existir simultáneamente en sus obras”.

Toda esa versatilidad y calidad pictórica fue lograda por el artista gracias a su pujanza y agallas, por borrar pinturas cuando cree que están saliendo muy fácil, por poner a reposar, incluso, por más de un año, obras que no están saliendo como él las proyectó, por autocriticarse, por no enamorarse exclusivamente de algo que está haciendo; pero, sobre todo, por “entregarse”.

“Soy un pintor expresionista. No te boceteo, no hago cuadrícula. Yo soy de andamio, soy de escoba y brocha gorda. Veo la tela y mientras más grande, más me emociono y me subo a trabajar; el cuerpo se entrega y cuando algo no me está saliendo bien soy una persona inquieta, no estoy a gusto, no duermo. Cuando siento que he logrado algo me da una profunda alegría y soy capaz de danzar frente al cuadro”, reveló Menéndez con su voz grave.

Los lienzos de Menéndez han llegado a EE. UU., México, Chile, Uruguay, Italia, entre otros países, han ganado bienales y concursos nacionales, han sido adquiridas en las prestigiosas casas de subasta Sotheby’s y Christie’s. Ahora, los salvadoreños podrán deleitarse en esta importante retrospectiva.

“César es un excelente pintor que está vigente. Con esta exposición estamos ratificando su valía en el desarrollo de las artes de El Salvador”, indicó Roberto Galicia, director del Marte.

Para el artista, “Reinvenciones” también le permitirá hacer una lectura de sus procesos de trabajo, donde dijo que cambiaría cosas, con intensiones de incursionar en otras corrientes. “El país y la sociedad ha cambiado, soy parte de ese cambio. Tengo que renovarme sin pretensiones de mi capacidad. Esto me ha ayudado a revalorar”, detalló.

De la serie “Los buses”, el óleo pintado en 1987: “Problema del transporte urbano”. Foto EDH/ Ricardo Flores

 

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