Sergio Cortéz, director del festival Nómada: «En Centroamérica estamos muy cerca y nos conocemos muy poco»

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Por Daniel Cholakian – Nodal Cultura

El Festival Nómada nace en 2016 bajo el impulso de la compañía Circus Contemporaneum en respuesta a la necesidad de crear nuevos espacios de muestra para las artes del movimiento humano. Una de las intenciones del equipo fue desde el comienzo re-significar espacios públicos, para llevar arte a todo tipo de personas bajo condiciones dignas y de calidad. La situación de violencia en las calles no es un dato menor y la experiencia mundial muestra que la construcción de una relación abierta entre los públicos y las artes en el espacio público ha producido efectos benéficos en la sociedad.

Parte de los objetivos de Nómada están claramente explicados en la presentación de la 3° edición, realizada durante el mes de febrero de 2019. “Nómada ofrece arte corporal de vanguardia y exhibe espectáculos profesionales a la población local transeúnte, con el fi­n de contribuir al consumo de arte contemporáneo, facilitar el intercambio cultural entre naciones y activar espacios no convencionales posicionando nuevas tendencias y fortaleciendo la cultura, además de generar espacios de formación y educación internacional a artistas salvadoreños”.

Nodal Cultura dialogó con Sergio Cortéz, director artístico de Nómada sobre el origen del festival, el impacto que tiene en los artistas salvadoreños y las expectativas respecto de las políticas culturales del nuevo presidente, Nayib Bukele y su ministra de cultura.

¿Qué es Nómada y cómo surge?
El festival surge por una necesidad de la compañía Circus Contemporáneo, ya que que no había festivales en El Salvador. Los que hubo no pudieron sostenerse y se fueron cerrando. No teníamos muchos, pero había algunos fuertes y poco a poco las políticas públicas fueron negando las oportunidades a las artes, y así fueron cerrando instancias, cerraron los festivales, y la comunidad se quedó como en queja.
Nosotros queríamos pasar, éramos una generación más joven y dijimos «bueno, está bien, debemos exigir que lo hagan pero si no lo hacen, ¿por qué no lo hacemos nosotros?». Así decidimos crear el festival sin saber cómo se hacía, porque tampoco éramos gestores o promotores culturales. Éramos simplemente artistas queriendo hacer un festival. Desde entonces hemos recibido mucho apoyo de parte artistas, de instituciones privadas, ninguna estatal, para desarrollar el festival. Entonces fue así como surgió la primera edición, donde tuvimos que poner de nuestro dinero de la compañía para organizarlo. Para las segundas dos ediciones siguiente hemos sido apoyados por Iberescena. Es un festival que se hace anualmente en la capital San Salvador, y es de artes escénicas, danza, teatro, circo y performance.

¿Nómada es un festival nacional o internacional?
Es internacional. Nuestra idea era que El Salvador funcionaba como una burbuja donde no conocíamos a nadie ni nadie nos conocía, y como no hay fondos para circulación,  creación ni para investigación, los artistas tampoco crean pensando más allá. Crean sus piezas para presentarse ahí nomás, en sus espacios, pero creemos que somos parte de un mundo muy grande y Latinoamérica es muy importante, entonces decidimos hacerlo internacional.
Hemos invitado aproximadamente a 30 compañías internacionales en las tres ediciones que hemos tenido, más o menos 10 por edición, y ha resultado muy bien porque creo que el artista salvadoreño necesita este intercambio con otras realidades y con otras perspectivas que no tienen en El Salvador entonces creo que ha resultado muy beneficioso para el país llevar artistas internacionales.

¿Qué impacto tiene para los artistas salvadoreños que haya un festival que se pueda mantener en el tiempo y proponga intercambio internacional?
Es muy grande el impacto, según la gente nos dice. Hoy, ya con tres años, los salvadoreños esperan el festival. Los artistas, porque saben que van a llegar talleres, que van a llegar residencias artísticas y que van a llegar trabajos de calidad que nosotros programamos. Al principio se preguntaban qué íbamos a hacer con esto y si como muchos proyectos en El Salvador, el nuestro también se iba a evaporar por diferentes circunstancias. Yo no digo que otros artistas no lo quieren hacer o no lo hacen por convicción, trabajar en El Salvador en las artes súper complicado.

Me hablabas de la falta de apoyo oficial que es esencial, especialmente en América Latina. El alcalde de San Salvador al comenzar Nómada, Nayib Bukele es ahora presidente. ¿Él los apoyó en su momento o han tenido diálogo con su equipo de cultura?
Nosotros desarrollamos el festival en la capital y en ese entonces la que era Ministra de Cultura de la alcaldía ahora es Ministra de Cultura de El Salvador. Ella es bailarina y por lo tanto conoce de las Artes Escénicas. Estamos esperando ahora, que ya están en el gobierno, ver como resulta el apoyo. Porque además ella entiende la situación, creo que es de las pocas veces que han puesto a alguien que se dedica a las artes escénicas directamente en un puesto de decisión.
Estamos esperando, justo acaban de tomar posesión el 1° de junio y el esperamos a que se estabilicen y después decir «bueno entonces quiero ver su postura frente a eso». Dicen que va haber un cambio, pero hasta ahora no puedo decir que no ni sí. Estamos esperando y esperamos que sí, que haya un apoyo directo. Nosotros siempre vamos a ser un festival independiente. Pero de todos modos, si ellos hicieran un festival, que lo hagan. En El Salvador no hay un festival del Estado, entonces digo «no me van a apoyar a mí, no importa, pero que hagan algo, que sucedan cosas porque no están sucediendo muchas cosas».

A ustedes como artistas ¿cómo les impactó hacer el festival y encontrarse con un mundo de artistas fuera de El Salvador?
Fue una experiencia muy gratificante compartir realidades, compartir experiencias, compartir situaciones. También les dio mucha proyección a artistas salvadoreños. A nuestra compañía le dio proyección. Hemos ido a Brasil, hemos ido a Colombia, hemos ido a Costa Rica. Ya sea invitados como programadores o como artistas con la misma compañía. También otros artistas salvadoreños han sido proyectados a otras instancias, a Nicaragua, Guatemala, Costa Rica. La idea es generar este corredor iberoamericano. Porque en Centroamérica estamos muy cerca y nos conocemos muy poco. Creo que espacios como el Encuentro de Festivales Iberoamericano resultan muy enriquecedores para conocer a más personas y seguir enlazando, tejiendo esa red invisible de festivales, de conexiones y de artistas.

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