Vida de migrantes

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Escritor peruano presentará nuevo libro en FIL de Panamá

El escritor peruano Leyles Rubio León presentará el 17 de agosto su nuevo libro “Un salto ornamental de la piscina” en la Feria Internacional del Libro de Panamá.

En esta colección de siete relatos, el narrador reflexiona sobre la vida de migrantes que han decidido quedarse en Estados Unidos. Los personajes se acoplan a la nueva cultura, se camuflan, aspiran a parecerse «al otro», y son capaces de dejar el pellejo en el intento de comprobarse que el salto hacia el extranjero valió la pena.

Al respecto, el reconocido escritor panameño Ariel Barría ha señalado que la obra del peruano “manifiesta un conocimiento del mundo, de su entorno, de la globalidad, que va más allá de la frase simplona: ‘es que él estuvo allí’”.

La participación del escritor en la Feria Internacional del Libro 2019 ha tenido el apoyo de la Embajada del Perú en Panamá, el grupo editorial Océano y la librería El Hombre de la Mancha, de quienes nació la iniciativa de proponerlo a la Cámara Panameña del Libro e incluirlo en las actividades de la feria.

Leyles Rubio León nació en el Callao, Perú, en 1986. Cuenta con un Máster en Comunicación Corporativa por EAE (España) y participó del Diplomado de Creación Literaria de la UTP (Panamá). Además, ha desempeñado cargos de liderazgo en áreas de marketing, comunicación y responsabilidad social.

Rubio León ha publicado la novela «Bailando descalzo por Madrid» (2016) y, además, tiene textos divulgados en diversas antologías, revistas y publicaciones digitales; algunos traducidos al inglés.

Cabe precisar que, en Lima, el libro “Un salto ornamental de la piscina” se puede encontrar en la librería Escena Libre, ubicada dentro del Centro Cultural de la PUCP en San Isidro.

El Comercio


‘El ser humano es en esencia un ser migrante’

Por Gabriela Grajeda

Con oraciones cortas, concisas y meticulosamente descritas, los relatos de Rubio León atrapan desde la primera página. Una lectura fluida con un alto contenido humano sitúa al lector en detalles de la vida diaria, que representa a miles de personas que por diversas circunstancias tuvieron que emigrar y que, en palabras del escritor, hicieron un salto para mejorar, aunque muchas veces no haya resultado de la forma que esperaban. Leyles Rubio León nació en Callao, Perú, en 1986, Un salto ornamental en la piscina es su segundo libro, el cual será presentado durante la Feria del Libro de Panamá 2019, con el apoyo de la Embajada de Perú.

¿Qué significa para ti el salto ornamental en la piscina y cuál es la filosofía detrás de este peculiar nombre?

Puede servir como metáfora al momento de migrar. Uno espera destacar, realizar movimientos vistosos para que al final puedas deslizarte en el agua —el país que te acoge— con éxito. No siempre sucede así.

¿Por qué la temática de la migración, hay algún motivo personal recurrente o va más apegado a la crisis humana que se está viviendo en el mundo con respecto a esto?

El ser humano es en esencia un ser migrante. Y en especial mi familia, tanto mis abuelos paternos —nacieron en Huaylillas— como los maternos —que son de Cerro de Pasco— se mudaron a Lima. Y yo escuchaba sus historias, también las de mis tíos y primos mayores que atravesaban por lo mismo. Eso inoculó en mí y, sumado a las experiencias o vivencias mías en otros países, no tuve otra opción que ponerme a escribir. Uno debe escribir desde su centro, desde donde más se le muevan las fibras. Hay que ser honesto con uno mismo y trabajar temas incómodos. En estos momentos, desde mi condición, la migración es lo que más me atrae y preocupa.

¿Por qué los relatos son exclusivamente de emigrantes a Estados Unidos?

Escogí colocar a los personajes en Estados Unidos por dos motivos. El primero, conozco ese ambiente, viví un tiempo en Orlando y en Miami. Aparte, tengo amigos y familiares desperdigados por sus ciudades. Y segundo, me sirve como hilo conductor para conectar las historias que presento. Creo que los relatos deben tener en los libros puntos de contacto, y en este caso el espacio geográfico es uno de ellos.

Leyendo la agónica situación del primer relato, esencialmente ¿qué es lo que querías transmitir allí en términos de migración?

