Clásica y Moderna

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El cierre de Clásica y Moderna moviliza a toda la cultura porteña

Por Redacción Nodal Cultura

La noticia del cierre de la tradicional librería, bar y espacio cultural Clásica y Moderna causó un gran impacto y una veloz alarma en el ámbito de la cultura y el arte de la Ciudad de Buenos Aires.

Después de un largo proceso la librería fue desalojada a causa de deudas, propias de la crisis comercial que atravesó en los últimos tiempos. Fundada en 1938 por Francisco Poblet, Clásica y Moderna fue punto de encuentro de artistas, políticos e intelectuales a lo largo de décadas.

Este espacio cultural fue sostenido durante años por Natu Poblet, hija de los fundadores y arquitecta, que fue parte de la élite cultural de la ciudad durante años. Allí durante décadas se convocaban tanto figuras del arte como el lector, a quien se atendía con la antigua usanza del librero que conoce la materia, que recomienda e incentiva la lectura.

Natu Poblet

Por este espacio cálido en su arquitectura dominada por las maderas apacibles, pasaron desde Borges hasta Sandro, quien donó el piano que durante años estuvo instalado de un modo central entre las mesas y fue protagonista de muchos de sus espectáculos. En la década del ’80 del siglo pasado el comercio, que era solamente librería, incorporó el espacio de cafetería y restaurante, con un espacio dedicado a los shows.

Clásica y Moderna fue declarada Sitio de interés cultural por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires en 1998. Este martes se hizo público a través de redes sociales, primero, y a través de medios de comunicación después, que no abriría más sus puertas. Clásica y Moderna no había podido sobrevivir  a la muerte de Poblet en 2017. Luego de su fallecimiento la librería quedó a cargo de su viudo, Alejandro Monod, quien permanece internado por problemas de salud. Fue su hermano, Fernando Monod, quien quedó al frente del  manejo del espacio.

En la tarde de ayer gran parte de los sectores culturales de la ciudad miraron a las instituciones públicas para saber si de alguna manera intentarían sostener vivo este espacio emblemático. En esas primeras horas el ministerio de Cultura porteño manifestó su preocupación. En los últimos 20 años la ciudad ha construido una política de protección de bares y espacios culturales notables de Buenos Aires. En ese sentido la ciudad manifestó su preocupación por el cierre, y destacó la importancia de los espacios donde convive lo cultural con lo comercial. En particular uno con tan larga tradición como Clásica y Moderna que siempre fue una parte vital de en la agenda cultural de la ciudad. Se supo entonces que ya desde el año pasado hubo reuniones para diseñar alternativas que permitan evitar el cierre.

La crisis económica en Argentina es inocultable y esto impactó en la viabilidad económica de Clásica y Moderna. La fuerte caída del consumo, más un disparatado aumento del costo de los servicios públicos y los alquileres, son sin dudas claves para entender esta situación. Por supuesto que la muerte de Natu Poblet, animadora de la vida cultural en el Buenos Aires de la segunda mitad de siglo XX, también impactó en la actividad de la Clásica.

En la noche del mismo martes en que se conoció el cierre, el Ministro de Cultura de la Ciudad Enrique Avogrado, manifestó que “este es un espacio icónico de la cultura de Buenos Aires. Tenemos muchísimo interés en apoyarlos para su continuidad. Por eso ya nos veníamos reuniendo desde que tuvimos conocimiento de su problema. Concretamente ya  estamos evaluando acompañarlos con programación cultural, mientras estudiamos los próximos pasos para que Clásica y Moderna siga siendo parte del alma cultural de la Ciudad”.

En su cuenta de twitter el ministro Avogadro informó que se había reunido con Monod para analizar las alternativas que garanticen la continuidad del espacio cultural.

También se supo que Daniel Filmus, presidente de la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados de la Nación, se había acercado a Monod y comenzó a analizar la posibilidad de declarar al sitio Patrimonio Cultural, lo que facilitaría cualquier acción de las instituciones públicas que permitan garantizar su continuidad.

Por el momento se abre un esperanzado compás de espera para la comunidad cultural de Buenos Aires, pero también para los 10 trabajadores que desde este martes se quedaron sin su salario, en un país donde el desempleo crece y las posibilidades de conseguir un ingreso estable son cada vez más difíciles.

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