Día Internacional de la Lengua Materna: Panamá

Las "Gunas" panamenas
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Todo listo para la celebración del Día Internacional de la Lengua Materna

Este 21 de febrero se conmemora como cada año el Día Internacional de la Lengua Materna o Lengua Originaria, por decreto de la Organización de las Naciones Unidas y la Unesco.

En tal sentido, un grupo de panameños, entre indígenas y no indígenas, encabezado por el Prof. Rafael Candanedo y el apoyo de varias instituciones y organizaciones, tienen preparado una serie de actividades para celebrar el día y aprovechar para el lanzamiento del «Año Internacional de las Lenguas Indígenas».

Esta importante celebración será en el teatro Gladys Vidal, de la Alcaldía de Panamá, ubicada en el Edificio Hatillo, desde las 9:00 de la mañana hasta las 6:00 de la tarde.

Buscan seguir impulsando las tradiciones

«Queremos celebrar con nuestros siete pueblos originarios Ngäbe, Buglé, Naso, Bribri, Guna, Emberá y Wounaan esta fecha tan especial que busca crear conciencia sobre la riqueza de nuestras culturas y cómo podemos ayudar para preservar nuestras tradiciones y que todas estas lenguas originarias no se pierdan sino que sean cada vez más custodiadas, apreciadas y difundidas», sostuvo Rafael Candanedo.

La celebración contará con danzas, artesanías, cine, literatura, cuenta cuentos y sobre todo foro y conversatorios con líderes y dirigentes de los siete pueblos originarios de Panamá.

«Extendemos una cordial invitación a todos los panameños para que asistan durante el día a esta gran convocatoria y conozcamos y disfrutemos de nuestra lengua materna y la riqueza cultural que representa para el país», concluyó Candanedo.

Día a Día


La voz indígena en el Día de la Lengua Materna

‘Tu idioma es la casa de tu alma, ahí viven tus padres y tus abuelos. En esa casa milenaria, hogar de tus recuerdos, permanece tu palabra’. Con estas frases de Jorge Miguel Cocom Pech, escritor maya, Kikadir Orán define la importancia de la lengua materna.

La conmemoración del Día Internacional de la Lengua Materna se originó el 21 de febrero de 1952 en Bangladesh, en un acto violento. Un grupo de personas demandaban que su lengua materna, el bangla, fuera reconocida como lengua oficial. Ante este hecho la policía y el ejército del Estado pakistaní abrieron fuego y dieron muerte a cuatro manifestantes.

Cuarenta y ocho años después, en el 2000, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) proclamó el 21 de febrero el Día Internacional de la Lengua Materna, que se celebra en la misma fecha cada año en todo el mundo para promover la diversidad lingüística y cultural y el plurilingüismo.

Orán, oriunda de la comarca indígena Guna Yala, maestra de enseñanza primaria, con más de diez años de experiencia en la enseñanza de la lectura y escritura de la lengua guna y el español oral como segunda lengua, sostiene que pese a los esfuerzos que se hacen en Panamá por proteger y promover la preservación, desarrollo y uso de las lenguas maternas, existe una ‘persistente amenaza’ de extinción de las lenguas minoritarias.

‘Siempre ha existido la amenaza de extinción de lenguas minoritarias, porque las lenguas mayoritarias llevan la ventaja, por eso los pueblos con pocos hablantes tienen que resistir, seguir persistiendo en la enseñanza de su lengua; de lo contrario, la lengua se irá debilitando’, manifiesta Orán.

Explica que en los últimos años en Panamá se ha visto un movimiento por proteger estas lenguas, ‘más que todo en los pueblos indígenas. El Estado ha tomado conciencia y por lo menos ha dado apoyo económico’.

Sin embargo, esta tarea no es solo del Estado, ‘es una lucha de los mismos pueblos indígenas. No debemos quedarnos con los brazos cruzados, debemos reclamar y proteger nuestros derechos’, enfatiza Orán, docente de la Licenciatura en Educación con Énfasis en Educación Bilingüe de la Universidad Especializada de las Américas (Udelas).

Agrega que en comparación con otros países de América Latina, Panamá empezó tarde el movimiento de protección, preservación desarrollo y uso de las lenguas maternas.

En noviembre de 2010 las autoridades panameñas reconocieron legalmente por primera vez, las lenguas y los alfabetos de los pueblos indígenas.

La Ley 88, que entró en vigor el viernes 26 de noviembre del 2010, reconoce la ‘diversidad cultural como un valor histórico y patrimonio de la humanidad, en todas sus manifestaciones; en consecuencia, reconoce las lenguas de los pueblos indígenas ngäbe, buglé, guna, emberá, wounaan, naso tjerdi y bri bri’.

La lengua materna en la educación

El uso de la lengua materna en la educación es un tema pendiente. La educadora Orán señala que ‘el uso de la lengua mayoritaria, en los primeros años de educación de los niños indígenas, no hispanohablantes, compromete su desarrollo académico y emocional’.

