Congreso Gombrowicz

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“La literatura de Witold Gombrowicz es incómoda y provocadora”: Nicolás Hochman

Por Mónica Maristain

Witold Gombrowicz fue un escritor polaco ganador del Premio Formentor y candidato al Nobel de Literatura. Actualmente es considerado uno de los autores más importantes, disruptivos y originales de la literatura del siglo XX. Entre 1939 y 1963 vivió en Buenos Aires, donde su creatividad, su humor, su inteligencia, su sentido crítico y su manera de trabajar con la palabra marcaron un antes y un después en la tradición literaria. Los temas que más trató en sus novelas, cuentos, obras de teatro y diarios son la importancia de la juventud y la inmadurez, la ruptura de las formas y la existencia de una forma interhumana como soberana de la fuerza creadora. Referente de varias generaciones de escritores en todo el mundo, en 2019 se cumplen 50 años de su muerte.

Y como tal, Nicolás Hochman y más o menos unos 40 secuaces preparan el Segundo Congreso Internacional Witold Gombrowicz, que se llevará a cabo en Buenos Aires a partir de este lunes, 12 de agosto.

“Por qué insisto con Gombrowicz: Porque aunque después de quince años de leerlo y trabajarlo lo odié profundamente (con rencor, diría, a esta altura) y aunque me haya prometido que después de entregar la tesis doctoral y publicar el libro iba a no volver a escribir sobre él, acá estoy, preparando un artículo nuevo para el Congreso Gombrowicz, que se va a llamar “Gombrowicz, su diario oficial, el diario secreto, la identidad, el principio de incertidumbre, su mujer y su amante”. Arranqué a hacerlo con fastidio, aburrido, harto y a los diez minutos ya estaba releyendo cosas suyas, buscando citas, riéndome, fascinado, maravillado de todas las cosas que me sigue generando, de todas las ideas que permite pensar a cincuenta años de muerto. De eso voy a hablar el martes 13 a la mañana, cuando exponga el artículo menos académico del mundo en el Instituto de Altos Estudios Sociales (IDAES). Y también el jueves 15, en el MALBA, cuando con Ewa Piwonska demos un taller de lectura centrado en Trans-Atlántico”, dice Nicolás en su cuenta de Facebook, un poco para explicar lo inexplicable.

Witold Gombrowicz
Nicolás Hochman, presentando su libro. Foto: Facebook

“Y voy a contar una confidencia: cuando empezamos a preparar el Segundo Congreso Internacional Witold Gombrowicz decidimos no hacer parte académica. No queríamos. Pero al final varios amigos europeos nos convencieron de hacerla, porque era importante para ellos. Creo que fue un gran acierto, porque se nos llenó el rancho de personas que vienen desde Polonia, España, Francia, Italia, Estados Unidos, México, Colombia, Perú, Ecuador, Chile y varias partes de Argentina, que van a estar hablando de cosas buenísimas”, agrega.

Todos van a recordar a nuestro mexicano Sergio Pitol, quien fue uno de los primeros en traducir a Witold Gombrowicz y en decir de él: “Los dioses dotaron a Witold Gombrowicz de un destino apto para lograr ser el personaje que desde la infancia se propuso ser. Quiso ser un herético, un salvaje, un escritor genial y lo logró. A lo largo de toda su vida fue afinando su antipatía o su desgana hacia un mundo predecible, obtuso y correcto. Su instinto, su vocación profunda, su intuición lo llevaron a zonas más oscuras y vivaces donde se movió como pez en el agua; allí encontró la juventud, la inmadurez, lo bajo, la inferioridad. Fue su gran triunfo”.

Witold Gombrowicz
Fabián Casas hará la conferencia magistral que abrirá el Segundo Congreso Witold Gombrowicz. Foto: Cortesía

El lunes 12 de agosto comienza entonces el Congreso Internacional en el Auditorio Borges de la Biblioteca Nacional, con la conferencia magistral sobre Witold Gombrowicz de Fabián Casas, quien ha llegado a decir que sus diarios “fueron los que más me impactaron en mi vida”.

