Reivindicar la identidad

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Mildred Pereira habla sobre el valor de la cultura indígena como solo puede hacerlo quien dedica su vida a una causa.

Su labor de casi 30 años como antropóloga, estudiando al ser humano de una forma integral, la convirtió en dueña y señora de un interés genuino por esa parte de la población, que, históricamente, se ha caracterizado por la lucha constante de sus derechos.

La profesional recopila ese legado en Resistencia indígena de las naciones autóctonas de los años 90 del siglo XX, una exposición que reúne casi 40 fotografías y réplicas de documentos importantes acerca de los principales logros de esa cultura en Costa Rica.

La muestra estará abierta en la Biblioteca Nacional hasta el 29 de agosto. Puede observarla en horario de lunes a viernes, de 8 a. m. a 6 p. m.

 

«Lo que deseo destacar en la exposición es la importancia de los conocimientos que esa cultura nos ha dado, el respeto hacia su valor. Siempre se nos ha hecho pensar que somos nosotros quienes les debemos enseñar a ellos, pero es al contrario; son ellos quienes deben heredarnos a nosotros todo su conocimiento», explicó Pereira.

En el caso de las imágenes, la mayoría fueron tomadas por Pereira en sus años de trabajo de campo, y otras son propiedad de la Asamblea Legislativa.

En cuanto a los documentos, se trata de fotocopias de leyes y publicaciones, así como libros y revistas editadas por organizaciones indígenas.

Lucha histórica

Por eso, comentó, la exposición hace un repaso por pasajes que han sido claves para afianzar los derechos indígenas ocurridos, sobre todo, a partir de la década de los 90.

Uno de ellos es la ratificación por parte de Costa Rica del Convenio 169 sobre pueblos indígenas y tribales de la Organización Internacional de Trabajo (OIT).

La adhesión de nuestro país a esta iniciativa, en 1993, significó el reconocimiento del principal instrumento internacional sobre derechos de los pueblos indígenas.

«Uno de los alcances de esa ratificación es que se obliga al Estado a consultar a los indígenas cuando se realicen trabajos en sus territorios. Un ejemplo de ello, es el proyecto hidroeléctrico Diquís», afirmó la antropóloga.

Además de documentos que explican esa resistencia pasiva que han protagonizado estas poblaciones a lo largo del tiempo, la muestra también reúne artesanías y demás elementos representativos de quienes vivieron en regiones como la zona sur y Quitirrisí, en el cantón de Mora, San José.

En sus primeros años como antropóloga, graduada de la Universidad de Costa Rica (UCR), Pereira trabajó con la Asociación Sejekto, una de las primeras organizaciones en el país que abogó por la defensa cultural de estos territorios.

En Costa Rica, etnias como bribris, cabécares, gnöbes, borucas, huetares y malecus continúan la batalla por preservar su arraigo.

Publicado en Nación

Rescate de la cultura indígena por medio de artesanía

Durante muchos años, la cultura indígena ha sido invisibilizada por la sociedad costarricense, sin embargo, una iniciativa busca rescatar la identidad de esta población y brindar un espacio para visibilizarla.

Se trata del proyecto Chietón Morén, una iniciativa que sirve como espacio para mantener viva la cultura indígena en Costa Rica a partir de la fabricación y exposición de artesanías.

El plan nació en 2010 a partir de una idea desarrollada por un grupo de artesanos de Boruca, los cuales fueron acogidos por los Padres Dominicos de la Parroquia La Dolorosa y el Centro Dominico de Investigación.

Conforme fue transcurriendo el tiempo, el proyecto de Chietón Morén se fue ampliando a todas las comunidades y territorios indígenas con el propósito de darlas a conocer y resaltar tanto la identidad como la cultura aborigen.

Producto de ello, y con el apogeo del proyecto, se logró constituir la Asociación Cultura Chietón Morén, plan que apoya el Mercadito ubicado en la provincia de San José.

El buscar que se proporcione un espacio digno para las comunidades indígenas de Costa Rica le valió a esta organización, el pasado 9 de agosto, el Premio de Buenas Prácticas de la Economía Social Solidaria, entregado por el Banco Popular y de Desarrollo Comunal.

Pilar Ureña, una de las encargadas de esta iniciativa, dijo a La Prensa Libre que la relación justa y el conseguir un buen trato entre las comunidades indígenas hace este trabajo lleno de inclusión.

Ureña explicó que ese «buen trato» se deriva del nombre indígena del local conocido como el Mercadito, el cual representa a las culturas aborígenes en Costa Rica.

«El Museo y Mercadito Chetón Morén es el espacio de los pueblos indígenas de Costa Rica para exponer su artesanía en la capital, para dar a conocer su cultura a una cultura que a veces invisibiliza la gran diversidad cultural de estos pueblos y al mismo tiempo aprovechar para vender sus productos sin intermediarios.

