Día Internacional de la Lengua Materna: Colombia

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Un año para preservar las lenguas indígenas en peligro de extinción

Por Karina Porras

Con el objetivo de promover la diversidad lingüística y cultural, además del multilingüismo, en 1999 la Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, Ciencia y Cultura (UNESCO), proclamó el Día Internacional de la Lengua Materna. Dicha lengua, es aquella que las personas aprendemos desde la infancia y que, por lo general, es también hablada por nuestros padres y abuelos.

Reconociendo que gran parte del patrimonio inmaterial de cada una de las culturas está determinado por su capacidad para transmitir conocimientos y tradiciones. El Gobierno colombiano con apoyo del Ministerio de Cultura, creó a partir de esta iniciativa internacional la Ley 1381 de 2010; con la que se busca dentro de un marco jurídico, establecer acciones dirigidas a la representación, reconocimiento y difusión de las lenguas nativas.

En Colombia se hablan un total de 70 lenguas, además del castellano, 65 de estas son lenguas indígenas. Dos son criollas, el palenquero de San Basilio y el creole de las islas de San Andrés y Providencia. También está la Romaní del pueblo Room- Gitano y la lengua de señas colombiana.

Para los pueblos indígenas la lengua materna no solo es un instrumento de comunicación, sino que es la forma de estructurar el pensamiento, crear vínculos y transmitir de generación en generación, la esencia y sabiduría sobre la vida y su entorno. Actualmente, muchas de las lenguas nativas se están extinguiendo, y de la misma manera sus pueblos. Según un estudio de la Universidad de los Andes y el Centro Colombiano de Estudios en Lenguas Aborígenes, solo tres lenguas cuentan con más de 50.000 hablantes: la wayúu, paez y embera.

Por esta razón, la Asamblea General de Naciones Unidas declaró el 2019 como el Año Internacional de las Lenguas Indígenas, con el fin de llamar la atención sobre la pérdida progresiva de estas manifestaciones culturales y ancestrales de los distintos pueblos alrededor del mundo. Haciendo un llamado para preservarlas y revitalizarlas.

En el último siglo, entre las lenguas que desaparecieron y de las que se tiene algún testimonio, está el kankuamo, de la costa atlántica (familia Chibcha) de la Sierra Nevada de Santa Marta; el opón-carare y el pijao, del valle del río Magdalena (familia Caribe); y el resígaro, en la Amazonía (familia Arahuaca).

Pueblos como el Muisca, dejaron palabras que aún se conservan y utilizan, muchas veces sin ser conscientes de su procedencia. Este pueblo, declarado extinto en el siglo XVIII habitó el territorio que hoy se conoce como Bogotá, y dejó en el Altiplano Cundiboyacense lo que hoy, se consideran muisquismos. Territorios como Timiza, Bosa, Tunjuelito, Usaquén, Soacha, Suba, Chia, Funza, Zipaquirá y Tunja, conservan desde sus nombres, lo ancestral de la memoria.

El Campesino


Conmemoramos el día internacional de la lengua materna, por una Bogotá diversa y sin discriminación

Cada 21 de febrero se celebra el Día Internacional de la Lengua Materna o Día Nacional de las Lenguas Nativas y Bogotá una ciudad diversa y multicultural que aloja a personas de todo el país, y así mismo, donde convergen las diversas lenguas maternas que tiene nuestra cultura se une a una celebración que invita a reconocer nuestra historia y terminar con la discriminación.

Son 69 lenguas nativas organizadas en: 65 lenguas indígenas (en 87 pueblos indígenas), una lengua palenquera, una raizal (llamadas las 2 lenguas criollas), una romaní y finalmente un lenguaje de señas.

Fomentar la capacidad de diálogo entre las diferentes culturas es una tarea muy importante para lograr una sociedad respetuosa de la diferencia, y la participación ciudadana y activismo social es un mecanismo para conseguir este fin, razón por la cual, estas fechas se constituyen en una estrategia importante para la promoción del multilingüismo y la diversidad cultural y lingüística de las diversas comunidades de una Bogotá Mejor Para Todos.

El año pasado el Instituto Distrital de la Participación y Acción Comunal -IDPAC-, adelantó el trabajo de fortalecimiento con las organizaciones sociales de Bogotá, promoviendo una participación efectiva, y logró impactar 89.777 personas de las cuales el 51,7% pertenecieron a comunidades étnicas (Afro, Palanquera, Indígena, Raizal y Rrom), a través de 50 procesos y organizaciones étnicas en las 20 localidades de la ciudad.

