Carla Badillo ganó el Premio Loewe de poesía

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América Latina vuelve a imponerse literariamente en tierras españolas, y esta vez lo hace a través de dos poetas: Víctor Rodríguez Núñez (Cuba, 1955) y Carla Badillo Coronado (Ecuador, 1985).

Ellos recibieron el pasado jueves, en el Hotel Palace de Madrid, España, el Premio Internacional de Poesía Fundación Loewe y el Premio Loewe a la Creación Joven, respectivamente. En esta edición se presentaron 801 participantes de 29 países. El 27% procedía de Hispanoamérica, encabezando la lista México, Argentina, Estados Unidos, Chile y Colombia, en ese orden.

El jurado del concurso estuvo presidido por Víctor García de la Concha y compuesto por Francisco Brines, José Manuel Caballero Bonald, Antonio Colinas, Óscar Hahn, Cristina Peri Rossi, Soledad Puértolas, Jaime Siles y Luis Antonio de Villena. En el acto de premiación, el escritor Abilio Estévez presentó la obra Despegue, de Rodríguez Núñez, mientras que la poeta y filósofa Chantal Maillard comentó y recomendó El color de la granada, de Badillo Coronado. Maillard señaló, previamente, que no suele presentar libros de otros autores, pero hizo una excepción al conocer el tema de El color de la granada y leer los poemas de la autora quiteña. Sobre el poemario, dijo: “Hace poco alguien me preguntó qué le hacía falta a un poema para que me llamase la atención. Pues que sea un poema, contesté. Y es que no es evidente. El poema no se hace (sería demasiado fácil), se encuentra. A ras de tierra, como un erizo o un caracol. Un poema es algo humilde. Se retrae cuando alguien lo recoge y se asoma tan solo si abrimos la mano. […] Carla Badillo Coronado sabe ser caracol. Me di cuenta al ver la traza de baba que había dejado en mi mano”.

Las obras de los galardonados fueron presentadas bajo el sello de la editorial Visor, con lo cual Badillo Coronado se convierte en la sexta autora nacional que integra este catálogo, junto a César Dávila Andrade, Alfredo Gangotena, entre otros. Además es la primera mujer ecuatoriana cuya poesía figura en este sello y, también, es la primera vez que Ecuador recibe el Premio Loewe. Por esta razón, en su discurso de aceptación del galardón, Badillo Coronado dedicó el premio a los migrantes ecuatorianos residentes en España y, con ello, pretende alzar su “voz en rechazo rotundo a todo tipo de discriminación, racismo o xenofobia”.

El color de la granada fue escrito cuando la poeta tenía 25 años y surge a partir de la película homónima del cineasta Sergei Paradjanov, que es una especie de traducción de la vida del poeta armenio del siglo XVIII, Sayat Nova, en poesía. “Sayat Nova fue una especie de Homero, que iba de pueblo en pueblo componiendo cientos de canciones, y fue asesinado tras negarse a renunciar a sus creencias. Es a esos dos visionarios a quienes dedico mi libro, y a Mark Álvarez, desde luego, amigo valioso que en el tiempo ha demostrado lealtad incondicional y cuyo cerebro/corazón han sido fuentes inagotables de grandes hallazgos”, destacó la poeta, quien también es narradora.

De despegue, en cambio, el jurado destacó que es un libro “que une una dimensión literaria muy rica con un tono social reivindicativo de la realidad cubana. Es osado y auténtico, con serenidad ante el conflicto”. En una entrevista para El País, el poeta cubano Víctor Rodríguez señaló que en 2012 murió su madre, Zenaida, y en enero de 2014 murió el poeta argentino Juan Gelman, su “padre intelectual. Entonces me vi solo en el mundo, huérfano. Gelman me había dedicado a mí, a mi compañera Kate y a mi hija el poema ‘despegue’. Cuando volví a leerlo sentí que me abría un camino. Pero yo no me siento a escribir un libro. Tomo notas constantemente. Después ordeno y afino el libro”.

El Premio Loewe de poesía se entrega de forma anual desde 1987 con el fin de impulsar la calidad en la creación poética en lengua castellana. El próximo lunes, a las 19:30, los ganadores harán una lectura de sus libros premiados en la Casa de América de Madrid, en un acto abierto al público, que incluirá una presentación de Jaime Siles. Luego de los actos oficiales del premio, la poeta ecuatoriana emprenderá un prolongado viaje que le tomará cerca de un año. “Me llevará (el periplo) a recorrer —y escribir, además de España, otros países de Europa, bajar a Marruecos, y en algún punto llegar al Cáucaso, específicamente hasta Georgia y Armenia, donde nacieron Sergei Paradjanov y Sayat Nova. Además, casualmente, El color de la granada ganó el premio en 2015, año en el que se conmemoró el centenario del genocidio armenio —el primero del siglo XX— por lo que también sobre ese tema pienso investigar y escribir. Finalmente, deseo que la vida los sacuda; que siempre salgan de la apuesta fácil, de aquello que no da margen al error, pues en todo riesgo existe una poética”, dijo Badillo Coronado en su discurso.

Publicado en El Telégrafo 

 

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