El martes 13, habrá una charla sobre la novela primordial Ferdydurke, a cargo de Tomás Abraham y a partir de allí una serie de conferencias sobre “Gombrowicz versus Borges”, sobre “La herencia de Gombrowicz” y “Gombrowicz Super Star”, en 60 acciones todas destinadas a homenajear, a recordar y a hacer más importante la figura de Witold Gombrowicz.

–¿Sacaste un libro sobre Witold Gombrowicz?

–Sí, se llama Incomodar con estilo. Es básicamente una adaptación de mi tesis doctoral, que trabajo sobre el exilio de Witold Gombrowicz. Lo que hice fue trabajar con el lenguaje, con el orden de capítulos, destinado a todo el público.

–¿Estás relacionado con la familia de él?

–Familia de él prácticamente no queda. Hay algún sobrino, pero básicamente la persona que se encarga de gestionar los derechos es su viuda, que era 30 años menor que él. Se llama Rita Gombrowicz, una señora grande, súper lúcida, que vive en París. Siempre estoy en contacto permanente.

Witold Gombrowicz
Sergio Pitol lo tradujo y Nicolás Hochman dice que lo hace escribir mejor. Foto: Cortesía

–¿Hace poco estuviste en Polonia?

–Estuve en noviembre del año pasado, en Varsovia, en Cracovia, fue parte de un viaje periodístico, literario, académico y por supuesto como “groupie”. Fue muy lindo porque me permitió conocer a gente con la que había hablado y nunca nos habíamos visto, conocer gente nueva, conocer lugares donde Witold Gombrowicz había estado, estuve en una universidad dando una clase, la casa del hermano donde escribió Ferdydurke.

–Tanto en Polonia como en Argentina es un autor muy importante

–Sí, es un autor importante, no significa que sea reconocido. En Argentina es un autor de culto. Si paramos a cualquier transeúnte y le preguntamos por Witold Gombrowicz la respuesta seguro que será no, sin embargo es un autor que ha influido mucho en varios escritores, lo hayan leído o no, por condicionamiento de época. En Polonia es muy distinto, porque ya es un autor que se lee obligadamente en la escuela secundaria. Entonces es parte de los profesores, sólo que no es considerado por las altas cumbres. Pasa con Witold Gombrowicz algo divertido que es cuando un chico le impones una lectura lo termina odiando.

–En ese sentido eres otro joven entregado a la obra de Witold Gombrowicz

–Es agobiante. Se disparan un montón de cosas. Yo leo a Witold Gombrowicz desde hace 15 años, lo trabajo profesionalmente hace 12, es un autor al que quiero muchísimo, con el que encuentro un montón de motivos para seguir leyéndolo. Pero también en algún punto me agota, me vuelve loco, no es sólo una lectura académica sino es organizar encuentros todos los años sobre él. Porque realmente nos emociona a todos, pero llega un momento que particularmente cuando estamos cerca del Congreso (60 actos en un mes), se vuelve todo muy intenso, donde ya no queremos escuchar a hablar de Witold Gombrowicz nunca más. Ayer lo que me pasó es que estaba haciendo una ponencia académica que voy a presentar en el Congreso, lo formal, lo académico y arranqué con la ponencia aburrido, hastiado, harto, y a los 10 minutos ya estaba buscando citas, riéndome, pensando ideas nuevas, que genera una movilización muy grande. Acá, en mi casa, ya es parte de la familia. Yo tengo dos hijos y el de seis años habla de Witold Gombrowicz casi todos los días.

Witold Gombrowicz
Hay algo de Witold Gombrowicz que interpela al lector, esa interpelación es incómoda, dice Nicolás Hochman. Foto: Facebook

–¿Qué dirías a quien no ha leído todavía a Witold Gombrowicz?