Para el IDPAC es muy importante la conmemoración de esta fecha porque revindica cada uno de nuestros idiomas nativos y esa riqueza que nos identifica como un pueblo de varios procesos históricos de colonización, esclavitud, migración y mestizaje.

A continuación, dejamos unos datos del interés general sobre algunas de nuestras lenguas maternas:

  • La lengua de señas colombiana es considerada lengua nativa por ser propia y única de nuestro país, sus inicios se remontan a 1920. El Diccionario Básico de la Lengua de Señas Colombiana tiene un léxico básico de 1.200 entradas.
  • La lengua creole y la palenquera son 2 lenguas criollas habladas principalmente por comunidades afrocolombianas: la lengua palenquera tiene una fuerte influencia africana de la familia bantú, y la lengua creole tiene una base inglesa.
  • El wayuunaiki es una de las lenguas nativas de Colombia, hablada por el pueblo Wayúu de La Guajira. Esta comunidad indígena es considerada la más numerosa de nuestro país.
  • La lengua romaní es hablada por el pueblo Rrom o gitano. Se dice que las primeras comunidades llegaron a Colombia durante la colonización de España a este territorio. Posee elementos del hindi, términos derivados del persa, armenio, griego, neogriego, eslavo y húngaro.

Participación Bogotá


¡Que vivan los indígenas!

Por Fernando Navas T.

Gabriel García Márquez, en una ocasión que con él compartí en su casa de El Pedregal de San Ángel, en la Ciudad de México, conversando acerca de la validez de la cultura azteca en ese país, con entusiasmo dijo: “Que vivan los indígenas” y a renglón seguido aludió a la lengua náhuatl, propia de la comunidad de los nahuas, habitantes de Puebla, tal vez la más numerosa de los grupos nativos de esa tierra arrasada por los españoles y luego por el imperio americano. Todo motivado por un recuerdo suyo, de su experiencia infantil con los wayuu, en Aracataca.

Y este recuerdo surge, ahora, con motivo de la celebración mañana del Día Nacional del Idioma de los indígenas, lengua ésta que cuando con ellos se comparte despierta indescriptible curiosidad, pues no todo de lo que expresan se comprende y únicamente queda el advertir sus gestos, estos es, el lenguaje no oral, kinésica, útil y necesario en la práctica sicoanalítica, pues suele ser más elocuente que el verbo real.

Visitar a los Ticunas en el Amazonas y a los Cunas en el Archipiélago de San Blas, en Panamá, y otras tribus más de mi pueblo, fue una práctica que estimuló el conocer comunidades originarias e ingenuas de este continente y descubrir antecedentes, fuentes de comprensión, del por qué este pueblo es lo que es. Pasando las comunidades indígenas del Chocó, los emberas y escuchando la historia de su conflicto con los Cunas, confirme que la guerra ha sido y será siempre un escándalo político originado por la economía, disfrazada de religión o ideología. La disputa totémica entre Tutruinca y Karagabi.

También, el derecho de pernada exigido en la comunidad de los coreguajes, en las playas del río Orteguaza, otra modalidad que hay que analizar a partir de las creencias míticas de la autoridad sexual del “patriarca”.

El sufrimiento del padre cuando la madre está a punto de parir, tal cual se acostumbra en la tribu de los ticunas en puerto Nariño, a la orilla del Amazonas, es una actitud de realismo mágico con la hembra, con la cual se comparte la responsabilidad familiar.

Estos detalles aquí descritos, conocidos personalmente, son raíces que hay que lingüísticamente interpretar para aprender a convivir con estas gentes que día a día desaparecen a consecuencia de la invasión que hace la “civilización” de la sociedad de consumo y masifica los pueblos nativos.

La ley de lenguas 1381 de 2010 desarrolla los principios constitucionales consagrados en los artículos 7, 8, 10 y, también dispone que el 21 de febrero, siempre, se realzará y promoverá el valor de la pluralidad lingüística y la diversidad cultural mediante la realización de actos y programas educativos a nivel nacional, en coordinación con las actividades propias del “Día Internacional de la Lengua Materna”. Es reivindicar la cultura perdida, los ancestros propios del pueblo invadido por los que desprecian a los indios. ¡Que vivan!

El Nuevo Siglo

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