‘En los primeros niveles de enseñanza son básicas las clases en lengua materna. Cuando el niño está en tercer grado ya debe estar familiarizado con otro idioma, en nuestro caso, el castellano y allí sí puede responder académicamente’, apunta la educadora.

‘En muchos casos acusan a nuestros niños indígenas de ser muy reservados, de no hablar y no responder académicamente, pero cómo lo van a hacer si no comprenden lo que se les está diciendo. Esto afecta su desempeño escolar y también autoestima’, enfatiza la educadora.

En este sentido, la Unesco advierte que el 40% de la población mundial recibe una educación en un idioma que no entiende.

El artículo 4 del Capítulo I de la Ley 88 del 26 de noviembre de 2010, establece que ‘las lenguas indígenas serán impartidas paralelamente con el idioma español en la enseñanza en todas las comarcas, áreas anexas y tierras colectivas. En las comunidades que se encuentren fuera de los territorios mencionados donde la población educativa sea mayoritaria indígena, el Ministerio de Educación podrá adoptar las medidas necesarias para que la enseñanza sea impartida en la forma prevista en el párrafo anterior’

‘En la comarca Guna Yala y en algunas experiencias de otros pueblos como los emberá y ngäbe, vemos que se ha tomado conciencia y las direcciones locales eligen a maestros que dominan ambos idiomas para que atiendan a los niños chicos’, dice Orán, técnica del Proyecto de Educación Bilingüe Intercultural de los Congresos Generales de Guna Yala.

Sin embargo, hace falta docentes que dominen las lenguas indígenas.

‘Esto es una lucha constante, necesitamos la preparación de los docentes, el Estado no invierte en la educación de los docentes. Apoya en otros aspectos, mas no en la preparación del docente’, dice la oriunda de la comarca indígena Guna Yala.

‘Las lenguas son un instrumento primordial para la inclusión y participación, sin respeto para lenguas indígenas no hay camino para la paz‘, afirma Irina Bokova, ex directora General de la Unesco.

En Panamá hay siete pueblos indígenas: ngäbe, buglé, guna, emberá, wounaan, naso terdi y bri bri. Representan a nivel nacional el 13 % de la población panameña, 438,559 habitantes, según el censo del 2010.

La lengua indígena que más se habla en el país es la ngäbe y la segunda lengua más hablada es la guna.

‘Si un pueblo pierde su lengua, pierde todo su conocimiento. Si se pierde una lengua, se pierde una cultura. Los pueblos indígenas que viven cerca de la naturaleza tienen tantos conocimientos que pueden aportar a la cultura occidental; si se pierde la lengua, se pueden perder todos estos conocimientos’, advierte Orán,

La Estrella


Lenguas en peligro

Por Rafael Candanedo (*)

Jueves 21 de febrero es el Día Mundial de la Lengua Materna. En Panamá, tenemos 19 lenguas maternas, incluso de Oriente, Asia, África y Europa. Siete de ellas son de los pueblos originarios.

Desde 2010 esas lenguas están regidas por ley, que promociona e impulsa su aprendizaje por los hablantes correspondientes. El naso, wow meu y bribrí están en peligro. No disponen de la cantidad de hablantes suficientes ni la fortaleza para garantizar su supervivencia.

Salvaguardar la diversidad lingüística es un imperativo. De las 7.000 lenguas existentes, la mitad está en peligro. Cada quince días desaparece una de ellas. Lamentable.

A finales de siglo habrán desaparecido casi la mitad de las cerca de 7.000 lenguas que se hablan hoy.

Una lengua desaparece cuando se extinguen sus hablantes, o cuando dejan de utilizarla para expresarse en otra que, con frecuencia, está más extendida y es hablada por un grupo preponderante.

Sucede con el wow meu, vecino del emberá, En Darién/Chocó, y buglere con respecto al ngâbere. Un solo factor no es determinante para afirmar que una lengua se halla en peligro.

Si las lenguas indígenas se extinguen, significa que también perdemos la cultura de los hablantes de esa lengua y el conocimiento de sus ancestros. Se pierde una cosmovisión, porque la lengua está relacionada con la perspectiva de pensar y la manera de percibir el mundo. Esta es una de las tantas razones por las que es importante preservar y promover a las lenguas y especialmente a las lenguas minoritarias.

Con un foro de todas las lenguas indígenas, conmemoramos esta fecha tan importante, y colocamos el termómetro a esos idiomas tan patrios, desde la perspectiva de sus autoridades y hablantes, entre 8 y 6, en el Teatro Gladys Vidal, del Municipio de Panamá. Habrá teatro, música, literatura por la tarde y en los alrededores exhibición y venta de artesanías aborígenes.

Una lengua desaparece cuando se extinguen sus hablantes, o cuando dejan de utilizarla para expresarse

(*) Periodista, filólogo, profesor

El Siglo


 

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