–Que agarre lo que pueda y a ver qué le pasa con eso. Es un autor muy desparejo, no hay dos libros que sean iguales. Hay algo de Witold Gombrowicz que interpela al lector, esa interpelación es incómoda, lo único que un lector desprevenido necesita saber de él es que el escritor busca provocarlo, busca que se sienta incómodo, hay que atravesar esa primera barrera que él intenta poner. Yo creo que Ferdydurke es una gran novela para empezar y probablemente muy disruptiva; está también el Diario, que es un libro muy grande, tiene una versión que se llama el Diario Argentino, mucho más amigable, donde muestra una serie de innovaciones con el lenguaje que aplicó en Ferdydurke. Para mí son las dos grandes obras que tiene. Cualquier novela, libro de cuentos, el teatro, el curso de filosofía, son muy buenas primeras lecturas.

–¿Tú eres el gran cultor de que Witold Gombrowicz siga hablándose, verdad?

–No diría eso, en Argentina siempre hubo una tradición que personas o grupos retomaban esta función que es quijotesca, porque estamos luchando contra molinos de viento y lo hacemos igual. Creo que hay focos de resistencia en muchos lugares del mundo. Lo sabemos por el Congreso Internacional y un poco lo que siento que lo que hice fue nuclear a algo de Witold Gombrowicz con la gestión cultural, para pensar en transmitir una serie de ideas dinámica y apta para todo público.

–Los autores laterales en Argentina describen un poco la Argentina, pienso en Wilcock, en Witold Gombrowicz, en Manuel Puig…

–Coincido con eso. En algún momento Ricardo Piglia esbozó la idea de Jorge Luis Borges y Witold Gombrowicz eran los grandes autores de Argentina. Una idea provocadora y gombrowicziada. No porque Witold Gombrowicz escriba mejor o peor, sino porque ha venido a interpelar y a confrontar algo que ya está dado, a pensar cómo leemos los argentinos, es algo muy movilizador. Witold Gombrowicz tiene un libro, no es el que más me gusta, pero que se llama Peregrinaciones argentinas, una serie de conferencias que había preparado para una radio en Francia. Me divierte porque describe a los argentinos casi en la posición de un antropólogo del siglo XIX. Que llegaban a una isla donde había un pueblo y describía a los argentinos como gauchos con ponchos y boleadoras, cuando con eso se confronta con escritos de él hablando de la literatura de Argentina no tiene nada que ver, me parece que hay algo en tensión en esas dos miradas que él tenía y que de algún modo sintetiza también cómo nos vemos a nosotros mismos, en el campo literario.

–Sergio Pitol tradujo a Witold Gombrowicz

–Fue el mexicano que más hizo en el habla hispana. Yo no sé polaco, pero hay amigos que sí saben y decían lo mismo de Witold Gombrowicz que de Roberto Arlt. Que escribía mal. Y cuando nosotros leemos las traducciones de Pitol, escribe muy bien. Pitol quería tanto a Witold Gombrowicz que lo mejoró.

–Hablando un poco del Segundo Congreso, cuéntame…¿por qué 60 actos?

–Porque nos cebamos. Pensamos que iba a hacer algo chiquito, hay alguien que dice que tenemos “exceso de consecuencias”. Porque viene alguien y dice: ¿Por qué no hacemos esto?, y enseguida contestamos que sí. La financiación es algo complicado, sobre todo en Argentina en estos momentos, somos un gran equipo de trabajo y nadie cobra por esto. Hay muchísimos gastos de insumos, de muchas cosas y buscamos la manera de sostener para poder hacerlo. El lunes 12 arranca el Segundo Congreso Internacional Witold Gombrowicz, la forma oficial. En total son más de 200 participantes. Es la primera vez que se hace una radio sobre un escritor en el mundo, Radio Gombro. Participarán a través de la radio Enrique Vila-Matas y Rita Gombrowicz. Alejandro Dolina, que grabó un especial de La venganza será terrible, que saldrá el lunes. En la apertura dará una conferencia inaugural de Fabián Casas.

Maremoto Maristain

 

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