El proyecto es de una asociación interétnica en la que participan todas las culturas originarias y que tienen un interés interétnico para que sepan que el trabajo es de los pueblos indígenas o para los pueblos indígenas, son personas que están abriendo su espacio para tener su artesanía», señaló.

El proyecto comenzó con 17 personas, pero, con el paso del tiempo, se amplió la cantidad de involucrados en el ámbito cultural con 223 personas de 17 territorios.

La encargada señaló que dicha puerta está abierta para todos los territorios indígenas, con el objetivo de que conozcan cómo, por medio de la artesanía, pueden transmitir su identidad cultural.

Según indicó, en cada comunidad se integra una Comisión de Chieton Morén que se encargará de la misión de certificar que los participantes tienen como objetivo defender la cultura artesanal a partir de la vivencia de las comunidades indígenas.

A inicios de año, y gracias a un préstamo con el Banco Popular, el proyecto se trasladó del local que estaba cerca de la Parroquia de la Dolorosa y se estableció en el Museo Nacional, específicamente 25 metros al sur del centro turístico.

En la iniciativa, muchos estudiantes de la Universidad de Costa Rica (UCR) hacen su trabajo comunal universitario para mantener vivo el local y formar parte de Chietón Morén.

«La clave de todo este trabajo es rescatar la labor del voluntariado, una de las propiedades más elementales del ser humano.

Este trabajo no se hace como un trato de caridad, sino de justicia y de bondad, la cual engloba la justicia, la globalidad y la rectitud», añadió.

Chietón Morén quiere ampliar el mercado para que todos los territorios indígenas formen parte de él y se promueva la defensa de la artesanía y la cultura.

Publicado en La Prensa Libre

Indígenas de Costa Rica crean una agencia turística para compartir su cultura

Los indígenas bribris de Costa Rica compartirán con los visitantes locales y extranjeros sus riquezas culturales y naturales a través de la primera agencia turística indígena certificada en el país, informó hoy una fuente del sector.

La certificación otorgada por el estatal Instituto Costarricense de Turismo (ICT) a la Asociación de Guías Turísticos Indígenas Bribris de Talamanca (Agitubrit) es la culminación de un proceso que inició en 2012 con la capacitación de los primeros guías turísticos indígenas bribri por parte del estatal Instituto Tecnológico de Costa Rica (Tec).

«Para el territorio indígena Bribri tener una declaratoria turística es demasiado importante y nos lleva a un gran desarrollo. Para Agitubrit es un logro grandísimo, un paso de tantos que tenemos que dar para seguir cumpliendo nuestras metas como jóvenes emprendedores en turismo», dijo la presidenta de la asociación, Melissa Espinoza, en la página web del Tec.

La certificación del ICT le permite a Agitubrit organizar tours turísticos en la región indígena de Talamanca, provincia de Limón (Caribe), participar en ferias de turismo nacionales e internacionales, acceder a capacitaciones y a ser parte en las iniciativas de desarrollo regional y local del ICT.

Entre los productos que ofrece la agencia se encuentran caminatas por bosques primarios, recorridos en bote por ríos, charlas y exposiciones de las tradiciones indígenas, visitas a cataratas, a casas cónicas con la explicación del significado en la cultura indígena; exhibición de plantas medicinales, demostración del procesamiento tradicional del cacao y gastronomía indígena.

«Tenemos una oferta de turismo muy distinta a la que el turista está acostumbrado, una experiencia muy propia, en la que el visitante entra en nuestra cultura, aprende de nuestra cosmovisión, de nuestra espiritualidad, de nuestra relación con la naturaleza. Eso permite al turista una experiencia auténtica», dijo el guía turístico Roger Blanco.

En ese sentido, la Asociación, en conjunto con la comunidad, creó un código de ética, el cual determina las normas para desarrollar un turismo armonioso con la naturaleza y la cultura local.

En la actualidad, la Asociación está conformada por 15 guías locales que fueron capacitados mediante el proyecto «Mejoramiento de la Calidad de los servicios turísticos de Talamanca», parte del Plan Guía Turístico Indígena que impartió el Tec.

«Estos guías se ponen como meta optar por ser una agencia local y desde 2014 han venido trabajando en mejorar sus productos turísticos. Es una oferta muy interesante e innovadora», explicó el profesor e investigador de la Escuela de Idiomas y Ciencias Sociales del TEC, David Arias.

El turismo es uno de los principales motores de la economía de Costa Rica, un país de 4,7 millones de habitantes que cada año recibe cerca de tres millones de turistas.

Publicado en El Diario
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