Wallparrimachi: poeta y héroe
El poeta y líder indígena Juan Wallparrimachi Mayta fue declarado Héroe Nacional, por la Cámara de Diputados, en memoria y reconocimiento a su lucha durante la Guerra de la Independencia de Bolivia, junto a sus padres adoptivos Manuel Ascencio Padilla y Juana Azurduy de Padilla.
El segundo artículo de la ley que declara a Wallparrimachi como Héroe Nacional y que fue sancionada por el pleno de la Cámara de Diputados la noche del jueves, establece que el Órgano Ejecutivo, a través de los ministerios de Cultura y Educación, en coordinación con las autoridades autónomas territoriales, implemente políticas públicas de promoción y difusión con fines educativos, culturales e históricos de la trayectoria de Juan Wallparrimachi.
Wallparrimachi nació en Macha (Potosí) el año 1793, de padre español y madre indígena. Huérfano de madre y abandonado por su padre, creció padeciendo hambre hasta que fue adoptado por los esposos Padilla, con quienes emprendió la lucha revolucionaria contra la corona española.
En sus momentos de descanso, Wallparrimachi escribía obras literarias en quechua y castellano, principalmente poesías, por lo que fue conocido como el «Soldado Poeta» hasta su muerte, registrada en 1814 durante el combate del Cerro de Las Carretas.
Publicado en Los Tiempos
MI MADRE
Que‚ nube ser aquella nube |
Que viene entenebrecida? Ser |
el llanto de mi madre que en |
lluvia se ha convertido. |
El sol a todos alumbra |
A todos, menos a mi. No |
falta la dicha a nadie; |
Para mi solo hay dolor. |
Porque no conocí a mi madre, |
Mas que la fuente lloro‚ Porque no |
hubo quien me ampare Mi propio |
llanto bebí. |
También al agua me echó‚ |
Queriendo que me arrastrara; |
El agua me echó a la orilla |
Diciendo: ‘Sigue buscándola’. |
Como ella desde la nube |
Mi corazón también lloró. |
Flotando en lago de sangre, |
Enmarañado de espinas. |
TU PUPILA
Como estrella de tu pupila |
Cayó en mi noche de pena, |
quise guardarla en mi pecho, |
se tornó en tierna paloma. |
Envidioso torbellino |
me la quitó de las manos; |
para impedir que la siga |
me volvió ciego y tullido. |
Hecho escarnio de la gente; |
por lluvia y sol flagelado, |
mi corazón se consume |
anhelando a mi paloma. |
LA PARTIDA
(Waliparrirnachi)
Paloma del alma, verdad es que dices |
Que a tierras lejanas por siempre te vas, |
Echando al olvido tus horas felices… |
Es cierto que nunca jamas volverás? |
A quien di, me dejas en esta honda pena, |
Mis dulces recuerdos, a quien implorar, |
Cual tu me lo dabas, hermosa morena |
Ay! quien en mi pecho te puede igualar? |
Te ruego me enseñes cual es el sendero |
Que tienen ligeros tus pies que tomar, |
Pues antes que vayas, cruzarlo lo quiero, |
Con llanto de hinojos por irlo a regar. |
Si el sol con sus rayos te abrasa y sofoca, |
Y sombra ya buscas en donde reposar, |
Tendrá en la nube, que desde mi boca, |
Mi aliento amoroso llegar a formar. |
Si ansiosa y sedienta, por tierras de abrojos, |
A solas ya cruzas en seco arenal, |
La nube que forman llorando mis ojos |
Dar te paloma su fresco raudal. |
Sólo responden bosques profundos |
Fuentes y sierras a mi clamor; |
Nadie comprende ya sobre el mundo |
Ay! mi quebranto ni mi dolor. |