Luego de que ocurriera el atentado contra las Torres Gemelas, me llamó mucho la atención la foto que publicó Time. Hay un documental al respecto que recomiendo, se llama The falling man. Y esa imagen del hombre cayendo vuelve a mí recurrentemente. Tanto que convivo con ella, la pongo de ejemplo en mis talleres, y resalto que una foto también puede contar una historia. Hace poco estuve en Nueva York. Visité el Museo de la Memoria del 9/11 y ahí se pueden leer los nombres de los miles de migrantes que fallecieron. Se estima que más de doscientas personas se lanzaron al vacío ese día. Era una especie de tributo para ellos.

La dedicatoria que haces es muy poderosa y a la vez intriga porque tiene cierto reproche implícito, ¿Es eso cierto? ¿A qué te refieres con la palabra ‘imponer’ en ella y a quién se la dedicas?

La literatura también es exilio. Uno escribe y lee en soledad, es también una oportunidad de encontrarse a sí mismo. La dedicatoria va a mi prima, quien me prestó La tía Julia y el escribidor , cuando yo tenía trece años. Fue el primer libro que leí por placer y que impuso mis ganas por contar historias. Quiero precisar que los libros me han acompañado desde pequeño. Mi madre atesora una edición antigua de Las mil y una noches. La compró ni bien nací, me la fue leyendo de pequeño y vuelvo a ella de tanto en tanto.

Ya que hablas de que la literatura es exilio, ¿cómo fue el camino de escribir este libro?

Ha sido un camino largo. Concretar este libro me ha tomado unos tres años. Empezaron a salir historias cortas, pero una tomó demasiados caminos que la tuve que apartar. Creo que terminará siendo una novela en el futuro. Cuando escogí las que formarían parte del volumen —deseché varias—, se las compartí a colegas escritores para que me dieran sus impresiones y las sometí al taller de Extramuros, un grupo de escritores y lectores que te critican con sabiduría. Por último, el libro atravesó el conducto regular de la revisión de estilo.

¿Qué hubo detrás?, ¿qué te inspiró?

Las historias de ficción tiene mucho de memoria y de imaginación, de búsqueda e investigación. Leí en estos últimos años mucha literatura relacionada. Me preocupé además de que el lenguaje transmita las sensaciones y el ritmo que quería. Y en todo eso me inspiraron las experiencias de mi familia y amigos. Al final, nadie puede identificar qué hace que a un libro le vaya bien. Esos manuales que pululan en Internet que venden fórmulas de éxito son pura charlatanería. Lo que queda es el sacrificio en tu trabajo.

¿Hay alguna suerte de protesta disfrazada también en tus letras?

La literatura es protesta. Yo la disfrazo, trato de ser sutil al mostrar las denuncias. Pero las pueden reconocer en los fragmentos de la realidad que describo.

Precísame, ¿a qué te refieres con que la literatura es protesta?

Los gobiernos y sus políticos te restringen o censuran algunos temas. Las redes sociales te venden vidas perfectas. Y la realidad no es así, cambia sus formas, tiene sus problemas. La literatura te permite entender mejor el mundo y entendernos mejor a nosotros mismos.

¿Cuál es la relación que guarda ser honesto con uno mismo y trabajar temas incómodo, desde tu visión? ¿Por qué el tema migración es incómodo?

Hay que tomarse la escritura en serio y contar temas que realmente importen Creo que cuando decides hacer un libro no puedes escoger el camino más fácil, ni el más rápido, ni el más común.

La migración duele, incomoda en estos tiempos donde no se quiere ayudar a los migrantes de países vecinos. A pesar de que atraviesan terribles momentos. Por eso la literatura debe mostrar lo que más duele, para comprendernos en lo más profundo.

¿Qué apoyo has conseguido en tu país natal y en Panamá para la publicación de esta obra?

Lo principal: el aliento de la familia y los amigos en el proceso de escritura. Y ahora que el libro se ha materializado, las frases generosas y las buenas críticas. Para presentarlo en la Feria Internacional del Libro de Panamá he contado con el apoyo de la Embajada del Perú, el grupo editorial Océano y la librería El Hombre de la Mancha. Y en Lima, ya hay una librería —Escena Libre— que cuenta con ejemplares. Es importante encontrar esos espacios para mostrar tu trabajo.

Como migrante, ¿qué consejo le darías a otras personas emigrantes?

En primer lugar, disfrutar del momento de adaptación. Tener buena disposición para el cambio. Estar abierto a comprender la nueva realidad, distinta a la que uno trae. Conocer experiencias y lugares. No aislarse, visitar museos, parques, bares. Si hay frustración, hacer mucho deporte. Ahora bien, leer es la actividad que más disfruto, te permite vivir otras. Creo que un buen libro daría mucha fortaleza en los momentos difíciles o vulnerables.

La Estrella

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